¡Pitas, pitas, pitas...!...
... que se nos decía: “¡échales de comer a las gallinas!”,
y ese era su llamado, y ya pudieran estar donde estuvieran, que al “¡pita, pita, pita...!”, acudían
unas sobre otras, al millo que se les echaba en el patio, o fregaduras o restos
de comida del almuerzo. Toda una cultura, y una relación con los animales, como
lo había para cada uno diferente, bien fuera el gato u otro animal, que cada uno
tenía sus propios términos para ser llamados, y acudían.
También estaba el: “¡rre, rre, rreee...!”, para las
cabras; pues, cuando ando ahora con las gallinas, a las que no suelto del
pensamiento son a las cabras, y es que siempre estuvieron unas y otras en
nuestras vidas, como parte fundamental de la economía y alimentación, bien
nosotros a ellas, o ellas a nosotros, cuya reciprocidad las hacían
indispensables en la vida y sociedad. Cabras y gallinas, gallinas y cabras,
formaban un tándem, un par de animales que no faltaban en ninguna casa; ahora,
para y por desgracia, ni unas ni otras. Y sabido es, cómo el cabildo las busca
para matarlas, sin consideración alguna, y en contra de la voluntad al cien por
cien de toda la sociedad, incluidos sus propios trabajadores. Queden pues en el
recuerdo esta actividad que nos ayudó a crecer, y en lugar de andar con el móvil
todo el día en las manos, teníamos la jose (hoz) y el saco, y andábamos por
entre chozas y gallineros, en una actividad con los animales, que nos hacían más
humanos.
El Padre Báez, evocando tiempos que se fueron, y hoy en
concreto, los términos (vocablos o frases) con los que llamábamos a las
gallinas, que asociándolo a su comida volaban hasta donde uno. Hoy, si así
trataras a unas hipotéticas y posibles gallinas, no te responderían, pues era
algo congénito y desde unas a otras y desde atrás, estos animales, habían
asumido que así o de esta manera se las llamaban y acudían, un “idioma” ya
perdido en ellas y en nosotros, donde ya no es posible ninguna conexión o
relación, sencillamente, porque corren idéntica suerte que la de sus hermanas
las cabras. Es, lo que había, y lo que hay.
------------------------------------------
Más que sospecha, la realidad: contestación de Isidro
Santana León a Don Pedro Toledo:
Siento que padezca usted el
síndrome del colonizado que tanto afecta a la mayoría de nuestro pueblo canario.
Inoculado este, naturalmente, por el proceso de asimilación colonial impuesto
por España hace más de 500 años sobre la psique de nuestra gente. No es mi culpa
que esta sea la realidad y usted, como persona que no va al fondo o génesis del
problema, o quizás lo desconozca, lo circunscriba todo a los canarios lameculos
que nos gobiernan y a un periodo actual que es simple consecuencia de lo que ya
le he mencionado. Mi forma de expresarme, a veces soez, no es tan lesiva como el
daño criminal que se le a nuestra ignorantada gente por parte de la imposición
que padecemos bajo la bota de España y sus mayordomos en la
colonia.
---------------------------------------
Israel ofrecía a Yahweh chivos o machos cabríos
(Is 1,
11-17).
No hay comentarios:
Publicar un comentario