Entonces, no las había
canelas...
... me refiero a las gallinas, que éstas -las canelas-
eran de granjas, que por entonces se pusieron de moda y poco a poco, porque
dicen eran más ponedoras, todo el mundo comenzó a tenerlas, con lo que se
generalizó esta gallina de fuera, contra las nuestras, que ofrecían una gama de
preciosos colores, con sus mezclas, pero sobresaliendo las jabadas (como
grises), las negras y blancas.
Tal y
como pretenden con las cabras cuyo objetico conseguirán, también desaparecieron
los milanos, unos como águilas, que revoloteaban en torno a alguna gallina con
pollos, y si no andaba uno listo con un palo o caña, para ajuliarlo, se llevaba
a algún pollo, mientras la gallina se acurrucaba enfadada y debajo de ella los
pollos a esconderse. Escenas éstas de gran belleza, al tiempo que de pérdida,
por lo que las gallinas, aparte de que se fueran a lo sembrado, había que
cuidarlas, y sacarlas del gallinero en
horas contadas y sobre todo por las tardes, cuando pronto ellas se recogen para
dormir, al irse el sol. Por descontado, nunca faltaban las kíkaras y siempre el
gallo, que las guiaba y defendía, dejando de comer él, para entregarlo a las
gallinas (el gusano, el saltamontes o el grano por él cogido: ¡todo un gentil
caballero!).
El Padre Báez, que junto con las cabras, está recordando
su vida junto a las gallinas, las mismas, que difícilmente si sueltas, se
separaba de las cabras, pues en sus pesebres y sobretodo en sus estiercos,
siempre encontraban qué picar y comer, escarbar y revolver. En ello, las cabras,
siempre en su hábitat, donde les es propio, y donde el cabildo está empeñado en
quitarlas, porque dicen hay endemismos, sin darse cuenta que las endémicas son
ellas, las cabras, y nos las matan, desapareciendo así lo mejor de las cabras,
lo mejor de la fauna. Una lástima y el abandono de la justicia de su función, al
igual que el seprona, que no multan ni castigan a que según ley, cometen delito,
de mal trato a los animales, y sin embargo, con una doble vara de medir, el
cabildo queda indemne.
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Aunque solo sea esto, anima un montón, y es de
agradecer:
Muy interesante. Buen sábado y feliz
Domingo,
Juan Antonio Santamaría
Alonso – Sacerdote.
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