viernes, 15 de julio de 2016

Lamemos (1)...

Llamemos las cosas por su nombre (1)...
... no hay cabras guaniles, ni asilvestradas, solo hay cabras en rebaños, o libres (también individuales o en pareja o en varias según su dueño). En cuanto a las libres, ¿por qué eliminarlas? El pueblo (y eso es democracia), no lo acepta, sencillamente: no quiere se las maten, las maten. No hay argumento válido para exterminarlas. Cierto, el cabildo se mueve por dinero auropeo (ahora ya sin Inglaterra).
Pretende el cabildo acabar con todo (agricultura, ganadería, pesca, yacimientos arqueológicos, etc.). ¡Y mira que les damos argumentos de peso, peo pasan de ellos; se creen dios! Parece les encantan matar cabras (a ser estudiado por psiquiatras). Les encanta enfrentarse y llevar la contraria al pueblo, a la masa, a la totalidad. Lo que hacen estos inútiles ya lo hizo Bravo de Laguna y antes otros, pero nunca como cabricidio, sino controlando el ganado. Nunca hasta ahora  a tiros. Y no es de recibo que porque otros en otros lares las matan las tengamos que matar nosotros (de entrada son cabras bien diferentes; las otras si desaparecen todas no es problema, si desaparecen las nuestras desaparecen la mejor raza del mundo de cabras). Es el cabildo quien crea un problemón. Ningún pastor o dueño de cabras las sueltan; otra cosa bien diferentes que se escapen algunas y se reproduzcan y ellas mismas se controlan. Siempre que una cabra se pierda, debe volver a su dueño, y ello según arraigada costumbre y por derecho de propiedad y ley, que nadie me mate un animal mío (castigado además por Derecho). Maten conejos, codornices, culebras, serpientes, pardelas, ratones, lagartos, gatos, ardillas..., y cuanto quieren, pero no cabras. Las cabras libres son las responsables de la biodiversidad, en un medio donde el hombre no puede llegar, y están donde a nadie y nada hacen daño, sino sumo y gran bien. Todo día las cabras en granjas, cuadra, corrales, cuevas o en azoteas, van a necesitar de los machos libres para mejorar la raza que se enferma con piensos, ya que no se les permite coman hierba, y esa reserva que son las cabras libres debe ser como algo sagrado.
El Padre Báez, que descubre las mentiras del cabildo: las cabras no son invasoras, no hay endemismos, las cabras no son depredadoras, etc. El cabildo tiene proyectado en cuarenta años, llenar la isla totalmente de pinos, y para ello necesitan todo el terreno, por eso matan las cabras, no permite otra ganadería que no sea la de perros, y acaba con la agricultura, en lugar de cabras y papas, ponen y plantan pinos para que la isla recupere el estado boscoso anterior a la llegada de los guanches, (siglo IV antes de Cristo). Pretenden devolver a la isla su estado boscoso, umbrío, lluvioso, anterior a la llegada de los guanches, y han calculado que sin parar durante cuarenta años, consiguen su objetivo y a tal fin preparan el terreno: ¡fuera agricultura!, ¡fuera ganadería!: solo pinos. Y en ello están emperretados, irracionalmente.
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Sin Don Jacinto, como con el Guanche, el programa televisivo (Mírame-TV [Gran Canaria Televisión]), no tendría sentido; ellos ponen el contrapunto, el complemento, la nota distinta:

¡Buenos días, Padre Báez!

       Acaba la temporada de #Padre Báez; gracias a su amable invitación, para que le acompañase a filmar, he visitado algunos lugares desconocidos de nuestra Isla. No pude ir al Bentayga y me perdí Ansite (sitios que hace tiempo no visito) ¡¡Lástima!!
       Me gustaría manifestar mi agradecimiento: al Padre Báez, al periodista Juan Antonio  Peña y al Guanche, porque han hecho que fuese uno más del programa. Igualmente a quienes nos han acompañado a las grabaciones, que  han sido gente maravillosa y magníficos compañeros.
       Muchas personas me dicen que me han visto con el Padre Báez por la tele, lo cual es síntoma de que "hay audiencia". Cosa que pudimos comprobar, y supongo, que le resultaría altamente gratificante, cuando en Maspalomas, un bañista  --Carlos-- le reconoce y dice que ve su programa --mientras estudia Finanzas-- en la Pérfida Albión (Inglaterra). Seguro que añorando esta tierra, tan malquerida y maltratada por sus habitantes.
       Para mí ha sido un honor finalizar discutiendo de arte con Fernando Báez Santana.  (En las artes apreciamos la auténtica dimensión del ser humano) Con el Padre Báez me agradaría hacerlo la próxima temporada. ¿Seguiremos? El formato gusta y...
       Bueno, don Fernando. Cuidado por esos mares p' fuera, nosotros somos de secano.
       -- ¿Que usted es de regadío? Ja, ja, ja... ¡Arráyese un par de millos! Y los planta en el labrantío de los Báez!  No se los eche a las gallinas.

“...fueron apedreados, torturados, aserrados, pasados a filo de espada, anduvieron errantes, cubiertos con pieles de oveja y de cabras, desprovistos de todo, oprimidos, maltratados, de quienes no era digno el mundo, errantes por los desiertos, las montañas, las cavernas y las cuevas de la tierra...” ¿Son los "wantxes" del Padre Báez? ¡¡¡No!!! Como Don Fernando es, ante todo, un hombre de Fe, hago esta despedida-homenaje  con un trozo de  Hebreos 11, que casi refleja el final del mundo aborigen.

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“... tienen orejas y no oyen...” (salmo 134). / “... nos asedian con toda clase de pruebas...” (St 1, 2-4). / “... nos tienen como a inválidos...” (salmo 87). / “... nos abandonan...” (Jr 14, 5).

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