Leche de
tabaibas…
“… el correr de las
acequias alegra…” (del salmo 45).
“… higueras y viñas...
árboles... frutos de sus campos... codornices...” (del salmo
104).
“... ovejas y vacas...
ganado... parto de tus animales... cría de asno... cordero... animales...
animales... (del libro del Éxodo 12, 37-40; 13,
11-16).
“... empobrecen y pasan
hambre...” (del salmo 33).
… en las Cazoletas de
Amurga. En otros tiempos, en el almogarén (o templo guanche), donde las
cazoletas con sus canalillos, para ofrecer a Acorán (Dios) la leche -como lo
mejor y casi único para comer (si obviamos granos [gofio, frutos y mariscos])-
si hoy, quisiéramos emular a nuestros antepasados de cinco siglos atrás -y más-,
no hay cabras, ni ovejas -menos vacas- de las que obtener leche para ofrecerla a
la divinidad única, a no ser que en lugar de la de los animales, la sustituyamos
por leches distintas -y no precisamente en polvo o de otras fórmulas- como puede
ser de la que estamos más que bien servidos y hasta para llenar depósitos y
tanques y estanques, presas y el mar de amarga leche, pegajosa y envenenadora,
de la que estamos súper, pero súper abundantísima leche de tabaibas, que
amargaría al mismísimo Acorán (o Dios).
Pena de situación actual en la que
distintos partidos -unos nuevos y otros veteranos- ni unos ni otros, a ninguno
se les ocurre arrancar las tabaibas para que los animales vuelvan y tengamos
leche-leche, y solo piensan en la leche de los turistas, que como bien se sabe
solo ensucian y manchan sábanas de las que creen vamos a salir de la crisis y
del hambre, del paro y de la miseria, porque ciegos por un carnaval sin fin, no
ven la solución de todos nuestros males está en desaparecer del suelo insular -y
archipiélago- las malditas tabaibas, que nos condenan a tener que abandonar la
isla, a comer productos de fuera y a enfermar por no comer sano, cuando
pudiéramos dar de comer al mundo como cuando desde aquí se exportaba al mundo
entero. Leche tabaiba, que con dos gotas en la leche o café con leche de
desayuno, merienda o cena cualquiera, mataría a un gigante; pues de esta leche
-y además protegida- estamos más que bien servidos: con decirles que en un
camino abierto por Amurga -como pudimos comprobar hace poco- de muchos
kilómetros, si una tabaiba se cruzaba en el trayecto, no se la retiraba del
lugar, teniendo el senderista que salir del camino, porque a la maldita tabaiba
(o tabaibas), no se las pueden tocar, están protegidas por normativa europea y
cabildicia, y a pesar de tenerlas por millones y millones, y más millones y
millones, cual si solo quedaran tres ejemplares… ¡es de paranoia total! Y prueba
del mayor de los imbecilismos.
El Padre
Báez.
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Me quedo con el
final:
UN
SALUDO PADRE BÁEZ. AQUÍ LE ENVÍO OTRA PARTE DEL RETRASO QUE ESTAMOS TENIENDO POR
(NUESTRA CULPA, AL SEGUIR VOTANDO A ESTA MANADA DE BUITRES, ¡Y QUE ME PERDONEN
LOS BUITRES!).
ESCRITO HACE MÁS DE CIEN AÑOS POR
OTRO CANARIO, QUE CREO UD LO MENCIONÓ (Don Benito Pérez
Galdós) TAMBIÉN ENTRE NUESTROS
PERSONAJES.
¡QUÉ POBRES SON, Y QUE BAJO HEMOS CAÍDO PADRE BÁEZ!,
ESCUDARSE EN
TABAIBAS PARA ENRIQUECERSE A COSTA DE LA DESGRACIA DEL POBRE
LABRADOR.
CORDIAL
SALUDO.
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