lunes, 9 de febrero de 2015

limosna

Limosna tabaibera…

“… carneros… corderos… carneros… corderos… transforma las peñas en estanques…” (del salmo 113 A).

“... verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie, y que lleven semillas sobre la tierra. Y así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie; y árboles que dan fruto y llevan semillas según su especie...” (del libro del Génesis 1,1-19).

“... dueño de la viña y de los sembrados... justo salario a los trabajadores...” (de la oración de la hora Sexta del lunes 1).

… es la de mantener, prolongar y aumentar la pobreza y el hambre; mientras se les da no trabajan; nadie diga no hay trabajo habiendo tierra baldía, tierra por arar o cavar (no hacen falta tractores, sino brazos).
Cree un servidor -y no creo estar equivocado- es hora ya -y cuanto más tarde peor- de comenzar a dar la azada, dar la jose (la hoz, con o sin martillo, me da igual), es tiempo de volver, de regresar, de continuar -después de medio siglo de descanso- en la tierra, cultivarla es tener trabajo y comida, sin necesidad de pedir, mendigar o ir a Cáritas (u otros organismos parecidos [que no iguales]). Si al que pide se le mandara al campo, y lo trabajara tendría de inmediato trabajo y comida. La comida -y es precepto divino-, se ha de ganar con el sudor de la frente, y no alargando la mano para coger lo que te den. No se debe vivir de la caridad, sino de la justicia, y justicia es trabajar y ganarse el pan, y no que te lo regalen. Me parece mucho debe cambiar la sociedad, para volver a lo que digo, pero es el único camino para y de salir de la pobreza, paro y hambre: volver al sector primario, es decir a la agricultura y a la ganadería, y no hay excusa alguna válida para no hacerlo; solo que se ha acostumbrado mal, muy mal a la sociedad, y el vivir de lo que te dan, no es vivir, eso es vivir arrastrándose y hay que encorvarse en sacar la comida de la tierra, de ella que es nuestra madre sale todo, toda la comida, ¡eso sí, hay que trabajarla, sudarla (regarla con los sudores), y se sale del hambre y se vive con dignidad, con elegancia, con finura, que lo otro es rastrero, humillante, degradante! Hay que tener el valor de volver a la tierra, al sector primario, a la ganadería, a la agricultura (pero no a huertos urbanos, ni cosas parecidas); hay que volver a la tierra, ella nos alimenta si la atendemos; de ella sale todo. No podemos seguir de brazos cruzados, esperando cual pajarillo en el nido sus padres le echen la comida en el pico, al buche, sin salir del nido; es hora de volar -y no precisamente a donde hay tanta o más hambre que aquí-; no debemos esperar sean otros los que desde tan lejos y ¡Dios sabe en qué condiciones!, cultivan para nosotros, que lerdos, gandules, perezosos, esperamos nos den de comer, cuando es cosa de buscarse cada uno los garbanzos por sí mismos. Nada digo cuando se trata de un caso de ancianidad o enfermedad grave, abandono, miseria, etc., pero que deben ser casos contadísimos y no la generalidad. La limosna, bolsa, paquete, caridad, etc., te mantiene en la pobreza, te la agudiza, te despersonaliza, te degrada, por eso se debe buscar el trabajo; el campo lo oferta grandísimamente a cuantos quieran y más, hay tierra para todos y más, y es cosa de recurrir -si no se sabe- a los ancianos, para que antes de que mueran, nos dejen las técnicas, maneras, estilos, tradiciones, costumbres, porque lo que es el cabildo nos dan cursos de flores, y multas por un tubo, machacando al que haga algo contra normativa europea, por eso que el que vuelva, que lo informe en el miedo ambiente, para que el seprona no lo visite y el cabildo no viva de sus multas. Y recuerden, vivir de la caridad, te hace daño; busca trabajo en la tierra, cambia perros por cabras,  jardines por canteros de papas (o de lo que sea), pero se deje de pensar me den de comer, ¡no, búscate la comida tú, con tu trabajo! (repito: en la tierra [ganadería o agricultura, o agricultura y ganadería), si para ello tienes que arrancar las tabaibas que ocupan el terreno, pide permiso a miedo ambiente, que si son amargas a lo mejor te lo dan, con un poco de suerte, y si no,  insiste, hasta que te lo concedan (¡por escrito!).

El Padre Báez.

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¡Hombre!, la idea, es buenísima. ¡Claro que acepto!, ¡faltaría más!:

Estimado Padre Báez:
Tenemos una página en internet, bastante visitada, donde Usted podría publicar. Me explico, Padre: algún artículo que Usted considere conveniente, de los que envía a través de su lista de correo, podríamos publicarlo también en esta página para que la gente de la península esté al tanto de lo que está pasando en Gran Canaria, y por ende en otras islas.
¿Qué le parece la idea?
Un abrazo.

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