365

365: Euphorbia balsamífera o Euphorbia lamarckii…

“…le pide su hijo pan… le pide pescado…” (Jesucristo Mt. 7,7-12).

“… procurará un animal… para su familia para comérselo… cordero o cabrito…” (del libro del Éxodo 12, 1-20).

“…el pastor… ovejas…va tras ella con gran esfuerzo, de acá para allá… la empuja hacia el rebaño… la acaricia… contento…” (de las homilías de san Asterio de Amasea, obispo).

… no, no se trata de un insulto, sino de la denominación en latín de la tabaiba, bien sea dulce o amarga, al fin y al cabo da lo mismo, sean amargas o dulces, son tabaibas, sin más. Y, es el caso, que con esta entrega, cumplo con lo prometido, y que fue: escribir durante todo un año sobre la misma; pues, llego a la meta con esta entrega que es la número 365.

Sucede, que la dichosa tabaiba me ha podido, y me he acostumbrado tanto a ella, que sin ellas me entrarían el mono toda vez que me ha creado dependencia, me vendría la depresión y el abandono de una lucha no ganada. Razones éstas por las que voy a continuar con el mismo tema, que como habrán observado da materia para casi el infinito, dado que con el número dedicado a las tabaibas, creo no hemos dado sino los primeros pasos sobre este tema, y es por lo que esto sigue. Sí, no abandono, ni tiro la toalla, voy a continuar con este tema que es tan vasto como el mar. Entiendo dejar este asunto sería tanto como huir, y eso es cosa de cobardes, así que seguiré como si nada hubiera dicho, simplemente sigo o continúo con las tabaibas y ello hasta que su protección desaparezca y no sea delito arrancarlas de terrenos fértiles y en otros tiempos dedicados al cultivo y pastoreo, hoy ocupado por ellas, sin más provecho que el del cabido, que lo saca de ellas por las multas que ponen según normativa (como les gusta decir a los del miedo ambiente y el seprona. Y, es que ya está bien estas euphorbias, por decirlo finamente, haya desplazado a pastores y a agricultores, y aunque ningún medio llame la atención de este atentado sin nombre contra el sector primario, un servidor, en conciencia y por dignidad voy a seguir denunciando al cabildo culpable de esta situación, que crea de continuo conflictos con los cada vez menos campesinos a los que cada vez castiga con mayor virulencia.

El Padre Báez.

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La verdad, que no sé si me lo dice en serio o en broma, en todo caso mejor no doy su nombre (¡y por favor, no lo imiten, en el caso que fuera cierto!):

Padre Báez, muy a gusto propio, he de confesarle hoy que: en la tarde de ayer arranqué una tabaiba... ¡Hahaha...! Me obstaculizaba el paso.