Mar de
tabaibas…
“… a lo que sembramos dale
crecimiento…” (del himno de Vísperas del lunes I).
“… la simiente… que con
nuestro trabajo hemos sembrado… crezca y germine… la cosecha…” (de la oración de
Completas del lunes).
“... produzca la tierra...
animales domésticos... hierbas que producen semillas sobre la faz de la tierra; y
todos los árboles frutales que engendra semillas os servirán de
alimento...” (del libro del Génesis 1,
20-2,4a).
“... el que sembró... coronó
su obra” (de la segunda antífona de Laudes del común de
vírgenes)..
… el que cuales olas suben hasta las más altas cumbres y
ello desde la costa u orillas de la mar. Y así, el primero con su sal, y las
segundas con su leche lo invaden todo cada una con su poder: salado todo la de
una; envenenándolo toda las otras.
Si bien del mar la vida y su riqueza, de las
tabaibas su mal y daño irreparable, esterilizando la tierra y envenenándola de
paso. A la redonda de la isla las tenemos por todas partes, por el azul el agua;
por el verde las tabaibas. En tierras abandonadas o no, se adentran las
tabaibas, llenándolo todo de su maléfica presencia, sin dejar recodo o terreno
alguno sin su estadía y daño. Y encima la protección de las mismas, bajo pesadas
y gruesas multas, si se osara propiciarles algún daño, y ¡nada digamos si se la
extirpa o quita, por más que impida el paso por camino alguno!, o se haya
adueñado del terreno privado, donde en anteriores cosechas: hortalizas o frutos
se cosecharan, que ya adueñándose de lo ajeno, ya pierde su propietario la
libertad de plantar lo que siempre allí hiciera, porque pasa al uso y abuso del
cabildo que se apodera de toda la isla poco a poco, y ello sin registro, y sin
escritura, sino que al no poder el verdadero y legítimo dueño cultivar ni
plantar nada, la protección es un subterfugio de robo y apoderamiento y
apropietaramiento de todo terreno, que coloniza libre y protegida la maldita
tabaiba, cuya leche amarga se vuelve muy dulce para las arcas del cabildo que
con ello paga al numerosísimo personal que vive de sus nóminas a costa de la
leche de tabaiba, de las que ni se toma, ni se hace queso, y ninguna virtud o
potencialidad tiene, sino la de ser una gran acequia por donde discurren los
millones de euros en multas por daños a las mismas. Y dado que la isla toda, de
ella se llena, por ningún lado se ve terreno alguno sin su omnipresencia, que
enriquece a la administración y arruina las vidas de los administrados, y muchos
de ellos, al no poder hacer frente a las descomunales e irracionales multas por
ellas, y por no querer ir a la cárcel, dejan desheredados a esposas e hijos
(PUES SE COBRA EN BIENES TERRENALES SI NO HAY DINERO CONTANTE Y SONANTE) y se
mudan de barrio (ya me entiende: se suicidan [cuyo número de muertos
desconocemos, dado que está prohibido decir que se ha suicidado, y pasan por ser
muertes naturales, y engañan con el descanse en paz después de recibir, no
los santos sacramentos, sino el aviso
por correo de la descomunal y abusiva multa, o la fecha de ingreso en la cárcel,
por el delito de intentar limpiar un terreno suyo, para alimentar con papas a su
familia y ganarse algunos miserables dineros con la venta clandestina de algún
saquito de papas (pues sabido es traen naranjas de valencia subvencionadas
secas, y dejan se caigan de los árboles las nuestras, ricas en vitaminas como
ningunas en el mundo por su clima y tierra).
El Padre Báez.
---------------------------------------
Esto anima, ¡y mucho! Por
eso, vamos a seguir por esta senda, hasta que la mente y el cuerpo
aguanten:
Hola Cura, he escuchado
completa su intervención en el programa de Radio Polinomia y la verdad que solo
ha dicho verdades, como es habitual, en la defensa de nuestros campos. Este
mensaje habría que hacerlo llegar a la sociedad canaria en su conjunto, porque
viven-vivimos embobados...
Abrazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario