jueves, 26 de febrero de 2015

futbolitis

Futbolitis o inflamación del fútbol (para Radio Faycán)
…porque bueno es lo bueno, pero no lo demasiado, que dice el dicho o refrán. Y es, que recuerda uno, ahora con los 67 encima, pisando en agosto los 68, y por tanto a 2 de los 70, que allá en la lejana infancia y posterior adolescencia y pre-juventud y juventud, eso del fútbol, era para el que no podía ir a la arena o al mismísimo campo de fútbol e inseparable aparato de radio para escuchar la retransmisión del único partido de la semana, es decir el Domingo por la tarde y finito, es decir:
se acabó, aunque el comentario al último se estiraba al miércoles/jueves y ya desde el jueves se hablaba del que se iba a jugar el Domingo siguiente, si dentro o fuera y con quién, pero de eso a lo del presente no va un abismo, ni una eternidad, es que ahora, en todos los medios, y todos los días, y a todas las horas, otra cosa no hay sino el fútbol, y todos sus ad- láteres, es decir nos tupen, pero materialmente, nos tupen fútbol o a deporte cuando en la sociedad martirizada y escuchadora (tanto en tele, radios como prensa), el tema no vaya de un interés más allá del 1 % de la sociedad, pues tema baladí, o sin importancia, lo han colocado al lado de las noticias más importantes ya sean a nivel internacional, nacional, regional o local en consideración tan alta que el mayor espacio se lo lleva el tema del deporte, pero centrado sobre todo en el fútbol, y ello como si en ello -valga el repetir lo de “ello”-, se nos fuera la vida, y ello, con tal cantidad de precisión que asombra porque que 50 millones de hipotéticos escuchadores, miradores o lectores, los de un país en la ruina por el paro gracias a la ausencia del campo, que sustituidos por los de deportes, como si de ello dependiera nuestra vida, es una pasada, que a 50 millones de desgraciados españolitos y dos de los antiguos canarios, ahora llamados tabaiberos, que a 2 millones aquí y unos 50 fuera de aquí, con nuestra misma habla les estén diciendo si este jugador fue a orinar, o si al otro le duele el tobillo, o si este tiene unas décimas de fiebre o si se le murió la abuela, no es que no hayamos caído bajo, es que estamos hundidos. Nos  hacen mirar hacia otro lado, para que no veamos en la que estamos cayendo -aunque fijo nos dicen que estamos saliendo o subiendo-, pero que es pura mentira, porque esto va a peor, y se cierra todo campo cultivable porque te multan si te ven hacer algo en él, y solo te hablan de campos de fútbol y de otros deportes, es para idiotizar o comerle el tarro  o coco -que se decía- al populacho, y así tenemos que alguien de aquí, sigue con devoción sagrada al equipo de fuera sea Barcelona o Madrid, y si de aquí, a punto de infarto, el vociferar, el rasgarse las vestiduras, y hasta llegar  a las manos con o sin navajas de por medio el infarto. Se cultiva un fanatismo, que las noticias del fútbol se mezclan con las de alta política, economía o de cualquier otra índole ocupando espacios enteros diarios en todas partes, como para volver loco a uno, y de otra cosa no se hable. Y mira que nadie piense y diga, el Padre Báez, no es futbolero (o amante del fútbol), pues no creo nadie haya escrito un libro dedicado a la   U. D. con el título de: “Yoga en el fútbol”, ilustrado y con casi 200 páginas, es un servidor el autor, y por tanto sigo a mi equipo, pero sin ese fanatismo que nos quieren imponer y con esa constante y dilatada información pormenoreizada que llega al ridículo y a una especia de embobecimiento o idiotización general como si no hubieran otros temas o espacios que cubrir, sino que huyas de un medio y busques otro y desde por la mañana a la noche y pasando por diversos medios otra cosa no se oiga, hable o escriba  sino sobre y centrados todos en el fútbol, cuando al 99 % el tema no les interesan, ¿qué interés hay en esa proliferación de información y seguimiento del futbol mundial, y cual si los jugadores y su élite o entorno, fueran filósofos, que nos salvan con sus discusiones sobre jugadas si con el pie derecho o el izquierdo, y si chorada tras chorrada en ello se nos fuera la vida. Pero, solo creo haya una lectura que hacer sobre el tema, si con Franco futbol y toros, ahora futbol y carnaval, ¿cuál la diferencia y quién imita a quién?, pues políticamente (la vida de la polis o ciudad), sigue igual, ¿dónde la democracia?, ¿o democracia dictatorial? Ahí se lo dejo, mis amigos, hasta la próxima.
El Padre Báez.

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