lunes, 23 de febrero de 2015

víctimas

Víctimas de las tabaibas…
“… montes… carneros… colinas… corderos…”  (del salmo 113 A).
“... las lluvias, la agricultura, los alimentos... una vida grata y a nivel humano... que puedas disponer de los animales, en parte como animales domésticos y en parte como alimento...” (de los sermones de san Gregorio Nacianceno, obispo).
… he sido testigo y en primer plano del proceso tabaibero o tabaiberil. Teníamos trabajo, comida, agricultura, ganadería, alegría, protección… y pasaron a proteger tabaibas. Y poco a poco fue estallando el conflicto. Todo ha saltado por los aires. Ha sido terrible, horroroso, se ha destruido el campo, ha desaparecido el sector primario, lo primero.
La acción del cabildo no ha sido otra que desaparecer el campesinado y sus labores, ya fueran agrícolas o ganaderas, le llenó de pinos sus tierras y protegida las tabaibas, éstas devoran toda tierra. Le han complicado la vida al pobre campesino, que huye. Se abandonan las casas y las propiedades. Nos metieron en la crisis, y comer es difícil y escaso; gracias a Cáritas muchos, y otros sin más pasan mucha hambre. El cabildo ha parado al personal mago (o del campo). Ya no hay niños, ni jóvenes en el campo, en el agro; quedan los ancianos y su sabiduría prohibida manifestarla o desarrollarla, y ni el poder enseñarla y transmitirla, que ya se encarga el cabido con peritos que dan cursos absurdos y ridículos como quien justifica y defiende lo que justo ataca. Los ancianos que se quedan lo hacen para defender sus casas, que no sus tierras o propiedades, las mismas que no pueden ni pisar, se las han robado con declaraciones absurdas y sin sentido. Campea por el campo la desestructuración y el desarraigo. Ya el campo, solo produce leche de tabaiba. No se prepara para la vuelta al campo a los jóvenes, sino con cursos de engaño, de jardines, de huertos urbanos, etc. Vivimos el drama de la separación familiar y la destrucción de las faenas de siempre en el agro. Todo va a ser muy complejo el recuperar lo que fue y hubo. El campo y sus campesinos son víctimas del cabildo que maneja dos cuerpos: el sepro y el miedo, fieles a su amo más que los perros (única ganadería más que boyante). Se busca y no hay trabajo: no se puede plantar un saco de papas, ni tener una cabra. Hay hambre, mucha hambre…
El Padre Báez.
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Discúlpenme no diga quién me dice lo siguiente, pero como verán es de Medio Ambiente (la sinceridad merece respeto y sigilo):
Gracias Padre Báez. Es más, en esta ocasión tengo que reconocer que está habiendo un  verdadero abuso de poder por la persona que contacta con (…)… Nada más recibir la documentación y contrastándola con el técnico que tiene que resolver, me transmitió, que según la normativa no existe ningún impedimento legal para las actuaciones que quiere acometer (…)…
Me fastidian tremendamente estas actuaciones por libre de algunos compañeros, porque echan por tierra el intento de acercarnos al ciudadano y es lo que al final hace que a todos los de Medio Ambiente nos vean igual.
Espero que este desafortunado caso ayude a que se dejen de cometer estos abusos.
Saludos.
(...).

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