viernes, 16 de septiembre de 2011

POPURRÍ IX:


Les enseñan..., de mayores querrán ser lo mismo.

Me refiero a los distintos uniformados que hay, que cada vez que celebran algo, o sin celebración, son muy dados a mostrar sus equipos (ahora mismo, los hay que enseñan sus distintos gorros), y llevan a ello a la chiquillería y hasta les permiten toquetear sus instrumentos de trabajo. Y digo yo: ¿será para vocacionarlos, y así llegados a mayores, quieran todos también un uniforme, como única salida, cerrando así las (puertas) salidas al campo, que es el que produce y da de comer?, porque ellos ni una cosa ni otra, sino lucir, con soberbia y autoritarismo, sin humildad y servicio sus diversos y variados uniformes. ¡Eso es manipulación!, debiera estar prohibido.


Global, ¿no se van a quedar sin dinero?

Pero, ¿quién no ha visto esas enormes guaguas a velocidad de deportivos, con capacidad para más de 200 pasajeros, yendo y viniendo y recorriendo la isla hasta a los lugares más impensados, totalmente vacías?, ¿no va a ser una auténtica ruina?, ¿cómo van a sacar con dificultad, para el solo combustible?, ¡aparte: sueldos, reparaciones, publicidad, ayuda a plantar pinos, etc.! ¡Señores seamos serios! No se puede tener guaguas inmensas, cuales si fueran coches taxis, pues a lo sumo van en ellas dos o tres pasajeros, y casi siempre, en el último asiento (¿por qué será?). Esto, digo, salvando excepciones.


Con tantas horas de clase, ¿no van a fracasar?
Si los pobres chiquillos, salen del aula, cansados como quien está desturronando tierra, y llegan a casa: que si deporte, que si música, que si móvil, etc. ¿cuándo tienen tiempo de repasar, leer, hacer los deberes, pasar a limpio, etc.? ¡Menos horas de clases, y más de estudios, es lo que hace falta! Siempre y cuando los profesores acepten ganar menos por reducir sus horas laborales a favor de los estudiantes, ¡pues ésta es la madre del cordero!

En la capital 600 policías municipales, ¿entre ellos no se conocen?
Los curas, somos unos 200, y de vez en cuando tengo que preguntar a hermanos desconocidos, de dónde son, dónde están, quiénes son..., pues en la policía municipal, que son tres veces más que los curas, me figuro que entre ellos mucho más de la mitad, ni se conocen. Pero eso importa poco, lo malo es que quieren aumentar la plantilla, ¡están locos!, cuando todo el mundo habla de reducir; aquí, ¡a más! Y después, pasa, que vas a la capital (a Las Palmas -sin más-), y ¡no encuentras a uno, ni por casualidad!, ¿dónde coño se meten?
¿Menores?, ¡son mayores que ellos!
Tampoco entiendo por qué siendo “mayores” en estatura, en mala idea, en engaño, en hacerse pasar, en colarse, en astucia, en ingenio, en suspicacia, los llaman “menores”, cuales si fueran niños, y resulta que aparte de la edad, andan con bigotes, y seguro más de uno hasta es padre. Y son una salida de dinero, por no sé qué leyes, en la que si son menores, no pueden ser devueltos a sus pobres padres, que deben estar sin ellos, muy dolidos y afectados.

PAC, ¿Producción Agraria Canaria?
¡No! PAC, no es abreviatura de Paco o Paca, sino que quiere decir: Política Agraria Común, la misma que nos ha desgraciado a la agricultura. Pues, empezaron con reformas en el 92, en el 99, en 03, en el 08, y ahora anuncian otra para el 13 (2013), y que cada diez años, hacen como una revisión mayor o a fondo o de mayor alcance. Es decir, parece están en un proceso que no termina nunca, tratando buscar un camino que no encuentran, por los distintos cambios de rumbo. Así que, vendrán más reformas (seguiremos con este tema).

Hablando solos (¡).
Que fui al Obispado, para pedir las dispensas y poder casar a alguien católico, con la otra parte sin bautizar (y por tanto sin religión), y que aparco la moto, y en ello que pasa alguien por la acera hablando solo; que salgo del Obispado y me vuelvo a donde la moto, y de nuevo -y ahora otro distinto-, también hablando consigo mismo o solo. Será casualidad, pero me llamó la atención!, que dos personas -ninguno de los dos era anciano o mayor -pongo que menos de 50 años y aún el segundo mucho más joven-, y sin aspecto de drogadictos, que dos personas en tan corto tiempo de espacio, dieran esa imagen, es para preocuparse por el hecho en sí. ¿Qué está pasando?, ¿soledad?, ¿enfermedad?, ¿...

Defensor de las palmeras, en lugar de las higueras.
¡Nada, que llego a casa, y a la puerta me espera alguien y comentando diferentes asuntos, me defiende las palmeras que están plantando por...!, y le digo, ¡pero hombre, defiende la higuera, que ésta es tierra de y para ellas, ¿o no sabes, que en tiempos de los guanches, según las Crónicas, toda esta zona -Jinámar- estaba llena de higueras, de las que se alimentaban los mismos?, ¿quién jamás comió algo de las palmeras que nos plantan?

Me niego a precisar, sobre...
Me niego a decir: “Las Palmas de Gran Canaria”. De pequeño aprendí lo de ir a Las Palmas, sin más; pues no hay otra, como para distinguirla. Bien está, para el que está fuera, de cara a precisar el lugar exacto, y no se preste a confusión, pero no habiendo aquí, una Las Palmas de Telde, y ni otra Las Palmas de Arucas, ni de cualquier otro lugar, sobra esa ubicación, que todo el mundo sobreentiende y da por supuesto. De ahí, que ese “de...” esté y está de sobra, salvo para los que no tienen otra cosa que decir -como los que sin venir a cuento, te interrumpen en la conversación, y te largan; ¡dime tú, tutéame, que me haces mayor...!, ¡y otras sandeces!-, que al decir, Las palmas -sin más- todo el mundo sabe, que se refiere uno, a la capital, y no a la provincia, pues eso además, lo da el contexto.

El Padre Báez, que sigue con los breves, para dar salida a lo mucho que hay que comentar y decir, aunque como quería San Francisco, “¡sine glossa, sine glossa!”, es decir a pocas palabras, que es así como Dios hizo el mundo -decía el (este sí, con el de) de Asís-.

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