sábado, 3 de septiembre de 2011

¿Depender de qué?


Depender en el Tabaibal del turismo y del ladrillo (entiéndase la construcción), es echarse la soga al cuello. El turismo, porque se va y ya no vuelve; y la construcción, porque ¿dónde se hace algo, que no sea cosa de faraónicas obras con gente toda venida de fuera?

Así que sin uno y sin el otro, el trabajo por los suelos. No hay trabajo en ambos sectores, y si lo hay es residual y testimonial, pero no mayoritario y totalitario que es lo que hace falta. Hace falta dar media vuelta y dejar de mira a la costa -por donde el turismo y la construcción), para descubrir un plantel de trabajo impresionante en estado puro y virgen. Me refiero al campo, que recibiría con los brazos abiertos, a quienes quieran promocionarlo, para darnos resuello, riqueza, trabajo sin fin...

Pero, algo raro, está pasando: nadie quiere coger polvo, ni oler a ganado. Nadie quiere encallecer sus manos, ni sudar la camisa; nadie quiere trabajar de corrido y de sol a sol; nadie quiere trabajar en el agricultura, y todos esperan lo hagan otros por y para nosotros fuera, que después, nosotros se lo compramos, a precio de nuestra salud, y estómago (por no decir bolsillo).

Con el agravante siguiente, los trabajos inexistentes (turismo y construcción), de haberlos, serían trabajos temporales, mientras que el del campo es indefinido; pero no acaban ahí los beneficios y bondades del campo, y es que es -entre otros- un trabajo, del cual no se puede esperar despido alguno, ¡ni pensarlo! “El campo no da descanso nunca” -dice repetidamente mi hermano-, porque “siempre hay algo que hacer”. Nunca se acaba el trabajo en el campo...

La solución al paro, ya la tenemos; los que no la ven son los políticos, ¿por qué será?, ¿qué gatos encerrados hay en esta situación que a ellos les beneficia y por la que no dan el brazo a torcer?, ¿quién descubre este misterio? El Mayor enemigo de los parados, los políticos que tienen la solución en las manos, y no la quieren utilizar.

Y mientras los de los sindicatos, dándonos encuestas, resultados, porcentajes, números, pero no trabajo. Ellos, nos hablan de: asalariados, contratos, temporalidad, encuestas, laboral, ministerio, trimestres, índice, gabinetes, estabilidad, marcos, previsión, balance, despido, indemnización, empresario, renovación, cifras, reforma, proporción, media, etc., pero nada de esto da trabajo y comida, sino palabras, bla, bla, bla..., y el campo esperando.

El desgraciado que tiene trabajo, no es feliz, porque sobre él, pende la espada de Damocles, que le seccione el trabajo, cuando más tranquilo esté, y por eso, ¡ni duerme!, pensando ¿cuándo me paran? Y mientras nuestro tabaiberos políticos y gobernantes, incapaces de diversificar la economía, más allá del turismo y de la construcción, sin darse cuenta las puertas del campo están abiertas de par en par.

Hay no ya estar ciego, sino ser tonto de remate, no ver que el trabajo que algunos obtienen, es trabajo para tres días, es decir, ¡nada! Todo sigue igual.

Se puede mirar hacia atrás, si la memoria ayuda -y la nostalgia acompaña-, y ver cómo en el pasado más reciente, se tenía trabajo, no había paro, el campo estaba atendido, y el que no podía tener una vaca, se conformaba con la vaca del pobre, que es la cabra, pero nadie tenía hambre, y todo el mundo tenía trabajo, pero...

“Entonces no había hierba para tantos animales; ahora, no hay animales para tanta hierba (la frase es de un taxista, que procede del campo, al que no le dejan dar un timbalazo en él)”. Ya sabemos quién nos vigila por cielo (helicópteros), y por tierra (motos, todos-terrenos y botas que caminan solas).

El Padre Báez, que no se va a cansar de hablar del campo, como solución a la grave crisis de paro y hambre que tenemos; y mientras, los políticos piensan en el ladrillo, y en las carteras de los turistas. Un servidor, piensa en los cercados de lo que sean por plantar, y de las alpendres mugiendo los becerros pidiendo la ración (¡ración, no!), la sementera, la hierba, las ramas, el agua, el retal, el millo, las cañas, las pitas, las tuneras...).

No hay comentarios:

Publicar un comentario