sábado, 3 de septiembre de 2011

Ésta, es la diferencia...


..., que usted ve a un agricultor, a él solo -y Dios (porque mira al cielo y ruega, por su cosecha)- y está en un terreno, que no vamos a medirlo, sino decir, es una finca, y está en ella, hoy aquí, mañana allí, y así va pasando de una a otra, como una hormiga, el solito –y la compañía divina dicha-.

Ahora bien, la misma finca no, pero una idéntica en cuanto a extensión por tamaño y forma, pero ésta con una cuadrilla de equis personas, -pongamos que los cuarenta del Viso- y éstos, tres meses, y al fin: de la primera se come, y de la segunda, ¿qué?

Pues ya está: digámoslo claro: en la primera uno solo, consigue comida para muchos y mucha y variada; lo que a los otros respecta, trabajando en ella unos cuarenta y tres meses, molestándose unos a otros, sin producir nada.

Al primero, no le paga nadie, sino lo que cobra de lo que cosecha y vende; a los segundos -cuarenta, como los de la cueva de Alí Baba y los cuarenta ladrones (no por lo de ladrones, sino por el número)-, les paga el Gobierno de Canarias, que paga al Ajunta y miento, y que recibe el dinero de europa, pero que europa nunca controla en qué y cómo lo gastan, y llaman a eso ayuda, ¿ayuda para qué?

Al primero, no le llega ni migajas de ayuda, ¡y eso que produce!, y encima lo necesita, pues ¡nada!; mientras que a los que nada producen, una millonada de dinero perdido en hacer que hacen, pero no hacen nada.

Ayuda, para no conseguir nada, pues como a un capataz, le remuerda la conciencia y sin querer mande a uno de los de la cuadrilla de cuarenta -o el número que sea- a trabajar o moverse algo (tal vez, que se agache), éste le espetará -como me han dicho que le dice-: “¿No sabes nos pagan, para que no hagamos nada?; pues ahí tenemos el resultado: nada hacen, nada consiguen, salvo un sueldo sin sudarlo, sin merecerlo, sin producir nada.

Y esto ya es de pena, de un país que no tiene vergüenza, ya es la repera. Esto, es indigno, propio de maleantes, de traficantes, de embaucadores, estafadores, rufianes, ladrones, gandules, mentirosos..., por eso se esconden cuando pueden, y si no vigilen y controlen a los de Gesplán, y verán lo que es un plan, para gastar en no producir nada.

Y encima el otro, que se ande con cuidado, le van a pedir cuenta de todo, de un control cual si administrativo fuera, con fechas, cantidades, veces, etc., etc., ¡coño, que p´ algo sacó uno el carné de fitosanitario!, y sabe cómo va la cosa, de pura administración de empresa, por mas que no se trate sino de plantar un saco de papas, si quiere venderlas, sin esa montaña de requisitos, no podrá, sino comérselas todas, por más que se reviente o dejarla se pudran.

El Padre Báez, que dice si le dieran al primero lo que a los cuarenta durante tres meses, saltaba de gozo, sobre una pata sola cual si mona fuera, porque le habría caído el gordo o sacado al lotería, pero, ¡quiá!, de eso ¡nada! Al que trabaja: ¡palos!; a los gansos, un buen sueldo, por no trabajar, sino hacer que trabajan y son como moscones, que se molestan -repito-.

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