domingo, 11 de diciembre de 2011

POPURRÍ 80:


Sobre mi tesis (80):
Comienzan a llegar noticias a España de la llegada del Padre Juan de la Plaza a Indias (59), y los amigos de la Compañía se sienten movidos a hacer donaciones con cláusulas a favor de los indios:
“... declaro quel principal fin que me mueve a fundar el dicho collegio es para que los indios naturales de la dicha cibdad de La Paz y su jurisdicción sean ayudados en lo spiritual y para que la dicha Conpañía enseñe Gramática a spañoles e a los indios que les sea permitido deprendella... (60).

Que me se (como dicen los espakistaníes de pueblos) olvidaba:
Que el día de la Inmaculada, terminada la Misa, uno de mis acólitos, de Tecén –todos son mayores, esposos, padres y abuelos- que le habían regalado una baifa, que para que no estuviera sola, había conseguido otra, y que no le importaría tener una más. Antonses, le dije, que de eso me encargaba yo, que la pediría en Cazadores, y ya se la traería (ya después, cada Domingo, tendré -además- el aliciente de ver cómo crece “mi” machorra...

Esto justo, cuando decrece la agricultura...
... el campo, retrocede, va patrás, como los cangrejos, sin freno, de culo... sí, el campo languidece, está dando las últimas boquiás... todo comenzó hace unos cincuenta años, con el desgraciado turismo, que ha sido nuestra ruina... y por su parte europa, se ha encargado de cargárselo más aún... y ello, que desde que los guanches entraron en las islas, y sin parar hasta hace medio siglo, aquí se vivió de la agricultura (y ganadería, que es su complemento inseparable)...

... el cristianismo...,
... ayudó a una sociedad ganadero-agrícola con su filosofía, siendo muy loable el papel de la Iglesia al respecto (piénsese en la tarea de los religiosos y misioneros). Dos momentos hay en nuestra Historia de esto que comentamos, y es el siglo XV, que separa esos dos mundos, si bien hay continuación...

... el abandono comenzó...
... con esa huida del hombre del campo a las ciudades (aunque fueran por sus periferias y barrios marginales, amontonándose en bloques, para el cemento y servicio al turismo, con lo que comienza la PAC a destrozar lo que quedaba, reduciéndose más si cabe la presencia en el campo, por tan mala política destructiva...

... ya que la dichosa PAC
... nos engolosinó con dinero, y esa fue la muerte o casi muerte que vive del campo, y aún más que se convirtió en árbitro de lo que se debía o no hacer en asuntos de agricultura y ganadería, y por si era poco todo lo que queda, metió al Banco de por medio, tractores por todos los cachos de tierra hasta más estrechos, se cultiva lo que ellos dictan, y se empobrece el suelo hasta envenenarlo, y todo ello desde quienes no han pisado el campo, porque no han salido de oficinas y todo se les iba en ayudas, que se cargaban lo que querían ayudar...

... actualmente...
... cual si el campo estuviera muerto, como algo que apesta, solo los políticos miran al turismo, olvidando o no sabiendo, que: el campo es creación, y del campo la mayor riqueza espiritual, moral, junto con la económica y otras... era en el campo, donde se daban el mejor compendio de: virtudes, valores, ética, principios, vida social, familiar, solidaridad...

... el campo siempre fue (lo hemos perdido):
Un mundo de relaciones, de ayuda y colaboración mutua; donde en un doble sentido se miraba al cielo, (no solo esperando la lluvia o estudiando las estrellas); donde la fiesta y el sentido lúdico y el gozo, nunca faltaban...

... al presente...
... tenemos o padecemos la maldición de la desaparición de los animales y de la agricultura (la flora es, la gran perdedora), al tenerlo todo protegido, donde el especialista del campo –que es el campesino- ha sido sustituido por el politiqueo capitalino ignorante y desconocedor del campo. Se está dando palos de muerte así al campo; lo que queda es residual, son mayores y con miedo a multas... y si el campo ha llegado al presente es gracias a los campesinos, ahora sin ellos desaparece el campo... ¿qué pretenden?

Y ahora, que...
... la crisis empuja a algunos al campo, no saben trabajarlo, ni cuidar una cabra... y a esa multitud capitalizada, se la sustituye el cuidado de animales que le den leche, por perros, con manifestaciones, como las últimas ocurridas en nuestra desgraciada capital..., ello como sustitución de una necesidad de volver al campo, a la ganadería (¡te dan perros por cabras!)...

... pero todo esto dicho, no es lo más grave, que...
... desaparece la espiritualidad, la estética, las relaciones (anoche en confesión, una señora que vive hace quince años en un piso, no conoce a nadie, cuando fue preguntada por un servidor sobre si se llevaba bien con sus vecinos: no conoce a nadie)... todo se vuelve en puro individualismo, materialidad, mentiras... el hombre retrocede, se animaliza, se embrutece (sustituye al animal, y se comporta como él, despersonalizándose...)...

... para colmo...
... nos piensan (o piensan por nosotros), nos igualan, uniforman, unifican... los nuevos templos son la áreas comerciales..., políticamente, nos limpian el cerebro, no se piensa, no se es libre, se es borrego (en sustitución de la cabaña ovina); se vuelve al salvajismo, el hombre se vuelve enemigo o lobo de otro o para otros hombres... y todo ello, cuando al campo ya no se le saca lo que siempre dio y daría si se le atendiera, más allá de la simple fruta, carne o leche...

... con lo que estamos llegando...
... o metidos en una doble pobreza. El momento es más que grave. Nos come la publicidad, la prensa nos manipulan... lo único que se hace es comprar, o no poder comprar, con lo que ello conlleva... ¡y va siendo urgente, la vuelta al campo, regresar a las raíces, a la cultura, a tanto...!
la urbe, nos degrada, nos destroza, nos mata... ¡la tierra, nos llama!

Y uno de los mejores correos recibidos:
“Ha si es nonos dejan sino basura mas turistas menos puestos de trabajo y nos encarece la cesta de la compra en todo...”

Notas:
(59).- M. P. I. Doc. 158.
(60).- M. P. I. Doc. 186, 2. y L. LOPETEGUI: o. c., pág. 389.

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