sábado, 31 de diciembre de 2011

POPURRÍ 100:


Sobre mi tesis (100):
“... Acabado este curso se començo luego otro, al cual acudieron todos los studiantes que avía suficientes para él sin que fuese alguno a oir el curso que en la Universidad se començaba, porque del maestro y del de leer de la Conpañía tenían entera satisfacción. Los studiantes de Humanidad también se iban aprovechando y tenían sus exercicios ordinarios de composiciones en prosa y metro y sus certámenes y premios, con que muchos se animaban a los studios; señaladamente por la fiestas y octavas de Corpus Christi tuvieron nuestros studiantes oraciones y composiciones en latín y en español que reciptavan en nuestra iglesia delante del Santísimo Sacramento, con mucho gusto y edificación del pueblo, y últimamente una comedia o representación de la parábola del Hijo Pródigo, la qual se representó en nuestra iglesia...”

Un año más, y vamos a seguir...
... en la brecha, mirando siempre hacia el futuro, con nuevas metas, nuevos proyectos. Al fin, siempre la luz, que renace después. Que los logros sean pequeños, no importa, incluso ni si se consigue; lo importante es trazarlos e ir en esa dirección; y si no se consigue nada, al menos se intenta. Que vamos a seguir, y como me dice un buen amigo, no caiga en repeticiones. 

Mi primera preocupación...
... va a seguir siendo el campo (nuestra agricultura, y nuestras cabras [ganadería]). Ya sé que va a ser difícil el cambio y la vuelta al mismo. Por eso, sería bueno, que ustedes mis amigos me sugieran ideas al respecto, y así variar mi “discurso”. Creo, que las muchas ideas, pueden ayudar a este cambio, al que algunos -con poder- se resisten, aunque a decir verdad, hay unos pasos tímidos, que han de ir a más.
 
Desde el pasado clamo...
... para que se vuelva a lo que es fuente de vida, economía, riqueza, paz, valores, etc., sin dar la espalada del todo al ayer, tan rico en experiencia y ciencia. Tal vez, nos falte la sensibilidad de aquellos otros tiempos, y el resultado es la carencia o falta de lo primario. Debemos reaccionar, y poner en primer plano lo que es lo primero. Inquietud, que debemos mantener, porque en ello ¡nos va tanto!

Saben mis amigos...
... que el primer día del año, celebra a María, como madre; también la circuncisión y nombre de Jesús, y es la jornada mundial de la paz (todo ello en el -para otros- el solo “año nuevo”). Pues, ya lo ven: la Iglesia, pone en el primer día del año, a nuestra Madre y Madre de Dios; nos desea una paz tan duradera, que dure todo el año, y nos recuerda, que -cumpliendo las leyes- circuncidaron al Niño (algo así como nuestros bautizos): un rito de pertenencia o consagración.

Si participas de la Eucaristía (la Santa Misa)...
... escucharás la de veces que en la liturgia de hoy, el término “hoy”, sale muchas veces. Ello, es para que nos enteremos de un presente, en el que vivimos y en el que se manifiesta la salvación (no tanto en un ayer o en un mañana; no, en el hoy, ahora, cada día...). El próximo año (2013), puede ser muy tarde, o no llegue. La salvación, es cosa de ahora, de hoy...

Saben, que estamos y seguimos celebrando...
... la encarnación de Dios. Que en Jesús: Dios y el hombre, son inseparables. He ahí el misterio. Me da, que a veces, esto se olvida o no se tiene en cuanta tanto. Proclamemos -pues-, la divinidad que se manifiesta en Jesús, y en todos, de alguna manera... es para pensarlo (no tanto, explicarlo).

La gran pena en todo...
... este tiempo de Navidad (desde el 25 de diciembre en adelante...), es que la fiesta civil está pisando y hollando, ocultando y desfigurando la fiesta religiosa. Para una gran mayoría, han sido días de compras, que nada tiene que ver con lo que celebramos. Si miramos al comercio, veremos lo difícil que nos lo ponen para descubrir las ideas de Jesús.

Nuestra Diócesis...
... tiene como objetivo prioritario fijarnos en la Palabra de Dios (escucharla, vivirla y transmitirla). Precisamente, este día que comentamos, nos presenta textos muy cortos, pero muy profundos. Hay una bendición; Pablo, nos recuerda: somos hijos de Dios...

Uniendo la fiesta de María...
... al año nuevo, deberíamos solicitar una bendición para este año que ahora empieza, para que así, transcurra bajo esa presencia de Dios, por esas sendas de deseos. Eso sí, hace falta humildad, para pedirla (antes, lo hacíamos al salir y al entrar en casa a los padres, a los padrinos, abuelos, etc.).

Decía Jesús, que si no nos hacíamos como niños...
... no entraríamos al Cielo. Sería bueno, acercarnos a la infancia de Jesús, la niñez de Dios, y reconocerlo en todos los hombres, más allá del credo, el tiempo, el espacio, las fronteras. Él, encarnado en todos...

Deberíamos tener un personaje bíblico...
... como modelo, como líder, como el preferido..., y estudiarlo, conocerlo, hacernos “fans” del mismo, imitarlo... Pues, ¿no hacen otros lo mismo, con deportistas, artistas y demás? Se trata de una sugerencia (aprópiate de su Escrito), y hazlo tuyo..., identifícate con él...

También te propongo...
... hoy te pongas en el pellejo de un pastor de cabras a quien un ángel le dice lo que ha sucedido y va a ver, y te encamines a Belén, visites a María y a José, y dile te dejen ver al Niño; y entabla con Él (y ellos), una conversación. Puede resultar muy esclarecedora...

Llega un nuevo año...
... y no debemos perdernos en felicitaciones tópicas, miles de veces repetidas: que si próspero, que si feliz, que... mejor, si reflexionáramos, cómo nos fue el que acaba, para no repetir los fallos del anterior, y sea verdad al menos, este otro dicho: “¡año nuevo, vida nueva!”

Son muchos los que...
... me han felicitado; cristianos de otras confesiones, ateos, agnósticos, indiferentes, aconfesionales, sectarios, enemigos y amigos, del campo y de la ciudad, de... de tantos y tantos, aún no compartiendo todos mis puntos de vista, pero agradeciéndome cuanto hago con estos popurrís..., a todos: ¡gracias! Dicen les he enriquecido...

Lo más importante:
Dejar atrás todo lo malo, lo rancio, lo sucio, la mentira..., no se debe pasar a un año nuevo, con todo eso viejo, con todo ese lastre; hay que empezar de nuevo, hay que retomar el camino de: la verdad, el amor, el perdón, la alegría...

Y aunque resulte repetitivo:
¡feliz año nuevo!



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