domingo, 14 de agosto de 2011

Que poco a poco, las aguas vuelven a su cauce


Y digo esto, porque me pregunta el otro día un grupo de jóvenes: “¿y si no estoy confirmado, no puedo ser padrino de bautismo?” Efectivamente, le contesto. Y a continuación -eran un grupo de cuatro veinteañeros- los que me piden a continuación, que los apunte, para iniciar la preparación de las catequesis pertinentes de cara al sacramento.

Pues, ya lo ven: algo se mueve. Y, aunque los síntomas no se notan mucho, la presencia varias veces millonaria, de jóvenes en torno a ese anciano, que es el vicario de Cristo, el Santo Padre, Benedicto XVI, el Papa, es más que sintomático.

Y viene esto a cuento, porque hasta sin querer la industria cinematográfica, por su parte, va a contribuir, en poner las cosas en sus sitio –a pesar de su aparente libertinaje y bohemia-, y es que ante el generalizado y amplio paro, cualquiera se vuelve loco por conseguir un puesto de trabajo en lo que sea, de lo que sea y donde sea, y así, aunque sin cultura, sin base, sin preparación, y con el solo careto, sin más -por más que uno no se sea agraciado para los platós y rodajes-, es el caso que para una película que se proyecta en una de nuestras islas, piden voluntarios -me figuro que como extras o masa-, y allá que se presentan cientos y la madre (¡es un decir!), pero ya previamente se descartaba a todo aquél que llegara con cualquier pilcen o pircen (creo se escribe “piercings”), y además, eran también excluidos cualquiera que se acercara con esa pretensión de actor novel, si iba o venía con algún tatuaje.

Con lo cual, algunos, en adelante, se lo pensarán, si es que lo piensan, o estarán condenados a hacer cualquier trabajo, pero no de actor, por más que se sea principiante, y como los que no están confirmados imposibilitados para ser padrinos de bautizo; éstos, sin la posibilidad de trabajar en el cine, aquellos sin poder apadrinar.

Pues, ¡mira por donde, las cosas retoman poco a poco su rumbo normal, porque ni lo es el ir sin confirmar la fe por la vida, por mas que les digan “somos aconfesionaes”, “somos laicistas”, “somos ateos”, somos amigos de Alá pero odiamos a Jesús”, etc. Todo eso es: ¡es mentira!; todos se agarran a Dios, ¡y lo sabré yo!, que me cansé de bendecir estampas, medallas y rosarios, etc., a los que venidos de toda la isla, se dieron cita en la Traída del Agua, en Lomo Magullo, que la petición más que comida y trabajo,era: “Padre, ¿me bendice este rosario, esta medalla...?” ¡Faltaría más, y a ti también -les decía un servidor-!, cosa que agradecían más que dinero.

Y por otra eso de mancharse el cuerpo con dibujos o agujerearlo en distintas partes, para colgar de lo más variado, comenzará a remitir, en la medida, que en los previsibles y posibles puestos de trabajo, se les diga: ¡¡Con esa pinta: NOOO....!!

El padre Báez, que comienza a ver signos de nuestro tiempo, o señales de cambio (aunque lentos, seguros: confiemos y tengamos paciencia, y viviremos en un mundo mejor, a corto plazo, ¡se lo aseguro!).

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