miércoles, 17 de agosto de 2011

Alabanza en Madrid


Si algo estamos viendo en Madrid estos días -en un mundo triste y de amargados-, es la alegría de la juventud católica, que libera y es una gozada.

Es el resultado de una oración de alabanza. Alabanza y acción de gracias, que son inseparables (alegría y Misa). Y es que Dios, es digno de ser alabado y es lo que hacen estos millones de jóvenes del mundo (católico). Es, una alabanza de agradecimiento y de bendición, y esto, se manifiesta al exterior, de forma imparable en el culto; se le da gloria a Dios, y llega a la adoración. De ahí, los himnos y los cánticos.

Cánticos de alabanza, propios del entusiasmo juvenil, describiendo las grandezas de Dios, su bondad, su justicia, su salvación, su auxilio, su amor, su fidelidad, su gloria, su fortaleza..., en todas sus obras. Es, el autor y creador de cuanto existe. Lo exaltan, lo magnifican, reconocen su superioridad -pues habita en lo alto-, es santo, se le exulta profundamente.

Alabanza, que viene unida a la confesión de las grandezas de Dios. Una juventud, pronta a vibrar y a entrar en comunión con Dios, en asamblea (Jornada). Los insensatos, quedan fuera, al margen...

La alabanza brota, al estar en contacto con Dios. Y renueva al que alaba, y se vuelve incesante. Es, una explosión de vida -como estamos viendo estos días-. Se alaba, y se canta. Nace del embeleso y de la contemplación de Dios. Supone un alma dilatada y poseída de y por Dios, que se expresa con gritos, con explosión, con ovación gozosa, y se expresa en el canto, y hasta con la danza y la música (gestualización [incluyendo en ello el cuerpo]).

La Iglesia es beneficiaria de la revelación, y por consiguiente la única que conoce al verdadero Dios. Y la alabanza se vuelve universal (católica), y a todos se invitan a unirse a esta sola voz. Alabanza de todos los pueblos a Dios, es anticipo de la gran alabanza en la eternidad.

La alabanza se vuelve culto, por eso está ligada a la liturgia, en asamblea. Y será el “amén”, los “alleluias”, u otros estribillos...

La alabanza cristiana, suscitada por el don de Cristo..., con Cristo, y en Él. Orando con Cristo, y alabando a Cristo. Jesús, es nuestra alabanza.

El Padre Báez, que ve en esta JMJ, lo que es -entre otros aspectos- la alabanza de gloria, dada por millones de jóvenes a la Santísima Trinidad.

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