lunes, 1 de agosto de 2011

Oración lomomagullera:


Termino de celebrar la Santa Misa de 9,00 en Lomo Magullo, y me dispongo a bajar a Tecén para lo mismo (todavía me quedaba una tercera), cuando al salir de la sacristía, me encuentro con un joven del lugar, de rodillas, y toda vez que lo conozco, pues no en vano cada vez que nos vemos se me acerca para hablarme de sus cosas (trabajo, novia, Don Pedro Marrero, etc.), me dice está rezando, porque acaba de llegar del Sur, y está asombrado...;
le pregunto qué le pasó, y me cuenta: vengo de trabajar -es la tercera vez-, y estoy por no volver, y eso a pesar del paro y del trabajo que ha conseguido, pero que no vuelve. Le vuelvo a preguntar por qué y me dice, que lo hace en un lugar donde bailan, que viene de allí,  pero que está asombrado al ver a tanta gente joven de unos 15 años, peleándose como perros, que niñas de esa edad, desnudándosele -y que aunque le gusta las mujeres más que comer-, no las tocó, porque además tiene novia, y no quiere líos, que fue a separar a un grupo enzarzado en una pelea, pero que es de contínuo, y alcanzó una trompada en el pómulo -¡y bien que se le notaba!-, que los porros allí, es como fumar tabaco, la droga, que..., bla, bla, bla..., ¡que no vuelve! Que se queda en Lomo Magullo, que va a plantar papas, y cuidar de las cabras, aunque gane menos (¡así vea los ojos de Dios, es lo que me dijo, entre otras cosas!). El muchacho es sano, fuerte, joven (unos 20 o 22 años), creyente...

Y, me cojo los dos periódicos que a diario leo: Canarias 7, y La Provincia, y heme aquí, que en la portada del primero: “mano dura contra las reyertas en el Puerto. La Policía local realiza un despliegue preventivo para evitar el botellón y las peleas”, esto en portada, pero -ayer Domingo (31 de julio)-, ya en el interior, dos páginas (10 y 11, y les transcribo parte de los titulares:   “...jóvenes... baja calidad que desprestigian la zona (el Sur), y hunden a los que buscan mejorar el sector..., la patronal pide control...; pero, el otro periódico, en la misma línea (página 8): “... miles de jóvenes canarios... han tomado Playa del Inglés...  van a la calle a beber, vienen a romper la noche y ligar una gran borrachera...”

Pues, éstas tenemos. Toda vez que uno no es ave nocturna, nada sabe de esto, pero veo confirmado lo que me decía mi joven feligrés, por lo que ratificaba luego la prensa escrita (la tele hace ya medio año no la veo); pero la cosa, es altamente preocupante: ¿a dónde vamos a llegar o a ir con una juventud, que comienza a tan temprana edad -y por más que lo hicieran a mayor edad- que solo piensan, en: beber, pelarse, fumar droga, sexo, etc.?

Por supuesto, no todos son iguales, y un ejemplo lo tenemos en este chico que encontré rezando, en la Iglesia, un Domingo por la mañana, venido del Sur, de trabajar y a donde no va a volver, porque eso, eso no es lo de él.

Y mientras, nuestros políticos al cien por cien, hablándonos de la salida de la crisis, de la supresión y desaparición del paro, sin otro producto alguno, sino el del turismo, que los pocos que nos vienen se encuentran estos espectáculos, en sus lugares de descanso: bebida y droga, con chic@s  durmiendo en las aceras hasta las 9,00 horas. Pero, con el agravante siguiente: se trata de niños con 14 años sin llegar a los 18, sin más redada, ni nada. ¿Es así como cuidamos la zona turística por excelencia?, ¿es eso lo único que le ofrecemos a los turistas?, pues, ¡vaya espectáculo!

El turista, se encuentra con esto, y más: acoso, alcoholismo, borrachos, drogados, copas, agresiones, peleas, deambuladores, merodeadores a las puertas, droga, prostitución, etc., etc. ¿Y es este el único sector productivo?, ¿vamos a comer y vivir de esto? ¡Qué bueno, cuando mi joven feligrés, ha dicho: me voy a plantar papas, y a cuidar cabras, aunque gane menos!; y que es al revés: solo con papas y cabras, ganaríamos más; más aún, saldríamos de la crisis, del paro, de la droga, del alcohol, etc., pero ¿quién manda a nadie ir al campo? Pues, ¡¡todos p´al Sur!!

El Padre Báez, que muestra su preocupación, por este estado de cosas, que alguien (padres, políticos, dueños de locales, policía, etc., etc., favorece, estimula y no evitan. Así, perdemos a una juventud, que pudiera ser como decían los clásicos “divino tesoro” cambiados, en autentica basura o escoria humana, sin principios, ni moral, ni valores, ni espiritualidad, sin fe..., ¿y para qué seguir? Para la que viene: ¡Dios nos coja confesados (aunque me dijo una doctora en medicina, le dijo eso a un enfermo gravísimo que le preguntó por su salud, y le dio vaya a su párroco, y que le ponga la unción de enfermo -es de Argentina- y la enfermera canaria, la insultó, la denunció, la...!

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