jueves, 17 de marzo de 2011

PENA DE PRENSA DEL GRAN TABAIBAL (ANTES GRAN CANARIA):

 
   
 
    Gracias al largo –que no grande- carnaval, que dura que no acaba, y a las cuatro gotas de agua que caen, nuestra –de ellos- prensa, vive, sin dar golpe, con una profusión de imágenes –por más que repetidas- de forma abusiva y obsesiva, que llenan páginas y páginas del mismo contenido y así sin fecha de final, sine die en su cambio, que lleva ya al hartazgo y al vómito, porque como dice el refrán: “bueno es lo bueno, pero no lo demasiado”, o lo que dijo el poeta: “lo bueno si breve, dos veces bueno”; pues que los de la prensa, no se han enterado y “erre que erre, no se bajan del burro”, y cuando en el mundo ya tienen olvidado y enterrado el carnaval, para resucitarlo el próximo año, aquí, cuando termina en un lado, comienza por el  otro, y los sobejos de la prensa, perdiendo el culo detrás de las máscaras, para la crónica diaria, de un carnaval que no acaba nunca, y así todos los días la ración carnavalera llenando espacios, que roban a noticias serias o a trabajos de investigación periodística –que no se hacen- sino enseñarnos a “viudas de sardinas”, y “laicistas disfrazados de clérigos”, entre otras lindezas (perros disfrazados, cuatro con el cuerpo pintado, ocho sobre zapatos de medio metro de altura), y numeritos que son de vergüenza.
 
Y claro, tal proliferación y cotidianidad carnavalera en fotos y reportajes, con comentarios tan altamente cualificados sobre quién ganó corriendo (¡hombres!) con zapatos de mujeres  -por poner un ejemplo-, no hacen sino estirar y estirar y estimular –como el de los preservativos- que el carnaval siga y siga y no pare, pues, con el sebo de sacarlos en el periódico, los hay que no hacen sino disfraces y payasadas; ¡que no faltará el fotógrafo periodista que en lugar de tirar las fotos en redacción al cubo de la basura, las ponen en portada, interior y contraportada, por más que el carnaval haya acabado o terminado hace tiempo (in ille témpore), en el mundo, pero aquí no una hora menos que en espakistania (antes españa), es que estamos medio año retrasado respecto al mundo, pues allá en el mundo acaba el carnaval tres meses antes y aquí lo seguimos mostrando en páginas y páginas todos los días, porque cuando al fin acabe, ya empiezan a preparar que si el escenario, que si el cartel, que si los ensayos, que si el presentador o cantor (pregonero), que si museos de disfraces, que si esto o lo otro (todo relacionado con el carnaval, todo el profano (por no decir “santo”) año.
 
    Una prensa carnavalera, que en lugar de suprimir pasado el miércoles de ceniza o comenzada la cuaresma toda referencia al carnaval, como que lo hace con mayor rabia y euforia, ayudando así al populacho, a que no abandone el carnaval y lo estire y prolongue hasta el infinito. Porque ya sabemos que tres semanas antes del comienzo hay lugares que ya enterraron la sardina, y así enterrada aquí, quedan todavía mil sitios más para su entierro, en diversos lugares y fecha, con lo que todos los días tenemos entierros de sardinas y “viudas”, que son hombres, que sin pudor, vestidos de señoras, lloran cual la muerte de sus madres. Y la prensa, testigo y tomando fotos de tal evento. Así la prensa, fomenta y activa la vida carnavalera, llenando de rivalidad y de imágenes a las desgraciadas islas, y cuando el mundo trabaja cuales hormigas, aquí se fomenta y estimula la vida saltarina de las cigarras, que no dan golpe, sino divirtiéndose siempre. Pero viene ahora la mayor...
 
    La mayor es, que como caigan cuatro gotas y un centímetro de nieve en la cumbre, ya tenemos reporteros periodísticos a tutti fruti, recogiendo las imágenes de los tres que suben a divertirse, y ¡foto segura en los periódicos, de cuatro que suben por tres gotas de agua a divertirse!, y estos memos de los periódicos a ponerlos en portada, interior y contraportada, con fotos y mas fotos, porque llovió o llueve o lloverá como si esto y esta, fuera la gran noticia que justifica la vida y permanencia de un periódico que como no nos vendan cuchillos y calderos, ya hubieran desaparecido, aunque a este ritmo de carnaval y aguas que corren por correntías y barrancos, y presas que se llenan y rebosan, poco les queda de vida; porque si ya que salen al campo por las gotas de agua caídas (¡normal desde que el mundo es mundo o salió de las manos del Creador!), estos lo ven como novedad, y como si fuera la primera vez el agua cayera del cielo, pues que si al menos ya que suben al campo dijeran y criticaran al cabildo y dijeran: “¡pena de agua que no riega sino pinos y maleza!”, y de paso añadieran: “¡que pena, que hemos subido a ver el campo mojado -y a pesar de estar todo verde-, no hemos visto ni una sola cabra suelta!” Entonces pudieran estirar sus vidas o permanencia, porque al menos por eso, lo comprarían -sin cuchillos y sin calderos-, sino por la crítica que se le hace a la administración, pero ¡quiá!, si eso hacen le quitan la teta de la publicidad, y entonces sí que fenecen (o mueren de inmediato). Pues lo dicho: compre Vd., un periódico –o dos- para que le enseñe todas las máscaras de la isla, y más; y además, no dejen llegar la lluvia al suelo, para estar sacándole fotos. ¡Qué pena de prensa! ¡Dieciséis páginas del periódico, uno; y diez el otro, para decirnos que nevó en la cumbre!,¿esto es normal?
 
    A continuación, copio parte del correo que desde China recibo de alguien que me dice lo siguiente (es de aquí, pero...):
 
   “ Buenos días Cura!!!        
    He sabido lo del Tsunami porque he visto la televisión China un poco... ! Qué catástrofe!; aquí no sentí nada, aunque estamos relativamente cerca. Ya en unas horas vamos a presentar el trabajo en una conferencia. Cansados pero satisfechos, estoy muy contento de esta experiencia. Los estudiantes chinos se han portado muy bien con nosotros, han sido muy acogedores, los vamos a echar mucho de menos. Cuando esté en Holanda le enviaré alguna foto que aquí en China el internet va muy lento.
    Gracias a Dios todo parece ir bien. La estancia en Delft  (Holanda) y el paso por China me ha ayudado a dar otra visión a mi doctorado; en Las Palmas estaba muy solo.
    Leí su correo sobre la televisión y estoy con unas ganas enormes de ver esos programas...,  se que le han salido muy bien!!!. Sobre los carnavales...: en Canarias no piensan en otra cosa durante 3 meses, mientras el mundo entero está trabajando. Políticos, empresarios..., etc., como si el turismo fuera a trabajar por ellos, esperando que vengan a Canarias a dejar su dinero. ¡No se espabilen ellos a promocionar otras salidas, que van a comer bloques de cemento!
    Un abrazo Cura!!!, yo también le echo de menos, y esas montañas, hasta pronto”.
 
   Hasta aquí lo que me dice alguien de aquí, que se doctora en arquitectura, y que dice lo que dice, sin más. Seguro, que tampoco esto, lo van a publicar, ni poner en internet, como lo del “carnaval preservado”, ¡ah canallas!
   
    El Padre Báez, que echa de menos a periodistas como Paco Díaz, que digan verdades como puños, sin miedo (aunque en su día estuviera desaparecido un tiempo); ahora, lo tienen ninguneado, que es peor. De él, ni un renglón, pero de lluvias y carnavales, los periódicos rebosan –como las presas-, ¡qué asco, Dios!

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