lunes, 28 de marzo de 2011

DEL CAMPUS UNIVERSITARIO, AL CAMPO-CAMPO:

   
 
    Pues, sí, aunque parezca mentira; antes, todos los jóvenes del campo -salvo excepciones- en el campo nacía, allí se criaban, y allí trabajaban, en la profesión aprendida de sus padres, y traída desde atrás desde épocas muy remotas; es decir, en la agricultura y en la ganadería (sin separar, sino en un todo). Pero, los jóvenes -y mayores- han abandonado el campo, y todos a estudiar en los campus de las universidades (ya tenemos cuatro en Canarias, para cubrir tantísima demanda), pues, que ahora, de las universidades nuestras o de otras, salen verdaderos profesionales de todo (ingenieros, médicos, abogados, arquitectos, etc.,), pero a pesar de tan alta cualificación, el campo de esas materias está tan copado, que no encuentran hueco donde poder ejercer sus títulos (en casos muchos y variados, cuando no complementarios); pero, ¿qué pasa? Pues que están dispuestos a barrer calles, a colocar mercancía en los supermercados, limpiar caca a un niño, cuidar de un anciano, ¡lo que sea!, con  tal de ganarse los garbanzos, porque es que los títulos, no les sirven de nada, no les da dinero para comer, casarse, comprar casa, coche, o lo que sea; es decir siguen con treinta y más años, en casa de los papás, y viven de lo que cobra -la pensión- el abuelo. 
     
    Éste, es el correo que acabo de recibir, y que obviamente, no desvelaré al remitente, pero lean, lo que me dice (disculpen ponga puntos suspensivos donde él me cita lugares):
 
    Hola Padre Báez, ¿qué tal? ¿cómo le va? El motivo de este correo es el de hacerle llegar mi Currículo Vitae para ver si me puede ayudar a encontrar un puesto de trabajo. He tomado esta decisión de molestar a mis conocidos porque estoy muy frustrado porque a mis 31 años (en breve 32) no llego a un año de cotización, y porque me he pasado la juventud estudiando y trabajando en prácticas y de becario, sin posibilidades de cotizar a la Seguridad Social y sin que nadie me haya dado la oportunidad de trabajar de lo que he estudiado.
    Cuando lo conocí y le conté lo que estaba estudiando (la carrera de Turismo), siempre me acordaré de que "no lo vio con buenos ojos". Y es que cuando decidí estudiar esa carrera, a mi tampoco me gustaba mucho pero todo el mundo me la recomendaba porque tenía muchas salidas profesionales en contraposición a la carrera que me gustaba a mí (Magisterio). Con el paso del tiempo, no he trabajado (cotizando) nunca de nada relacionado con el turismo y en cambio, gente conocida mía que estudió Magisterio, está trabajando actualmente dando clases. Desesperado por mi infortunio, en 2007 comencé a estudiar Magisterio y, curiosamente, encontré un trabajo durante unos meses en una gestoría, como archivero. Una vez finalizada mi relación contractual con esa empresa, me quedé estudiando la carrera y el año pasado la finalicé. Durante ese periplo, realicé prácticas en el colegio ....................., en las que pude comprobar que había encontrado mi vocación. Ilusionado con mi nueva titulación y la experiencia vivida en ese colegio, me apunté y tiré de ahorros para prepararme bien las oposiciones de Maestro en Infantil y Primaria. Pero mi gozo ha quedado en un pozo, cuando hace poco el gobierno de Canarias comunica que anula este proceso selectivo. En los corrillos sindicales, se habla de que tardarán varios años en volverse a convocar.
    Actualmente, empapelo la isla de Gran Canaria en busca de un puesto laboral ya sea de maestro en colegios concertados, barrendero, peón de carretera, etc.
    Como dije al principio, le mando mi Currículo para ver si usted conoce a alguien que pueda ayudarme o se entera de algún trabajo que pueda desempeñar. Se me olvidaba mentarle que también soy Animador de Actividades Físicas y Deportivas y que vivo .................de Gran Canaria. Si es por elegir, busco el trabajo en esta zona ........ de la isla o en la capital porque vivo actualmente con mis padres que son mayores.
    He pensado incluso en trabajar como pastor o en algo relacionado con la agricultura pero desconozco lo que hace falta para hacerlo y quién me pueda orientar. Si usted conociera de alguien, también sería de gran ayuda.

    En espera de noticias suyas, me despido no sin antes agradecerle la atención prestada.

    Muchas gracias y disculpe por las posibles molestias”.
 
    Me dispensarán mis amigos, no les adjunte el currículo, pues alargaría hasta duplicar o más, este correo, y no es cuestión de cansarles a ustedes (salvo que alguien me lo pida).

    Y claro, inteligentes y estudiados que son, han mirado al campo, y ¡"eureka"! ("lo encontré", que dijo el griego), allá, en el campo: la gallina de huevos de oro. Y heme aquí, a universitarios, en la agricultura y en la ganadería, porque han descubierto, que allí, está la solución: tienen trabajo, tienen comida, tienen dinero, y tienen libertad. Y sí señor, se está volviendo al campo, y de manos de los universitarios, que han descubierto, dónde está la solución a la crisis; y así los hechos, cada vez, son más los que se suman y se ajuntan en los huertos de los abuelos, y los están haciendo producir, y ganando lo que la carrera que estudiaron no les dan. Y créanme: psicólogos, empresarios, economistas, sociólogos, geógrafos, historiadores, etc., etc., entre surcos, y con la vaca de cabresto (soga) a abrevar. ¡Da gusto,  volver ver el campo con vida y movimiento! Se han dado cuenta -tarde (pero “nunca es tarde si la dicha es buena”)- que el campo es la solución. Ya se rejuvenece el campo, que con la experiencia de los pocos ancianos que quedan, pueden heredar la sabiduría de una cultura que se perdía: la agri-cultura. Pues, al fin, se comienza a ver la luz, dentro de este pozo profundo a donde nos ha echado el turismo, y la crisis: volver al campo, a los animales, y a la tierra. Así, que una juventud muy culta, en la agricultura: gana dinero, tiene libertad, y sobretodo: tienen trabajo (¡trabajo de sobra, usted!).
 
    El Padre Báez, que se alegra oír a los políticos hablar de la agricultura, aunque mucho me temo solo sea de cara a las elecciones, ya que palabras como “¡vamos a potenciar!”, no concretan nada; lo concreto sería “¡vamos a comenzar a arrancar hierbas malas de los cercados y a limpiarlos y  permitir volver a cultivar, como siempre!”, mientras, esto no se diga y haga, no me convencen, y si no, “al medir contaremos”.

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