miércoles, 16 de marzo de 2011

(187): ESCRITURA ARQUEOLÓGICA:

 
    Se suele decir, que conocemos la Historia de Canarias, por los que escribieron sobre ella, pero desde fuera o venidos de fuera y fueron nuestros enemigos, que lógicamente, no iban a decir, que ellos (los de fuera) fueron los perdedores en las distintas refriegas habidas entre ellos y los nuestros; pues, resulta, que esto es falso. Porque los guanches, sí que escribieron. Bastaría unir y reunir los distintos grabados que nos dejaron, para escribir, nuestra verdadera Historia. La escribieron en piedra, y ahí está, que no se borra. Hay muchas páginas por descubrir, algunas se han deteriorado, y las que más, están formando –no un tomo- sino una buena colección de textos o libros. Libros, que son documentos, cargados de información. Pasa, que todavía los hay que no los saben leer (un servidor tampoco -salvo algún que otro renglón-, por ejemplo, los podomorfos, que más o menos, pero exactamente, con las variantes propias, quieren decir: “prohibido el paso”, “lugar sagrado”, “hay que descalzarse para pasar por aquí”, etc.
 
    Y así, está por escribirse o transcribir, tantísima información, dispersa por entre las islas. Esos grabados, nos dan –más allá del origen de los primeros pobladores de las islas- mensajes, hechos, acaecidos, etc.; es decir, la verdadera Historia por desvelar. Curioso, que la historiadora de nuestros grabados, la alemana Renata Springes, estudiosa del tema –y que contrario a los nuestros-, que nos dan con pelos y señales el lugar donde están los grabados, ella -para preservarlos-, no da ni una pista, salvo la isla y poco más. Precisamente, no es Gran Canaria (ahora Gran Tabaibal), la que más inscripciones tiene. Pero si algo nos dicen ya las inscripciones o grabados, es que las islas estaban intercomunicadas, cosa que hasta ahora se ha venido negando. Pero, hay más: lo que dicen literalmente, y ni siquiera de forma aproximada, se sabe, a no ser el contenido verbal de algunas de las escrituras, salvo que al modo de jeroglífico, el ejemplo ya puesto. De ahí, ¡trabajo por hacer, pero...!, ¿quién está por la labor?
 
    Y es un hecho tan complejo, que hay una verdadera multiplicación de “idiomas” o dialectos, que por variados y distintos, van desde el latín nuestro, al bereber de ellos; desde el púnico, al líbico, pasando por una gran gama de intermedios. La doctora alemana antes citada, lleva en ello más de treinta largos años, para decirnos: “no se lo que dicen”, pero los guanches, dijeron mucho, y ¡a saber lo que dijeron! Algún día se llegará a saber, aunque para entonces, a lo mejor no estemos en este mundo, sino en el que todos los idiomas se entienden. Pero mientras, nos toca seguir estudiando, seguir descubriendo, seguir protegiendo, seguir..., seguir. En Lanzarote, se tiene –protegidos del vandalismo- del orden de una veintena de páginas; las nuestras, están expuestas a cualquier depredador, lamentablemente; pero no voy a seguir dando más datos. Volviendo a los de Lanzarote, se cuentan con más de doscientas (200) “paginas” o paneles con los dichos grabados. ¡Miren si hay o tenemos materia y material!, pero, andamos en pañales.
 
    No se cuantos saben que entre Lanzarote y Fuerteventura, hay un único idioma en el mundo, sin otras referencias, salvo las de las dos islas citadas. Grafía, que tenemos en la Cueva rayada de Gáldar, en la ermita de la Virgen de la Cuevita, en Balos, etc. Es decir, es mucho lo que hay por investigar, sabiendo, que los guanches, nos dejaron muchísimos mensajes; que por la diversidad de sus contenidos, pudiéramos tener un conocimiento más exacto de nuestra cultura -la misma que asombró a los normandos y dejaron escrito (estos en sus crónicas): “Irán al mundo entero, y no encontrarán a gente de más lindo entendimiento...” Y así, los guanches, se pasaron la vida, dándonos mensajes o dejándonos documentos: en los barrancos, en los riscos, en las montañas, en sus casas, en todos los lugares por donde pasaban y estaban (recuerdo las figuras dibujadas por un pastor guanche –auténtico texto bucólico, propio de un adolescente- que nos deja en una cueva de Tejeda, hasta 36 figuras, habiéndose rebajado a siete (y algunas ya muy desfiguradas, por borradas, al no ser protegidas del viento, sol, humedad, visitantes que las pueden tocar, etc.)...
 
    El Padre Báez, que espera algún día se pueda leer fielmente, lo que nos dejaron escrito -en piedras- nuestros antecesores los guanches; seguro no se trata de algo baladí o de poca importancia, sino de sumo interés, al venir de quienes vienen, esos mensajes por descifrar. Y más cuando en los lugares de origen el idioma o lenguaje avnzaba, y aquí, quedó como un fósil, por tanto de máxima importancia al comparar.

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