(188): AUXILIARES DE ARQUEOLOGÍA:

   

 

    Que somos herederos de los egipcios, no creo haya nadie que lo dude. Bastaría para ello, una simple comparación con la cerámica de ellos, y la nuestra; nada digamos, si comparamos la momificación, y hasta las mismísimas obras arquitectónicas, pirámides al margen. Salvando – a pesar de lo dicho-, las diferencias propias, pero la base es común, entre otras.

 

    En todo caso, es cuestión de animar a la investigación sobre nuestro pasado, que es como ahondar en nuestra propia esencia, cultura, identidad..., cosa que hicieron muchos de los que en la actualidad nos han precedido. Ojalá también nosotros podamos aportar algún grano de arena, a este saber tan nuestro, y tan desconocido, basándose la mayoría en tópicos y en inexactitudes.

 

    En esto de estudiar, para después poder investigar, se pudiera comenzar por formar a distintos grupos de auxiliares de arqueología, y con ellos restaurar yacimientos degradados (estiércol y otros materiales en ellos), y después de un periodo más o menos largo de teoría y práctica, adquirir los conocimientos rudimentarios suficientes, para comenzar a trabajar en estas áreas o ciencias.

 

    De esta forma, tendríamos un cuadro de diplomados, que acreditados en sus saberes, pudieran dar un impulso a tanto trabajo por hacer, y crear así de paso unos puestos de trabajo, tan necesarios en la crisis que padecemos. Se trataría de alumnos-trabajadores, que saliendo del paro, aportarían un trabajo de rehabilitar zonas en deterioro y abandono.

 

    Ya desde ahí, y dando pasos al frente, pudieran pasar a hacer prospecciones arqueológicas, de las que estamos tan faltos al presente; mejorando yacimientos, limpiando otros, colaborando con profesionales, cubriendo yacimientos para evitar sus deterioros, y seguir así avanzando en una formación cada vez más cualificada.

 

    El Padre Báez, al que le encantaría saber y ver que se forman auxiliares de arqueología, como una manera de fomentar la vocación y el estudio de lo nuestro. A ver si en el cabildo se enteran y humildes bajan cabeza, y lo toman en serio.