Sobre mi tesis (33):
... El Papa, por su parte, confirma la Universidad de San Marcos, al tiempo que ésta se ve libre de la tutela dominicana. El Virrey Toledo le da edificio propio, con nuevas constituciones, la Universidad queda bajo la tutela del Estado, que la protege como una nueva fundación. Ahora, desatada del claustro, con rentas suficientes, con cátedras aumentadas, surge el conflicto con el Colegio de la Compañía de Jesús, que declina la invitación que Toledo le hiciera para que se encargara de las escuelas menores de Arte y Gramática. Consideraban éstos que quedarían fuera de sus propias constituciones y prefieren seguir su camino independiente, pero intentando la equivalencia de sus estudios del Colegio de San Pablo con los de la Universidad.
Sobre mi tesis (34):
Para tal fin, la Compañía coarta la vitalidad universitaria impidiendo su pujante aumento. Aumentan los jesuitas el número de lecciones que atraen a gran número de estudiantes seglares, con la promesa de dar validez oficial a sus títulos. Antes esta situación el Virrey prohíbe a los religiosos recibir a laicos y a los estudiantes de la Universidad asistir a los cursos. Naturalmente, no se conforma la Compañía de Jesús, y apela al Rey que ordena sea la Universidad la única que confiera títulos. Más tarde se concede a los jesuitas volver a su actividad pedagógica, con ciertas condiciones. Tendrá que llegar el siglo XVII para que se dé una solución al pleito entre la Universidad y la Compañía.
Con tantas carreteras, se están cargando la isla:
Usted, no toque absolutamente nada, pero ellos se cargan la isla, y hacen cuanto les viene en gana, y así para gastar dinero en algo, se inventan túneles y puentes, carretas y carreteras que no hacen falta y aquí explosionan una montaña, ¡que la desaparecen!, allá se comen un risco, con lo que desfiguran la morfología y la orografía de la isla, y después, ¡que vengan los turistas, para que contemplen nuestros paisajes!
¿Por qué hay información turística a diario y nada de agricultura?
¡Eso, por qué nos marean cada día y cada vez más, con el número de turistas, y turistas siempre y hasta en la sopa, y al contrario a la hora de comer, nada nos dicen del campo o de lo que es lo mismo: la agricultura! ¿Acaso ésta, no genera noticias? ¡Al menos digan que en proporción indirecta o contraria de la subida de turistas, baja la agricultura!, así que, ¿qué les vamos a dar de comer?
Con el hambre que hay, y ellos sentados en grandes mesas:
Me refiero a los gordos, ya sean del área que sea: políticos, economistas, y demás, siempre te salen en los Medios, sentados en redondas mesas de los mejores hoteles, engordando la panza, y ello sin el rubor que les debiera dar, al pensar que los hay hasta sin manteles en las mesas, y sin nada que poner en ellas, asaltando Bancos de Alimentos, y robando lo que trinquen o/y muriendo de hambre, a la par que ellos no pueden no abotonarse las chaquetas, con balayos a reventar...
A los turistas, en lugar del campo, le enseñan ahora el fondo del mar. Recuerda uno, aquella infancia por Las Cumbres, cuando las guaguas de turistas, pasaban y los llevaban a ver el interior de la isla, ésta llena de ganadería y agricultura, con humos de fogares por aquí, de estiércol por allá, y el campo en movimiento, con sabor y color, con vida y movimiento, y flases y disparos de cámaras y fotos a los lugareños y sus trabajos o faenas, pero... ¡todo ha cambiado! Ahora, no se atreven llevarlos al campo, y toda vez, que vienen al sol de las playas, aprovechando tienen el mar a los pies, les indican el fondo marino, que se sumerjan a sacar fotos a los peces, y a la agricultura salada y marina que no se come de los fondos del mar a donde van a parar tantas cloacas y detritus..., ¡qué asco!
Triste: enseñan a alumnos a soltar tortugas y pardelas en lugar de soltar cabras:
Siguiendo con el mar, pues ahí el dato: que les coman el tarro y condicionen a las pobres víctimas menores, a los que se les condicionan, para que no miren al campo, donde las cabras, sino al mar, y aprendan a soltar (no cabras, y cabrones [los machos de las cabras]), sino a pardelas y tortugas, que según mutación universitaria veterinaria, van a dar más leches y cagarrutas que las mismas cabras, y mismos cabrones. ¡Ojo!: no va con segundas, ni entienda nadie se insulta a alguien dudando de la honorabilidad de algunos.
Hay planes de empleo:
Pues ¡eureka”, que dijo el griego. Pero mucho me temo, se quede en palabras y en cursos de jardinería o semejantes, como pueden ser los de mejorar paisajes, limpiando orillas de carreteras, en lugar de añadir a la enseñanza general básica o como se la llame ahora, la asignatura de urbanidad y de no tirar nada al suelo; pues lo dicho que hay dinero para crear empleo, cuando para cavar la tierra y segar lo protegido si lo desprotegieran, no hace falta dinero, sino una asada, y una jose, pero me dá que no se enteran, porque con esas ayudas y repartos, ya se sabe, el que parte y reparte, se queda con la mejor...
Y dicen, que la muerte nos iguala:
Por aquello que estamos en el mes de las ánimas, pongamos una nota necrológica, y está claro, que cada uno se gasta el dinero –que tanto le escasea a tantos- en lo que quiera, pero la falta de valores, la soberbia y el orgullo, la riqueza y el ridículo, lleva a más de uno, en las famosas esquelas de los periódicos, a ocupar media página en anunciarnos que el muerto o muerta se confesó antes de morir, y que previamente, hasta comulgó, y que hasta fue bendecid@, a la par que otros pobrecitos meten con letra apretadísima los nombres de los familiares del difunto, que si no tienen lupa, no te enteras de nada, ni de nadie. Y después dicen, que la muerte nos iguala, y digo yo: ¿por qué no pondrán un precio único, que suba un poco a los de poco, y baje otro poco a los altos, y así todos iguales al menos en la muerte? Porque son diferencias, que afrentan: una esquela minúscula al lado de otro gigante, ¡es humillante y vergonzoso! Tal vez, si el rico diera la mitad de lo de la esquela a un pobre, éste hasta le oiría (celebraría) una Misa por el eterno descanso de su alma, como agradecimiento y ayuda...
Por supuesto, hago mío lo de nuestro padre de la patria, Don Antonio:
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