lunes, 6 de febrero de 2012

Un centenar de confirmandos:


El sábado 4 de febrero, tuvo lugar en Lomo Magullo, el encuentro del Sr. Vicario del Sur, Don Francisco González, con el largo centenar de jóvenes, entre los que una decena eran mayores (padres y abuelos), que sumados a los jóvenes, para el preceptivo encuentro y visto bueno de una preparación previa para recibir el sacramento de la Confirmación, y así recibir al Espíritu Santo con su fuerza, para dar testimonio de la fe, haciendo propio el bautismo, recibido sin el consentimiento personal, y ahora sí ratificado o confirmado.

A las 10,30 de la mañana, esperábamos al Sr. Vicario, que como primera sorpresa, nos dijo, que sobre sus hombros, el Sr. Obispo, había puesto este cargo y carga, y que en los cuatro años que lo es, desde Jinámar a Mogán, nunca había visto a un grupo tan numeroso.

Pasó después a conocernos o presentación, que dado el gran número, tuvo que ser resumido y por grupos; así que de Tecén había una decena (10), entre los presentes y ausentes (es la comunidad más joven, apenas cuatro años); del propio Lomo Magullo, una larga veintena (25); otros tantos -pero siempre más que los presentes- unos treinta (30) de La Breña, y con creces pasaban los treinta (35), los venidos desde Cazadores.

El recorrido catequético, hasta llegar aquí, fue revisado y abreviado: método, periodicidad, catequistas, celebraciones, etc., porque en algunos casos cuatro años, otros tres, no faltaron los de dos, y los de última hora -este año-, que ha sido intenso, con catequesis semanales y Misa incluida; con retiros o/y convivencias, excursiones, encuentros, visitas, estudios, trabajos, etc.

El compromiso de estos chicos, ha sido en el ámbito de la Liturgia: ejercer el acolitado, lectorado, salmistas, monitores, preces, acoger, ayudar, colaborar, etc.; pero sobresale el compromiso con los más desfavorecidos, como son: los ancianos, enfermos, alejados, etc., siguiendo aquello de Jesús: “... estuve enfermo, necesitado, solo..., y se ocuparon de mí (en ellos)...”.

Cabe esperar, una vez confirmados, algunos entren en Cáritas; otros en la Catequesis a menores; otros sigan en la Liturgia, y esperamos este compromiso lleve a algunos a entregar sus vidas a Cristo en el sacerdocio (somos pocos y mayores), otros a la política activa, a un noviazgo según el Evangelio y formen familias cristianas que sean fermento y continuidad de la fe que nos transmitieron los mayores.

El Sr. Vicario les urgió, a que dieran testimonio de la fe que profesan ante compañeros sin ella, y en un mundo que camina de espalada a Jesús... (con otras palabras).

La huella evangélica e impacto de Jesús en los confirmandos, se hizo patente, con las numerosas citas que éstos fueron desgranando (*), para satisfacción del Sr. Vicario, que así tomaba el pulso a los que presentará al Sr. Obispo, para que, cuando su Agenda se lo permita, venga a confirmar, -por separado-, en los respectivos templos donde han celebrado la fe, y han recibido las catequesis -con encuentros los cuatro grupos en varias ocasiones juntos-, y recibir en ellos y en sus propias comunidades, el Sacramento de la Confirmación.

Nos dijo el Sr. Vicario, que continuáramos, mientras esperamos la llamada del Sr. Obispo, dándonos las fechas; también se llevó nuestros respectivos horarios de Misas, por si el Sr. Obispo, pudiera ajustarse a esas horas y días.

Por la tarde -del mismo día-y día siguiente, los distintos grupos, y en sus respectivas comunidades, seguían la preparación y participación en el compromiso ya asumido, cada uno en su papel o ministerio.

Cierto, que han puesto una nota de alegría y de juventud, entre personas medianas y mayores, que los han integrado como parte esencial de pertenencia, continuidad y aceptación fraterna, donde el rostro de la Iglesia -al menos- por esta zona, que alcanza hasta Los Bucios, cerca de la Caldera de los Marteles, tiene un rostro o cara juvenil, de dinamismo, alegría y participación.

Es hermoso ver a ese chico que deja a su novia en el banco y pasa a la sacristía a revestirse, para ejercer de acólito; o aquellas chicas, que repasan: lecturas, salmo, peticiones, moniciones, colecta, etc. Otros preparan los vasos sagrados, se ocupan de las campanas...

Llama la atención el silencio celebrativo; y los corros, que se forman entre ellos, una vez acabada la Misa, en la Plaza, donde se entremezclan las distintas edades, y donde crecen las relaciones humanas, el afecto, el amor, la tertulia, etc.

Es mucho lo que se pudiera decir de este evento y su previo, pero dejémoslo aquí, no sin antes decirles, que piensan dar al Sr. Obispo, como regalo y agradecimiento por la confirmación (Mary Pino, ya me dijo le traerá un queso al Sr. Obispo) un regalo, que será simbólico, y referente a su ministerio de “Pastor”, y que no puedo desvelar, pero que el lector de este comentario podrá deducir; pero se equivocará, si piensa le van a regalar un palo de pastor (cosa que ya hizo el cura Don Francisco [Paco] Bello, q.e.p.d.

Así que, hasta que no les mostremos la foto en su día, habrá que esperar; la cosa se complica, cuando van a ser cuatro regalos distintos, y todos con el mismo simbolismo dicho (pero diferentes).

Lamento, no poder ampliar esta crónica-comentario, en razón de la brevedad; pero no es posible escribir, las vivencias donde tanto y tan bueno hay y ha habido, con la esperanza de que esto siga así adelante, con la gracia del Altísimo.

Y mientras estos, siguen, ya comenzamos a preparar la siguiente hornada.

El Padre Báez, que felicita a estos jóvenes, por el aire nuevo que insufla a la Iglesia, que con ellos, se rejuvenece, y muestra su cara más jovial y alegre, como anticipo de la Gloria que nos espera o aguarda.


Nota:
(*) Le contaron al Sr. Vicario, lo del ramo de almendro de Jeremías, en el que Dios dice “¡Yo soy así!” (y un chico me comentó: “¡creo, que el Vicario, eso no lo sabía, por la cara que puso de sorpresa, y no dijo nada!” -le dije, es un detalle, que pasa desapercibido-). Esto, dicho sea como anécdota. Lo del almendro, puesto que por toda la Parroquia y aledañas están muy presentes los almendros, como que lo han cogido como referencia afín y propia (Dios, va por delante, como el almendro que se adelanta a todas la flores, y así: nos protege, defiende, guía...).

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