sábado, 4 de febrero de 2012

POPURRÍ 135:


Sobre mi tesis (135):
“... de todos modos, parece claro que tratándose de pueblos de mayor cultura e ingenio... que él coloca en el primer plano de los pueblos no cristianos, o también de aquellos que no contaban con elementos blancos o mestizos instalados entre ellos si se tratan de pueblos algo inferiores y que deban ser convertidos con solos los métodos apostólicos, no tendrían ningún inconveniente ni reparo teórico que presentar a la rápida implantación del clero indígena supuesto los requisitos generales de virtud y ciencia”“(38).

¿Y si no se vuelve a campo...
... qué hacer o a dónde ir? Es la única salida, a no ser que se prefiera salir del Tabaibal y embarcarse no sé a dónde, porque para hacer fuera, lo que se pudiera hacer aquí, sobran hacer maletas; falta humildad, para volver a la tierra, la misma que nos dará riqueza, nobleza, valores y hasta fe (se mirará más al cielo, por si llueve -¡es un decir!-).

Poco a poco, hay...
... tímidas voces, que dicen: volver al campo. Pero falta que lo griten, lo digan fuerte, claro, machaconamente, y se dé y pongan ejemplos que estimulen y animen; se diga quién lo ha hecho, quién lo hace, y cuántos están dispuestos a hacerlo. Me refiero no a campos de fútbol, sino al campo-campo, donde las vacas, becerros, el toro, las cabras, ovejitas (como decía Carmen Sevilla), etc., etc.

No todos van a vivir...
... enganchados a la administración (cabildo, ajuntas, gobierno, etc.), a vestir -sin dar golpe- un uniforme de entre los muchísimos que se les ofertan; porque el turismo, sabido es, no da trabajo sino a un mínimo-mínimo, que la gran masa, no se dedica ni puede al turismo, sino al carnaval, pero éste en lugar de dar dinero, lo gasta, y empobrece más (en economía, valores, principios, y sí alegría mucha, si es que alguien ríe en el carnaval, alegría sí, pero con eso no se come, ni se vive, aunque ayuda a olvidar el hambre y el paro, lo único bueno del carnaval, por eso dura algo más de tres meses...

No todo ha de ser...
... limpiar y embellecer, sino cultivar y plantar, sembrar y atender a los animales -y no me refiero a los de compañía- sino a los que dan leche, carne, cueros, estiércol, queso, mantequilla, la cría... pero mientras esto no vuelva a los alpendres, mientras esto no se vuelva a ver estacados en las tierras, mientras no se vean pastores y boyeros, la cosa va a seguir -con perdón, y sin él- más que jodida (o jodía)...

La ganadería no ha de ser...
... para exhibirla ante los santos y la gente aplauda el pase de la vaca. Que dan pena esas cuatro vacas, objeto de cuatro u ocho mil miradas, asombradas, porque cada vez van siendo objetos de parques zoológicos o de documentales de la 2, que esas cuatro vacas -repito- vivan, no por la leche que dan, sino para ir de fiesta en fiesta, para que la gente después de la procesión, las miren como bichos raros, y alguna persona exhibicionista, las lleve del cabresto, pero sin atenderlas...

Algunos andan muy preocupados...
... por los 2.000 parados de Spanair (de una empresa catalana), y se olvidan de los 7.000 que cada día se suben al avión del paro (en el tabaibal, unos 300 diarios), el tripe, que multiplicados por los mismos, o sumados todos, se ponen muy por encima, dejando a los 2.000 en una cifra ridícula por pequeña, y sin embargo se rasgan las vestiduras de los que pudieron ahorrar, y se olvidan de los que no tienen ahorros, ni trabajo y al cual se suben cada día en esa múltiple realidad...

Aquí ahora, la máxima...
... expresión de la cultura, es conocer a los personajes femeninos de la obra de Shakespeare. Y no hable usted de la crisis, ni del paro, ni del hambre, sino de las mujeres del dramaturgo inglés. ¡Y súbase usted a la cultura de quien mata el hambre conociendo a mujeres de novela, de ficción, y de una historia que nos queda lejos! ¿Qué sabe usted de Andamana, la esposa que fue de Gumidafe, padres de la realeza guanche? ¡Ah, esto no le interesa, sino Shakespeare! Traidores a nuestra propia historia se ocupan de la ajena. Así nos luce el cabello (o el pelo).

No hay animales...
... y van a cosechar forraje. Pero no siembran sino unos cachos y bien dispersos de tierra, como para que después vayan allá con la maquinaria, una cosechadora de segunda mano de hace 33 años -la vida de Cristo- que su dueño allá en el mediterráneo se la quitó de encima, por vieja y por los fallos que ya tenía. Así que el gran tabaibal convertido en chatarrería de espakistania. La cumbre, sigue sin ser sembrada, sino plantada de pinos. ¡Si al menos hubieran comprado una arrancadora de pinos, otro gallo...!

Al turismo ya lo llaman cirio...
... porque cual vela gorda encendida, es algo que se consume poco a poco y la cosa se está pagando. Muy acertado por tanto el nombre de al situación turística, vela que se apaga poco a poco, que se consume y que no da más luz que la que alumbra, y alumbra poco, porque una vela, por muy gruesa que sea, no deja de dar una luz tenue, muy matizada, muy débil..., ¡muy buen retrato de la situación turística del gran tabaibal y del tabaibal en general! Cambiarán hoteles por almacenes de tomates, que es lo que era, y a ello se va a (o se tienen que) volver, a no ser que prefieran la muerte por inanición...

Y los hay, que contra el paro...
... proponen hacer más hoteles: ¡Jajajajaaaaaa............! Pienso, que debe ser gente que no están bien del coco (entiéndase “cabeza”), porque ante un turismo que se va, que vuelve por sus fueros (norte de África: Túnez, Libia, Egipto...), hacerle más hoteles, para llenarlos de aire, es de dementes o de esquizofrénicos, y dicen: porque haciendo cimientos y cubriendo bloques de cemento, se acaba el paro. Pero esta lumbrera, ¿de dónde coño ha salido? Pues no es el único, que son varios los que quieren volver a la construcción, por más que las casas bajen a precios de regalo o gangas...

Lo que hay que hacer es...
... sembrar, sembrar, sembrar. Mientras no se siembre, nada nace; y si no nace, no hay que comer. Para comer hay que trabajar, y el campo da trabajo a todo el mundo. Los hay, que han sembrado papas y otras hortalizas en el pequeño patio, jardín, terraza o trocito de tierra delante de la casa, por más que viva en la capital, en pueblos, en calles, en donde sea. La tierra la han cambiado de flores (rosales, dalias, esterlicias, etc.), por comida, ¡sí señor! Así da gusto, y en lugar de ir al mercado, se sale al jardín, a la puerta de la casa, y tienen p´l potaje, y con un poco de gofio, da hasta otro color a la cara.

Dice el Salmo 49:
          “.... (...) un becerro de tu casa,
            (...) un cabrito de tus rebaños.
          .....................................................
          (...) carne de toros,
          (...) sangre de cabritos...”

Y el 91, abunda en:
          ... germine como hierba...
          y florezcan...
          .................................
          ... aceite nuevo...
          ... crecerá como una palmera,
          ... como un cedro del Líbano:
          plantado...
crecerá...
... seguirá dando fruto
... lozano y frondoso...”

También el 8...
          “... rebaños de ovejas y toros,
          y hasta las bestias el campo,
          las aves del cielo, los peces del mar...
         


Nota:
(38).- L. LOPETEGUI: o. c., págs. 403-404.

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