Las islas tabaiberas, en el Atlántico, son una zona muy densamente poblada, bañadas por aguas extrañas, que no son propias; con gentes venidas de todas las partes del mundo, entre los que hacen aguas las señas de identidad venida de los guanches.
En otros tiempos, los lugareños, se dedicaban a la pesca y sobretodo a la actividad agrícola, como medio de vida y subsistencia, junto con una muy rica y amplia ganadería.
El principal cultivo fue siempre el trigo, los tomates, el millo, fruta y hortalizas de toda clase y variedad. Pero al presente, el umbral de la pobreza, toca a la puerta de todo tabaibero propio o venido de fuera.
Nos han llenado las islas de carreteras, y solo se fomenta las carreras pedestres y la cría de perros (¿?). Y eso, que no hace falta ni agua para cultivar, dadas las bondades del clima y temperatura, pero..., ¡nada!
Solo se mantienen entre la maleza, los almendros, los castañeros, las tuneras, que si estuviera limpia la tierra, pudiéramos llegar hasta ellos, pero dado que la hierba mala está protegida, es fruta en su punto o seca, que no las podemos comer.
Este es el triste drama, de una población, que tiene comida, y no la puede coger. No dejan que nadie se acerque a los árboles frutales. No sabemos con qué fin mantienen una política de hambre y miseria, en la que hay comida, pero... como si no la tuviéramos.
Y cuando de la política esperamos una solución al respecto, dado que el 50 %, pronto estará con hambre, y así mejorar nuestra situación de exterminio, en espera de un cambio que propicie la vuelta al sector primario, a nuestra tradición...
... nos viene una Orden de Madrid, para que arranquemos -o erradiquemos- almendreros, castañeros, tuneras..., entre otras especies arbóreas que llaman invasoras. Es decir: que lo que nos mataría el hambre, es mandado a erradicar...
El Padre Báez.
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