lunes, 29 de febrero de 2016

desista

Si usted, ha pensado poner cabras...
... mejor, desista de ello, porque la normativa, te lo pone más que difícil, ¡imposible!; y toda vez, no vas a ganar para multas, mejor si sigues de carnaval, y gritando gooolll en los bares o ante el televisor en tu propia casita, con hambre, pero feliz de la careta y de lo del fútbol, porque lo de las cabras como que es un imposible (repito), y si no veamos.
Así de entrada, antes de las machorras, el corral, y las cencerras, preocúpese usted -soñador de pastor de cabras-, su sueño en un pozo, porque tiene usted, primero y antes de nada que informatizarse. ¿Que qué es eso? El cabildo le va a enseñar, para que usted, las registre y las tenga registradas, si no ¡multas que te pego!, que te dan no un curso, sino un cursillo acelerado, que por incompleto y reducido, ¡multas seguras!, al no cogerlas todas. Pero, no te lo van a dar en la granja de bañaderos, sino allá cerca del Macizo del noroeste, por La Aldea, por donde ellos -más que cínicos (perrunos)- las matan a rifle limpio andaluz, que aparte de trasladarte por Mogán o Artenara (por Agaete no puedes, porque está cortada por medio año de reparación la carretera, así, len-ta-men-te, que como solo son tres días ¡y dese prisa, coño!, que la cosa esa es de tres días (3) repito, los del 2, 3 y 4 de marzo, de este año, y ello en horas de noche y de sueño o descanso, de 20,00 horas a 22,00 horas, en total seis (6) horas, como para salir doctorado o licenciado, que te las podían dar en un medio día cualquiera todas juntas, y te joden con idas y vueltas, y que no te dan de plazo para la matrícula sino hoy y mañana, y si no, no hay tu tía, que como pasen de 20 alumn@s, (¡a ver de dónde coño los van a sacar!), y en una granja de la extensión o estiramiento agrario de allá en La Aldea -a ver si al fin les hacen la carretera gallinero o la pista por el mar con lanchas, que salen más barato y más eficaz que bajo El Faneque-, en la calle X... de allá, y que con profesora y profesor de aquí, veterinarios amb@s dos, y que organizado por la cofradía de pescadores (¡a ver qué tiene que ver éstos con las cabras!) y lo que queda de agricultores de La Aldea, te van a contener con: Documentos obligatorios sin los que te van a multar si no los tienes: un libro para mover el ganado de un lugar a otro, sin los que te van a multar; otro libro, para registrar el balance de las cabras, sin el que te van a multar; otro libro más, para censar a los baifos, cabras y cabrones vendidos, cambiados, comidos, nacidos y muertos, sin el que te van a multar; otro cuaderno más, para anotar la alimentación en piensos y millos en grano, paja y alfalfar de fuera, comprados al mundo para alimentar a tus presuntas cabras, sin dejarlas “prebar” nada de aquí, sin el que te van a multar; otro libro más o cuaderno, para el tratamiento y vacunas puestas por el veterinario, cuyos honorarios te clavan y arruinan, sin el que te van a multar; más otro libro más -por si ya no eran suficientes y que les parecen pocos, y faltan más otros- para registrar los transportes si llevas el macho a otro corral o las cabras de paseo a alguna feria de ganado donde le dan una botella de ron al cabrero, sin el que te van a multar: otro libro distinto -¡vaya biblioteca caprina o cabruna!- para registrar la gestión del estiércol, a qué papas y cantidad, si techo y qué más, sin el que te van a multar, Otro libro más (¡ni que universitario fuera el aspirante en paro, para tener cuatro cabras!), para los controles de la oficialidad oficiales y también para los que no son oficiales (dos libros en uno o por separados), sin el que te van a multar; otro libro más para la trazabilidad de la leche (un rollo: búsquelo en algún diccionario, y no me pregunte qué es), sin el que te van a multar. Más todavía, por si era poco: te van a explicar y aplicar la aplicación informática CROTALIA (¡a sus madres, por si acaso!), para gestionar bien todos los registros (y olvídese de echarles de comer, de ordeñarlas, de limpiarles la cama, etc., etc., y no salga del estudio en lugar de ir a la alpendre o a la choza [ellos, los muy macacos, la llamarán “explotación”]) sin la que te van a multar. Y antoavía quedan (todo ello en seis [6] horas, ¡vamos un curso de cabras acelerado!, y como uno pregunte algo, se quedan 9 de 10 partes sin explicar), sin lo que te van a multar; quedan los supuestos prácticos, sin los que te van a multar, ¡si, cógelo Cuco!, ¡que se van a enterar los alumnos aspirantes a pastores (no evangélicos, sino de cabras)! Porque es que ahora viene la mayor, o la mejor: los aspirantes, no sirve ni vale cualquiera, te van a seleccionar, y como no seas informático -pierdes el viaje- y como no tengas un curso universitario de arquitecto, medicina, derecho, etc., ¡ni se te ocurra aparecer por allá!, pues vas a perder el viaje, y se van a reír de ti o usted, y no te va a servir de nada, así que mi consejo es: que desistas, déjalo, no pongas cabras en tu vida, porque van a vivir ellos a costa tuya, por las multas que te van a poner, y será tu ruina o la soga al cuello. Déjalo, desiste, abandona, no vale la pena, vas a salir ganando si sigues de carnaval. Razones éstas últimas, por lo que ni les digo nada sobre más información (¡te lían más!), y por supuesto, ni se me ocurre decirte o decirles dónde inscribirse.
El Padre Báez, que les cuenta la muerte de la ganadería, a no ser sea usted un universitario versado en todos esos libros de contabilidad y control, porque un pobre desgraciado, analfabeto, que no tiene ni el graduado escolar, y que firma despacito, con letra grande o con el pulgar, ¿todos esos libros? R/. Sí, porque después va el seprona, el miedo ambiente y el cabildo y los multa, de los que comen y se cobran sus sueldos; y por eso mi consejo repetido es: meta una cabrita en al azota de su casa, que no se la vean, ¡y naíta más! Y mande a la puta mierda, los cursos del cabildo para cabreros en La Aldea. ¡Oiga!, ¿y no es allí donde el mismísimo cabildo está matando las cabras con tiradores andaluces, para acabar con ellas? Así se mofan o ríen, nos toman el pelo y por tontos el cabildo. ¡Ande haga un curso para poner cabras en su vida! ¡Ah, maná de cabrones! En lugar de reírse de sus santas (¿...?) madres, se ríen de los que sueñan salir del hambre y del paro, poniendo dos cabritas en el huerto abandonado, por irse al cemento décadas atrás, y ahora no les dejan, ¡ni tocar la tierra!, ¿y te van a permitir pongas cabras? Pues repase las condiciones, y a ver: ¿quién se atreve?
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“... sarcasmo y desprecio de los orgullosos...” (salmo 122).
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Correo de Saúl (sigue sin aparecer el donante de una baifa para él):
Mira Padre Báez, me gustó el correo, pero en vez de una baifa, prefiero una ya criada;  es que estoy con el miedo de que se me muera como la otra. Un saludo: Saúl de la Fe Bayón, pastor y agricultor.

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