jueves, 16 de julio de 2015

y la crisis

Las tabaibas y la crisis...
“... cansados y agobiados...” (Jesucristo, del evangelio de san Mateo 11, 28-30).
“... rechazado y desechado...” (del salmo 88).
“... siembras año por año...” (del salmo 89).
“... pastor que apacienta el rebaño...” (del cántico de Isaías 40 10-17).
“... nos tienen por escoria...” (del salmo 116, 113-120).
“... han entrado... y han reducido...” (del salmo 78).
“... se burlan de nosotros... (del salmo 79).
“... estamos prisioneros, custodiados... esclavizados...” (de la carta de san pablo a los Gálatas, 3,22-4,7).
“... estamos saciados de desprecios...” (del salmo 122).
“... nos asaltan con ira...” (del salmo 123).
“... arruinaron la tierra...” (del cántico del Apocalipsis 11, 17-18; 12, 10b-12a).
... hay que abrir los ojos. Los pastores han desaparecido. Las tabaibas generan pobres, pobreza, miseria... Las tabaibas nos echan a las periferias, al sufrimiento de la pobreza y al paro.
La tierra clama, por la pobreza, por su pobreza; y las víctimas: son los pobres. Irresponsabilidad es lo que hay respecto a la tierra. La realidad tabaibera nos hace ver el rostro de la pobreza. La tierra llena de basuras (Laudato si). Las tabaibas, nos llevan a más pobres, y a más. Tenemos derecho al trabajo, y nos cierran el campo, el único dador de empleo (¡y comida!). Hay que cuidar la tierra, y no llenarla de tabaibas. Hay que luchar contra esa degradación tabaibera. Casi sin esperanza, ante la cerrazón cabildicia (a no ser que trabajemos  porque cambien). Difícil mantener la esperanza. Se excluye al hombre del campo, y se lo entregan a las tabaibas. Sí, hay, y tenemos derecho a la tierra, a su cultivo, a su agricultura, y ganadería, que nos darán trabajo y comida. Las tabaibas vulneran nuestro derecho a la tierra. Debemos cuidar de y a la tierra. Vivimos un tiempo especial y nos toca  discernir este tiempo. El camino del Tabaibal, es un camino lleno de tabaibas, y hay que salir de ahí, para volver a entrar y estar en la tierra (sin tabaibas). La hermana madre tierra, está siendo degradada por las tabaibas. La tierra clama, grita ante ese atropello que le hacen las tabaibas. Tiempo duro, de desigualdad, de gente fuera de la tierra, la tierra sin cultivo... ¡momento duro! Escuchemos el grito y el clamor de la tierra. El tabaibal nos sitúa en las condiciones en las que estamos. Se agrede a la tierra. No cuidamos la tierra. Desaparece la biodiversidad. Sabemos mucho del tabaibal, pero éste esconde cosas que aún no conocemos. Desaparecen especies vegetales y de animales. Perdemos biodiversidad. Y hay cosas fuera de nuestra vista... (continuaré mañana).
El Padre Báez.
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44. Hoy advertimos, por ejemplo, el crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades que se han hecho insalubres para vivir, debido no solamente a la contaminación originada por las emisiones tóxicas, sino también al caos urbano, a los problemas del transporte y a la contaminación visual y acústica. Muchas ciudades son grandes estructuras ineficientes que gastan energía y agua en exceso. Hay barrios que, aunque hayan sido construidos recientemente, están congestionados y desordenados, sin espacios verdes suficientes. No es propio de habitantes de este planeta vivir cada vez más inundados de cemento, asfalto, vidrio y metales, privados del contacto físico con la naturaleza.
45. En algunos lugares, rurales y urbanos, la privatización de los espacios ha hecho que el acceso de los ciudadanos a zonas de particular belleza se vuelva difícil. En otros, se crean urbanizaciones « ecológicas » sólo al servicio de unos pocos, donde se procura evitar que otros entren a molestar una tranquilidad artificial. Suele encontrarse una ciudad bella y llena de espacios verdes bien cuidados en algunas áreas « seguras », pero no tanto en zonas menos visibles, donde viven los descartables de la sociedad. (de la encíclica de Francisco: Laudato si).

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