sábado, 18 de julio de 2015

violencia

Violencia en el campo tabaibero...
“...ovejas y vacas...” (del libro del Éxodo 12, 37-42).
“...nuestra humillación... opresores...” (del salmo 135).
“... que anuncie el derecho...” (del evangelio de san Mateo 12, 14-21).
“... pasaban hambre...” (del salmo 106).
“... siembren campo, planten huertos, recogerán cosechas...” (bis).
“... se acercan mis inicuos perseguidores...” (del salmo 118).
“... gente torcida y depravada...” (de la carta de san pablo a los Filipenses 2, 14-15).
“... me oprimen los insolentes...” (del salmo 118).
“... los ricos empobrecen y pasan hambre...” (del salmo 33).
“... provocándonos a unos y otros...” (de la carta de san Pablo a los Gálatas 5, 26-6, 2).
“... que defiendas el derecho...” (del profeta Miqueas 6, 8).
“... andan extraviados...” (de la oración conclusiva del oficio de lectura, del sábado XV).
“... me ofreciste el trigo...” (del himno de las I Vísperas del Domingo IV).
“... respeten los derechos...” (de las preces de las I Vísperas del Domingo IV).
“... ¿hasta cuándo nos ultrajarán el honor?...” (del salmo 4).
... el campo tabaibero, genera violencia, contra la gente. Si se oponen, multas. La fuerza pública: miedo ambiente y seprona, no dialogan. Violencia contra los pueblos. Gente que ya no están. Matan.
No solo mueren, es que los matan. ¿Quién nos libera de esto? La Iglesia... ¿Quiénes se levantan?; ¿hay alguna organización?; ¿es el pueblo el sujeto de su destino?; ¿dónde movilización alguna?; ¿dónde la lucha?; ¿dónde la gente en pié?; ¿quién se levanta y anda?; ¿quién acompaña?; ¿qué o quiénes caminan?; ¡hay miedo!; ¿dónde la solidaridad?; ¿hay movimiento popular?; ¿hay algún trabajo en equipo?; ¿dónde hay una red?; ¿se conoce o sabe lo que sucede [con tanto fútbol]?; ¿se conoce la realidad [con el solo y todo fútbol]?; ¿tiene protagonismo el pueblo, la gente?; ¿fortalecemos a la gente? Ya, sin escuelas; ya sin pueblos (o Barrios); ya sin participación de la gente en el campo; ya sin organización. Hay que romper todo esto. Hay que sensibilizar a la gente. Y es un desafío el cuidar de la tierra, y los derechos que tenemos como humanos, como isleños. En el centro, hay y tenemos derechos. La tierra, es un derecho sagrado; la tierra, la naturaleza nos habla (salmos, profetas, himnos, etc.). Hay que rastrear en la naturaleza, en la tierra. Hay que escuchar a la tierra. Ya no hay gente cerca de la tierra. La tierra, gime. La tierra, está abandonada. La tierra, es pobre. Nos han desligado de los otros; nos han impuesto otra forma de vida, y hemos roto con lo sagrado. Todo esto, nos lleva a desequilibrios varios. Ya andamos sin ética, y sin mística. Vivimos sin eso (lo anterior). Se adultera todo. Quedamos solos, Antropomorfismo puro. Sin trascendencia, nos quedamos solos. ¿Qué hacen con la tierra? Hemos perdido la dimensión política. Hay miedo. Y sin embargo, la política, es sublime (se ocupa del bien común). No hay proximidad a la tierra. No estamos religados a la tierra (ni con los otros, ni con el Otro [Dios]). Somos tierra, somos barro. La tierra, está herida, degradada, con tantas y solo tabaibas. Y, la responsabilidad es diferente (nosotros y ellos). La tierra, está sometida al miedo ambiente. Hay que religarse con la tierra. Pobres y tierra, tierra y pobreza. Se expulsa a la gente de la tierra, del campo. La tierra, no se cuida (continuaré mañana)...
El Padre Báez.
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V. Inequidad planetaria
48. El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social. De hecho, el deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta: «Tanto la experiencia común de la vida ordinaria como la investigación científica demuestran que los más graves efectos de todas las agresiones ambientales los sufre la gente más pobre»[26]. Por ejemplo, el agotamiento de las reservas ictícolas perjudica especialmente a quienes viven de la pesca artesanal y no tienen cómo reemplazarla, la contaminación del agua afecta particularmente a los más pobres que no tienen posibilidad de comprar agua envasada, y la elevación del nivel del mar afecta principalmente a las poblaciones costeras empobrecidas que no tienen a dónde trasladarse. El impacto de los desajustes actuales se manifiesta también en la muerte prematura de muchos pobres, en los conflictos generados por falta de recursos y en tantos otros problemas que no tienen espacio suficiente en las agendas del mundo[27].
49. Quisiera advertir que no suele haber conciencia clara de los problemas que afectan particularmente a los excluidos. Ellos son la mayor parte del planeta, miles de millones de personas. Hoy están presentes en los debates políticos y económicos internacionales, pero frecuentemente parece que sus problemas se plantean como un apéndice, como una cuestión que se añade casi por obligación o de manera periférica, si es que no se los considera un mero daño colateral. De hecho, a la hora de la actuación concreta, quedan frecuentemente en el último lugar. Ello se debe en parte a que muchos profesionales, formadores de opinión, medios de comunicación y centros de poder están ubicados lejos de ellos, en áreas urbanas aisladas, sin tomar contacto directo con sus problemas. Viven y reflexionan desde la comodidad de un desarrollo y de una calidad de vida que no están al alcance de la mayoría de la población mundial. Esta falta de contacto físico y de encuentro, a veces favorecida por la desintegración de nuestras ciudades, ayuda a cauterizar la conciencia y a ignorar parte de la realidad en análisis sesgados. Esto a veces convive con un discurso «verde». Pero hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres. (de la encíclica de Francisco: Laudato si).

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