lunes, 13 de julio de 2015

Quema

Quemas controladas tabaiberas...
“... nombraron capataces que los oprimieron...” (del libro del Éxodo 1,8-14.22).
“... la leña, sin prenderle fuego... sin encender el fuego...” (del primer libro de los Reyes 18,16b-40).
“... me hiciste pasar por peligros, muchos y graves...” (del salmo 70)
“... tanto ardía...” (del salmo 123).
... las que hace el miedo ambiente. Son “incendios” permitidos, o como su propio nombre ya lo indica, son controlados. Que peligrosos son los descontrolados, pero no menos éstos.
Como los que arden sin saber quién los prendió, y que sucede -a veces- prendidos por ingenieros y agentes (policías) del miedo ambiente, y una vez descontrolados, por fallos técnicos o cambio del viento echan la culpa a pobres e inocentes contratados, que hasta pagan con cárcel por lo que no han hecho, pero que les echan la culpa. Pues -y así vea los ojos de Dios-, que una vez, bajando de la Cruz de Tejeda, con el Profesor Reina, q. e. p. d., un agente del miedo ambiente (todavía no se llamaban “policías”), me dijo: “... Padre Báez, los incendios los prendemos nosotros mismos, porque si no quemamos, no podemos volver a plantar, y por eso no se encuentran supuestos pirómanos, que no existen, salvo excepciones, porque somos nosotros...”. Y, sabido es, que vas o sales al campo, y te encuentras con un incendio controlado; es decir, con todo el equipo y equipaje. Y, hasta aquí, aparentemente todo normal, y bien. Pues, ¡no señor! ¡De eso, nada! Y, les descubro el secreto o el hecho en sí, que tiene su culpa y no se libra de ella, toda vez que con esas quemas controladas -además de quemar montes (basuras), queman: pinos, zarzas, escobones, etc., queman pájaros (y sus nidos con huevos o/y pajaritos), queman conejos, queman lagartos, queman insectos (saltamontes, escarabajos, arañas, hormigas, etc.). Y así la cosa, los que preservan y cuidan -dicen ellos- el medio ambiente y la biodiversidad, es decir los del miedo ambiente, se están cargando y acabando con el medio ambiente. Y esto ocurre en este espacio controlado. Mañana otro espacio al lado, y así sucesivamente, pasando de un lugar a otro, van arrasando con la fauna. Y ello es tan grave, que los cuervos han desaparecido, junto con una gran variedad de pájaros -quedando cada vez menos- a pesar de la aparente protección del cuento de unos pájaros que no están, porque no existen, como son los llamados “pájaros azules”, los mismos que no hay senderista alguno que haya visto uno. O como me dijera un pastor -vamos a no dar su nombre y lugar- a mi pregunta si había visto por Inagua, donde más de setenta años con ganado de ovejas, algún pájaro azul, asombrado me repitió: “¿un pájaro azul?, ¡eso no hay! ¿usted está loco? ¡Los pájaros no son azules, sino grises!...”,  y me dio una gama de colores, pero no entraba el color azul. Pero, que esta deriva no nos lleve  a distraernos de la mayor. Y la mayor es, que los incendios controlados, además de hacerlos, para poder seguir plantando donde ya había de lo mismo y mismo lugar, con ello además acaban con la vida de tantos y tantos animales (de los cuales, hemos recordado algunos pocos: pájaros-conejos-lagartos-etc., y estos (sin contar insectos y otros). Estos sí que están protegidos, y sin embargo, acaban con todos ellos. Y nadie crea, que cuanto aquí les digo, es cosa de un servidor, de mi deducción u observación propia, que mi númen o mente, no va tan lejos, y si lo escribo es, porque un ex de miedo ambiente, ahora ya retirado, fue quien me lo dijo, lo mismo que al principio informé sobre el gran incendio último, al que unos ingenieros (dos) echaron la culpa a un pobre inocente... (misma fuente de información).
El Padre Báez. Párroco de Lomo Magullo, La Breña, Cazadores, Tecén y Arenales.
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P. D.:
Pregunto, porque son muchos los que me lo preguntan.: ¿son los incendios de cada verano y misma zona en Cazadores obra de un pirómano, y si es así cómo es que no dan con él, o son quemas controladas? Nada afirmo, sino que pregunto.
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38. Mencionemos, por ejemplo, esos pulmones del planeta repletos de biodiversidad que son la Amazonia y la cuenca fluvial del Congo, o los grandes acuíferos y los glaciares. No se ignora la importancia de esos lugares para la totalidad del planeta y para el futuro de la humanidad. Los ecosistemas de las selvas tropicales tienen una biodiversidad con una enorme complejidad, casi imposible de reconocer integralmente, pero cuando esas selvas son quemadas o arrasadas para desarrollar cultivos, en pocos años se pierden innumerables especies, cuando no se convierten en áridos desiertos. Sin embargo, un delicado equilibrio se impone a la hora de hablar sobre estos lugares, porque tampoco se pueden ignorar los enormes intereses económicos internacionales que, bajo el pretexto de cuidarlos, pueden atentar contra las soberanías nacionales. De hecho, existen «propuestas de internacionalización de la Amazonia, que sólo sirven a los intereses económicos de las corporaciones transnacionales»[24]. Es loable la tarea de organismos internacionales y de organizaciones de la sociedad civil que sensibilizan a las poblaciones y cooperan críticamente, también utilizando legítimos mecanismos de presión, para que cada gobierno cumpla con su propio e indelegable deber de preservar el ambiente y los recursos naturales de su país, sin venderse a intereses espurios locales o internacionales.
39. El reemplazo de la flora silvestre por áreas forestadas con árboles, que generalmente son monocultivos, tampoco suele ser objeto de un adecuado análisis. Porque puede afectar gravemente a una biodiversidad que no es albergada por las nuevas especies que se implantan. También los humedales, que son transformados en terreno de cultivo, pierden la enorme biodiversidad que acogían. En algunas zonas costeras, es preocupante la desaparición de los ecosistemas constituidos por manglares. (de la Encíclica de Francisco: Laudato si).

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