viernes, 21 de enero de 2011

(133 BIS ): ALDEA ARQUEOLÓGICA

     “¡Que alegría cuando me dijeron... (rezaba el salmista cuando se acercaba a Jerusalén, después de un largo caminar por desiertos y demás, que por su parte San Pedro de Alcántara, en el lecho de su muerte, recibiera a ésta cantándolo, pero que un servidor dice...) ...van a ocuparse de la arqueología aldeana. ¡“Nunca es tarde si la dicha es buen”!, y digo esto, porque donde según las Crónicas había mil (1.000) casas guanches, en el siglo XV; hoy solo se puede contemplar una, mal restaurada, y desmochada.

    Por supuesto que se alegra uno, pues eso es lo que vengo pidiendo hace largo tiempo –y no creo sea respuesta a estos mis comentarios de tintes arqueológico-, sea lo que sea, le van a meter mano  a no ser que sea una mentira más, en tiempos de cercanía a elecciones, que ya se sabe: quedan en “agua y borraja”. No obstante, “tiempo al tiempo”, y ya veremos. La idea no es buena; es ¡buenísima!, pasa...
    ...pasa, que ya nos dicen que van a meter pasarelas, y mucho me huelo, que sean planchas de hierro, con lo que se sigue con el presunto negocio, y el consiguiente daño al lugar y zona. Y, es que si el lector no sabe de qué va la cosa, le informo. En tiempos de Nuestro Señor Jesucristo, siglo 0 al I, ya estaban por La Aldea los guanches, y sus restos se ven a la legua, en cuanto se entra al final de la recta que te desvía a la entrada al puerto o al pueblo, ya aparecen a ambos lados los caserones, convertidos en el tiempo en sendos cercados, y las piedras de las casas guanches, fueron a parar a las paredes. Un túmulo funerario guanche, permanece lleno de ahulagas (julagas ver foto que acompaño]), restos de plásticos , papeles y demás, a menos de 1/2 metro de la raya blanca de la carretera, sin más protección. Y desde la recta-puente que atraviesa el barranco, donde según un trabajador, cuando su construcción –me contó- descubrieron huesos, cerámicas, etc., y que avisado el capataz, éste le dijo: “¡calla, y no digas nada!” Y, a todo eso, se le echó, cemento encima. Y toda vez que sé dónde está, me pregunto, en esta rehabilitación de la zona –que alcanza hasta la playa, y por encima, y por más allá a ambas márgenes del barranco- ¿esos restos los van a destapar y devolver, para el museo que pretenden montar allí, incluido el del ron y otros?
    Nada, que vivían los Apóstoles, y ya estaban por La Aldea los guanches. Y lo malo, de la buena noticia –siempre que se lleve a cabo- es que aprovecharán todo esto de la arqueología, para meter –nos dicen- el restauran pertinente, y hasta una escuela de surf o buceo. Espero se haga “Luz”, y no se desvíe la cosa por otros derroteros y no mezclen el “tocino con la velocidad”. Arqueología es una cosa, y otra bien distinta prostituirla con negocios sucios o nada limpios, por más que esté el charco o el mar, para lavarse. Y que si quieren convertir todo eso en un gigantesco parque, con el de Rubén Díaz, es suficiente y hasta de sobra, que no hagan un parque sobre otro parque, y no vayan a arruinar a los bares y tiendas del Puerto (los hijos de Nicolás, de Cristóbal, de Pedro, de... Chano, etc.), con algo mastodóntico que compita con ellos y los hunda en la miseria. Por eso, que “dejen las cosas como están”.
    Por favor, que no piensen en el turismo, sino en nuestra cultura, nuestro patrimonio, en arqueología y yacimientos, sin mezcla alguna, ni más añadidos, que lo estropean todo. Ahí tienen muerta de risa a la cueva rayada de Gáldar, ¿y no aprenden? Lo de poder ver in situ trabajando a lo arqueólogos y sea escuela de nuevos arqueólogos, ¡un diez, sí señor, eso está muy, pero que muy bien!; ya lo otro, no y mil veces no.
    Pues lo dicho: un servidor, que no ha cesado de dar palos al cabildo, ahora, que se les ha encendido esta “Luz”, mi felicitación; siempre que no se salgan de madre, y ¡lo cumplan!
    El Padre Báez, que en esta ocasión, solo dice ”¡Amén!” (hágase o así sea).

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