jueves, 8 de octubre de 2015

hablar



Tanto hablar de las tabaibas Padre Báez, ¿no conseguirá el efecto contrario?...
“... no quedará...  ni rama ni raíz...” (Malaquías 3, 13-4,2a). / “... preparaste el terreno, y echó raíces...” (del salmo 79).
... ¡no, no lo creo!, ¡ni mucho menos! Eso es lo que algunos querrían, pero no les voy a dar ese gusto. Vamos a tener tabaibas para rato (¡por mucho tiempo!, si Dios quiere). Al menos hasta que nos recuperemos, y crezcamos, y todo ello se refleje en una economía equilibrada y desarrollada. ¡Ese es mi compromiso! Y no será cosa de tres días conseguirlo. De hecho, no podemos gastar, y si lo hiciéramos nos endeudaríamos.
Recuperarnos es posible, aunque el camino no vaya a ser corto. Todo depende del dinamismo político que lo empuje, y por lo que vemos, no están por la labor. Repito: la restauración, es posible. También la sostenibilidad y el equilibrio, si hubiera voluntad política. Se puede salir de la crisis, aunque la cosa no vaya  a ser fácil, pero se puede, ¡y se debe! Nos enfrentamos a la macroeconomía. Tendremos que ajustar los gastos según los ingresos; hay que tener cuidado con no endeudarnos; y, ¡ojo con los préstamos! Con el pleno empleo, creceríamos. Tenemos que venir a la economía doméstica o familiar; que nos proporcionen estabilidad y prosperidad. Todo será cuestión de ajustes. Y los gastos, sean acorde al empleo. Pero, ya dije, esto va de largo, lento, despacio. Partamos de la realidad: estamos derrumbados, hay que seguir en la austeridad, no nos  van a faltar dificultades, tenemos deudas, hay que hacer ajustes, y hay que emprender reformas. Estamos en desempleo, y no producimos. La economía debe -tiene- que crecer. Hay que recuperar el crecimiento. Tenemos grandes posibilidades de producciones diversas. He ahí nuestro potencial, y que la crisis destruyó nuestra producción. Nuestra producción debe aumentar e ir a más (casi no tenemos nada). Con ella, vendrán los ingresos. Hay que salir del hundimiento del empleo en el que nos encontramos. La supresión de la productividad, debe cambiar a producción de la misma, y ésta debe creer. Hay que pasar de la inactividad  a la actividad. Hay que mezclar  los estímulos con la austeridad. Con la actividad, vendrá la recuperación. Hay que cambiar de política. No importa nuestra economía sea pequeña, pero al fin sea economía. Hay que salir de la inactividad. Hay que subir la producción...
El Padre Báez.

202. Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración.
I. Apostar por otro estilo de vida
203. Dado que el mercado tiende a crear un mecanismo consumista compulsivo para colocar sus productos, las personas terminan sumergidas en la vorágine de las compras y los gastos innecesarios. El consumismo obsesivo es el reflejo subjetivo del paradigma tecnoeconómico. Ocurre lo que ya señalaba Romano Guardini: el ser humano «acepta los objetos y las formas de vida, tal como le son impuestos por la planificación y por los productos fabricados en serie y, después de todo, actúa así con el sentimiento de que eso es lo racional y lo acertado»[144]. Tal paradigma hace creer a todos que son libres mientras tengan una supuesta libertad para consumir, cuando quienes en realidad poseen la libertad son los que integran la minoría que detenta el poder económico y financiero. En esta confusión, la humanidad posmoderna no encontró una nueva comprensión de sí misma que pueda orientarla, y esta falta de identidad se vive con angustia. Tenemos demasiados medios para unos escasos y raquíticos fines. (del obispo de Roma, el papa Francisco, en una de sus encíclicas, la LAUDATO SI).
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Lo de otro Francisco, presbítero éste, es simpático e interesante su correo fraterno, con consejo incluido (pedimos y pidamos al buen Dios por su salud):
Fernando, buenas tardes desde Pamplona donde chequean la salud a ver si encuentran las causas que no se sabe bien si son de orden neurológico. Deseo que estés bien y que sigas sembrando lo que se pueda, menos tabaibas que ya hay muchas. Un café nos está esperando un día ya que el san Francisco ya pasó y nos invitó a cultivar la tierra con cosas buenas y no con dañinas.  Abrazos: Paco.

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