viernes, 20 de marzo de 2015

Somos, una colonia tabaibera…
“... razonando equivocadamente: Acechemos... que nos resulta incómodo...”  (del libro de la Sabiduría 2, 1a. 12-22).
“... que nuestros silos estén repletos de frutos de toda especie; que nuestros rebaños a millares se multipliquen en las praderas...” (del salmo 143.)
“... hombres violentos, me preparan zancadillas a mis pasos... me esconden trampas... me tienden una red... me colocan lazos...” (del salmo 139). 
… la tabaiba, ni es símbolo, ni Historia de los que aquí vivimos. Nos alejamos del origen, y nos aproximamos al destierro, al desierto… estamos, en un lugar de muerte. Nada se invierte en agricultura y ganadería.
Ya ni lo sagrado o trascendente tiene importancia alguna; precisamente por eso, ¡la que se nos cae o viene encima como consecuencia! Es, un verdadero atropello. Todo cambio aquí, es el exterminio del sector primario. ¿Dónde la esperanza? Estamos invadidos por y de los pobres. Nos desbordan los pobres. Hemos pasado de la prosperidad a la mayor de las miserias, y la tierra es la misma. Ya, nada cosechamos (solo leche de tabaiba). Las tabaibas lo arrasan todo. Perdemos cultura y economía. Nuestra decadencia, es total. No somos nosotros lo primero, sino las tabaibas. Ya sin justicia, nos pasamos a Cáritas (no hay otro camino). No se erradica la pobreza, se la multiplica. Había trabajo; ahora, paro y hambre (gracias a las tabaibas). Esto, hay que cambiarlo (el hombre en el centro). Retrocedemos. Perdemos tradiciones, saberes… nos quedamos sin animales domésticos (salvo los perros [que no dan leche]). Perdemos la esencia. La tierra ha perdido fertilidad. Nuestras cosechas son abundantes en solo tabaibas. Ya no hay granos, vienen de fuera. Nos quedamos sin valores, sin la propia cultura. Nuestra comida, es comida basura. Es el resultado de una colonización metropolita que nos aplasta y ningunea, perdiendo cultura e Historia. La isla es un desierto árido, en ella nada se produce, solo tabaibas. De tabaibas tenemos toda la isla convertida en un bosque. Las tabaibas cubren toda superficie. Vegetación absurdamente protegida. Alguien y algún día programarán un corte y una quema sistemática (¡ojalá no tarde mucho!).
El Padre Báez.
También hay desgracias mayores; ésta, no es menos:
“… como ve Padre Báez es cosa para chupar, y no con leche de  tabaibas... felicite a los amigos suyos y míos y a (…) le da 20 céntimos para que me llame, que somos compañeros de echadura... (…). Padre Báez, en la azotea de casa tengo una tabaiba, pero de las de leche buena, no de la otra. Creo que esa la cogió mi padre en (…) en aquellos tiempos donde había mala leche… Abrazos (F [P])”. 

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