Pobre niño
tabaibero…
“… brotará un renuevo del
tronco… de su raíz florecerá un vástago…” (de la primera antífona de las I
vísperas de la anunciación del Señor).
“… ha brotado un renuevo del
tronco…” (del responsorio breve de I Vísperas de la anunciación del
Señor).
“... toros... machos
cabríos...” (de la carta a los Hebreos 10, 4-10).
“... andar tras las
ovejas...” (del libro de Isaías 17, 1-15).
“... del tronco ha
brotado...” (de la antífona de Tercia del día 25: la anunciación del
Señor).
“... los que sembraban con
lágrimas cosechan entre cantares. Al ir iba llorando, llevando la semilla; al
volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas...” (del salmo
125).
“... que comáis el pan de
vuestros sudores...” (del salmo 126).
“... comerás del fruto de tu
trabajo... renuevo de olivo...” (del salmo 127).
… metido a ganadero. Que
con el título de un muchacho con “alma guanche” (lo de “Alma Guanche”, me
recuerda el libro de un servidor, de casi 400 páginas, pero… ¡“no vine -como el otro- a hablar de mi libro”!, sino de este
niño, un tal Hugo González Felipe, que cual otro David, mil años antes de
Cristo, y de quien fue precursor, fue sacado de detrás del ganado para ser rey,
y fue Rey, como nunca hubo otro), que nuestro Hugo tiene sus cabras que comparte
con las clases propias de su edad y curso escolar, pero parece tiene ya decidido
su futuro.
Con 14 años le supera en 18 el número de sus cabezas o cabras: me lo
imagino jugando -como cuando un servidor pequeño-, con los animales. Que ordeñe
me lo creo; que haga el queso, no (eso lo hará su madre); sus manos de niño no
pueden dar calor ni presión a la cuajada. Pero mal empieza nuestro niño pastor
tinerfeño, cuando en lugar de la hierba del campo -que seguro le impide el miedo
ambiente y el seprona coma sus cabras-, tiene que comprarle ración, con el
dinero de los quesos que vende. ¡Mal negocio, y poco rentable, cuando la comida
le debe salir gratis! Porque de cabras que comen pan, ese queso… como que no. Y
aunque en los estudios no le va bien, peor le va a ir cuando tenga que hacer
cursos mil para su profesión de pastor o ganadero, nada fácil en los tiempos que
corren. Pero el niño amenaza con dejar la profesión y estudiar veterinaria
(luego curará perros y gatos). Por lo pronto no lo veo en continuidad, salvo el
capricho de un niño, y ¡ojalá persevere!, pero, tendrá que hacer muchos cursos,
los que no hizo ningún guanche, ni siquiera los últimos pastores que aún quedan,
y le pongo un ejemplo: Un curso -entre otros miles- y si no, no puede hacer nada
-tomar muestras de leche- con este contenido: composición y características de
la leche, calidad de la leche, controles obligatorios a hacer en su pequeña
explotación, inspección organoléptica, temperatura, tanque frío, pruebas
previas, fraudes, etc., etc., etcéteras. Y esto, no es nada, así que… comencemos
por despedir del mundo ganadero a este pobre niño, al que volverán loco, o lo
multarán como a delincuente por no cumplir con normativas mil, como de las que
les dejo un ejemplo. Y, ojalá, tenga el detalle de agradecérmelo; porque no, no
creo llegue a perseverar, ya que le pondrán trabas mil, ante las que es fácil
declinar… le espera el fútbol y el carnaval, tal vez ahí pueda triunfar o perder
los días de su existencia. La leche que viene de fuera, cumple todos esos
requisitos euro-peos, es más barata… total, la suya (la de sus cabras), no la
podrá ni vender, ni líquida, ni en queso, ¡por si no lo sabía!
El Padre
Báez.
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No cuestiono la fe o falta
de ella en nadie; me da igual (pero me parece ridículo). Pues, ahí lo tienen
(por supuesto le di mi opinión sobre lo que me plantea):
“Hola.
Me llamo X… y me interesan mucho los usos comestibles y medicinales de las plantas y hongos silvestres y, aunque entiendo que algunas especies deben estar medianamente protegidas, las sanciones que determina la ley son draconianas. Recientemente he visto el programa "Gente de aquí" de Canal 7 y me he sentido muy identificado con su forma de pensar acerca del potencial que tienen las islas y que no se aprovecha o se desperdicia. En relación concretamente a la creación de unos paisajes que permitan recuperar soberanía a los canarios me gustaría preguntarle qué opina sobre los bosques comestibles, la permacultura y la revolución de una brizna de paja que propuso Masanobu Fukuoka como método de repoblación (aplicado a frutales). Me siento bastante desilusionado y solo en este sentido, y de hecho creo que lo estoy al menos en mi franja de edad, pues parece que a pocos les importa la agricultura y mucho menos la soberanía nacional, que no sólo es económica sino también alimentaria y sanitaria. No soy religioso ni cristiano así que espero no se ofenda por no llamarlo Padre, tengo la misma fe en Dios que cualquier ser vivo y me siento de alguna manera igual a ambos.
Muchas gracias y un cordial saludo”.
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