martes, 3 de marzo de 2015

desgracia

Desgracia tabaibera…

“… soy un pobre desamparado…una banda de insolentes atenta contra mi vida…” (del salmo 85).

“... un becerro de tu casa... un cabrito de tus rebaños...” (del salmo 49).

“... asestan el arco, para abatir a pobres y humildes, para asesinar... tiempo de hambre... mendigando el pan...” (del salmo 36).

“... se han corrompido cometiendo execraciones, no hay quien obre bien... todos se  extravían... no hay uno que obre bien... devoran a mi pueblo...” (del salmo 52).

“... grita a plena voz, sin cesar, alza la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos...” (del profeta Isaías 58, 1-2a)..

… que anda un auténtico ejército de arrancadores de hierbas de parterres, rotondas, orillas de las carreteras, etc., vestidos con el correspondiente uniforme vede y amarillo fluorescente, compuesto por mujeres y hombres, que extirpando de dichos lugares toda hierba, sea mala o buena, menos las tabaibas que se hayan nacido y muestre sus primeras hojas en débil tallo, y que se transformará en arbusto, digo que esas toneladas de hierbas frescas, recién cortadas o arrancadas, ¿no podían ser llevadas a los pastores y/o cabreros, que echadas a sus ganados serían las delicias de los mismos, para que ahorren en pienso, y que las hierbas suplan?
¡Pues no señor! Esas hierbas en camiones y camiones, ¡al vertedero!; y los barcos trayendo comida en piensos y pajas secas, para nuestra escasas y cada vez menos cabras. Lo que sí está claro, es la ninguna estima que estos del cabildo tiene por las cabras, pues a las mejores las matan a tiros, y a las otras, ¡ni la hierba segada por un ejército de segadores que a diario arrancan hierbas, y las tiran en lugar de darlas a los corrales, que harían las delicias -repito- de los rumiantes, a la par que los pastores ahorrarían en toneladas de piensos (que igualan el sabor del queso), que son los que empobrecen a unos (los pastores), y enriquecen a otros (los del cabildo), que premian y preservan, reservan y protegen a un arbusto, que por endémico debiera estar en una reserva, pero no reservar todas las islas, para que junto con los pinos, sean las únicas plantas verdes que vivan. Por de pronto, aunque al siguiente día vuelvan a empezar a crecer o salir, se dedican bobaliconamente, al oficio de arrancar hierbas por donde hemos dicho y más. Hierbas, que no alimentan a ningún animal. Vamos, ¡de premio! Será que como piensan comercializar la leche de tabaiba, la de las cabras, no les interesa (ovejas y vacas tampoco). Y de paso: si esas cuadrillas por las orillas de las carreteras, haciendo el paripé sin ningún bien, estuvieran en cercados plantando papas o coles, otro gallo nos cantaría, pero toda vez que el cabildo prohíbe y castiga toda acción agrícola, ganadera y otras, pues nada de nada, y en ello chorreras de dineros corruptos, que corren… ¿no los perseguirá algún juez algún día? ¿Dineros por y para no hacer nada en orillas de las carreteras, sin que ningún bien revierta en la sociedad, porque llegado el verano, esas hierbas se secan, y si arrancaran tabaibas, como que bien pagados?; pero, ¿arrancar hierbas? ¿Dónde está la justicia?, ¿ciega?... ¡en arrancar hierba, gastan el dinero de las multas a los campesinos y otros!... hierbas que al tercer día vuelven a salir (¡un trabajo para nada, y en ello cuadrillas en pie [sin doblarse, con móviles en mano, en corros entre ellos...])... ¡un desastre político más!... no se enteran...

El Padre Báez.

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Pues, en ello estamos:
“… sí, César Manríquez era un artista y ud un historiador y cronista; pero, me parece Padre, que en último término el objetivo que nos une es el mismo: evitar que los políticos, especuladores y otros "bichos" y hierbas malignas acaben de manera irreversible con el patrimonio cultural, natural y campesino. Como cristianos tenemos, creo yo, un deber inter-generacional por el que el mismo Creador nos pedirá cuentas: dejar a la siguiente generación el hábitat si no mejor, al menos como lo encontramos...
Un fraternal abrazo”.

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