Queso tabaibero…
“… nadie me hace caso… estoy
agotado… mis perseguidores son más fuertes que yo…” (del salmo
141).
“… si el grano de trigo no
cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto…” (del
evangelio de san Juana 12, 20-33).
“… un árbol plantado… da
fruto en su sazón…” (del salmo 1).
… el que nos va a enseñar a hacer -como si fuéramos
subnormales, y nuestras madres y abuelas no lo hubieran sabido hacer ni
enseñado-, que viene ahora papá cabildo ya sin Don José Miguel a enseñarnos a
hacer lo que ya se sabe y mejor que ellos, pero…
tienen que justificar los
dineros, con cursos para enseñar a hacer queso, que bien pudiera ser con leche
de tabaiba, que el caso es después saber quién diablos se lo come, que vengan a
enseñarnos a hacer queso, sería igual que nos dieran un curso para enseñarnos a
andar, ¡vamos, a caminar!, pero no por una pasarela, sino a por donde sea, a
personas que ya lo hacen desde que comenzaron a dejar de gatear, y se pusieron
de pie y anduvieron; que recién comenzada la primavera, y sin cabras y menos
vacas -que también pudiera ser con leche de burras- pero es que ni unas ni
otras, y sin leche, ¿nos van a enseñar a hacer queso? Pero, ¿a quién quieren
engañar? Todo el mundo sabe hacer el queso: se ordeña la cabra, se le pone cuajo
a la leche, y con el aro dispuesto, se va echando la cuajada y se aprieta, y se
aprieta, para que largue el suero, se le da vueltas, se le echa sal, y de ahí y
poco a la mesa y a comer (recuerdo ahora, que Manuela entre Tifaracás y La
Aldea, hacía dos quesos al mismo tiempo: se sentaba encima de la quesera, y con
el culo apretaba un queso, y con las manos el otro, ¡y la gente prefería el que
llevaba una raja o canal en el centro, ya que lo hacía sin braga, por eso dejaba
la marca!). Que en tres días nos enseñan a hacer lo que ya sabemos, en horas de la tarde (cuatro y media hasta
las ocho y media), pero no pueden asistir sino 15, ¡si es que van tantos!, si
pasa con el nuevo bicho de las raíces asiste cuatro, como en Telde, que lo del
queso es en Santa Lucía. Y, en lugar de una quesera mujer, viene un hombre a
enseñar a hacer queso (¿¿…??). Y, les adelanto el contenido: leche para hacer el
queso, cuajo, aro, quesera, guantes (recuerden lo del culo de Manuela), etc. Y,
una cosa, si el aspirante a quesero o quesera es de fuera del sur, no lo
admiten, ¡ojo al parche! ¿Será porque después repiten el curso en el norte? No
sé. Ya pudieran enseñar a hacer algo con la leche de tabaiba, porque con la
leche de cabras, ovejas y vacas, al carecer de ellas, como que no va a ser
posible, pero… el caso es justificar se emplea (se tira) el dinero en cursos;
mejor lo gastaran en comprar ganado y regalarlo al campesino y permitirle sus
animalitos de Dios y de ellos, pasten por la tierra, tan llena de yerbita… pero,
¡es que no se enteran!
El Padre Báez.
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No, nunca dijeron nada; menos ahora, con el tiempo
pasado (no obstante, de los que no murieron totalmente, estoy sacando esquejes,
¡y me pegan de cada 10, 9! (tengo varios cientos):
Padre
Báez, le deseo lo mejor del Espíritu, en lo corporal y en lo psíquico... que
siga amando al Señor aunque las tabaibas tarden en irse a otro lado... Eche una
mano a todos los que pueda porque ya nos queda menos para sembrar ya que el
padre nos llama a la otra viña… que el señor le dé amor, humor, paciencia... a
ver cuándo voy a su casa para quitarle algún olivo y llevarlo a lo mío de
Valsequillo. Oiga, de los olivos que secaron saliendo de Telde (Tara) ya no
se dice nada… sic transit gloria mundi... Paco.
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