domingo, 22 de marzo de 2015

Queso tabaibero…
“… nadie me hace caso… estoy agotado… mis perseguidores son más fuertes que yo…”  (del salmo  141).
“… si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto…” (del evangelio de san Juana 12, 20-33).
“… un árbol plantado… da fruto en su sazón…” (del salmo 1).
… el que nos va a enseñar a hacer -como si fuéramos subnormales, y nuestras madres y abuelas no lo hubieran sabido hacer ni enseñado-, que viene ahora papá cabildo ya sin Don José Miguel a enseñarnos a hacer lo que ya se sabe y mejor que ellos, pero…
tienen que justificar los dineros, con cursos para enseñar a hacer queso, que bien pudiera ser con leche de tabaiba, que el caso es después saber quién diablos se lo come, que vengan a enseñarnos a hacer queso, sería igual que nos dieran un curso para enseñarnos a andar, ¡vamos, a caminar!, pero no por una pasarela, sino a por donde sea, a personas que ya lo hacen desde que comenzaron a dejar de gatear, y se pusieron de pie y anduvieron; que recién comenzada la primavera, y sin cabras y menos vacas -que también pudiera ser con leche de burras- pero es que ni unas ni otras, y sin leche, ¿nos van a enseñar a hacer queso? Pero, ¿a quién quieren engañar? Todo el mundo sabe hacer el queso: se ordeña la cabra, se le pone cuajo a la leche, y con el aro dispuesto, se va echando la cuajada y se aprieta, y se aprieta, para que largue el suero, se le da vueltas, se le echa sal, y de ahí y poco a la mesa y a comer (recuerdo ahora, que Manuela entre Tifaracás y La Aldea, hacía dos quesos al mismo tiempo: se sentaba encima de la quesera, y con el culo apretaba un queso, y con las manos el otro, ¡y la gente prefería el que llevaba una raja o canal en el centro, ya que lo hacía sin braga, por eso dejaba la marca!). Que en tres días nos enseñan a hacer lo que ya sabemos,  en horas de la tarde (cuatro y media hasta las ocho y media), pero no pueden asistir sino 15, ¡si es que van tantos!, si pasa con el nuevo bicho de las raíces asiste cuatro, como en Telde, que lo del queso es en Santa Lucía. Y, en lugar de una quesera mujer, viene un hombre a enseñar a hacer queso (¿¿…??). Y, les adelanto el contenido: leche para hacer el queso, cuajo, aro, quesera, guantes (recuerden lo del culo de Manuela), etc. Y, una cosa, si el aspirante a quesero o quesera es de fuera del sur, no lo admiten, ¡ojo al parche! ¿Será porque después repiten el curso en el norte? No sé. Ya pudieran enseñar a hacer algo con la leche de tabaiba, porque con la leche de cabras, ovejas y vacas, al carecer de ellas, como que no va a ser posible, pero… el caso es justificar se emplea (se tira) el dinero en cursos; mejor lo gastaran en comprar ganado y regalarlo al campesino y permitirle sus animalitos de Dios y de ellos, pasten por la tierra, tan llena de yerbita… pero, ¡es que no se enteran!
El Padre Báez.
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No, nunca dijeron nada; menos ahora, con el tiempo pasado (no obstante, de los que no murieron totalmente, estoy sacando esquejes, ¡y me pegan de cada 10, 9! (tengo varios cientos):
Padre Báez, le deseo lo mejor del Espíritu,  en lo  corporal y en lo psíquico... que siga amando al Señor aunque las tabaibas tarden en irse a otro lado... Eche una mano a todos los que pueda porque ya nos queda menos para sembrar ya que el padre nos llama a la otra viña… que el señor le dé amor, humor, paciencia... a ver cuándo voy a su casa para quitarle algún olivo y llevarlo a lo mío de Valsequillo. Oiga,  de los olivos  que secaron saliendo  de Telde (Tara) ya no se dice nada… sic transit gloria mundi... Paco.

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