Enfermedades por culpa de las tabaibas…

“… todo el día maquinando injusticias…” (del salmo 51).

“... nos están entregando a la muerte...”   (de la segunda carta de san Pablo a los Corintios 4, 10-11).

… la epidemia del hambre, enfermedades letales (la droga), el contagio de repetir idiotamente lo dictado o hecho, el virus tabaibero que ataca a todos (99 %), la pobreza y muerte, infectados de fútbol y carnaval incurable,  inoculación de vicios en niños y jóvenes (carnaval y fútbol), brote anti-agricultura y ganadería (solo perros y culebras),

epidemia de anti-sector primario, fiebres incurables del paro, vacuna cegadora de los medios de comunicación social que callan (comprados todos), malaria o paludismo infantil y juvenil, para que nada exijan, fiebres diversas debidas a distintas causas, la esquizofrenia del paro, la creciente confianza en que la Iglesia me dará de comer sin trabajar gracias a Cáritas, la pérdida de conciencia de sí mismo, inexplicables convulsiones, olvidos y pérdidas de memorias, enfermedades nuevas y desconocidas, desnutrición y obesidad, distintos síndromes, dramas personales y familiares (enfermedades psicológicas), nuevos y desconocidos síntomas, dolencias del alma, espasmos que matan, discapacitados psíquicos, epidemia de parados, afectados por la leche de tabaibas (piel, ojos, envenenamiento, etc.), contagio carnavalero, epidemia de idiotización o embobecimiento general por parte de los políticos, aumento de la brujería-santería-esoterismo-, aumento de la indiferencia religiosa que aumentan la culpabilidad y la desesperanza, carreritis o senderitis, murguitis, futbolitis, etc., etc.

El Padre Báez.

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Todavía hoy, Domingo de Ramos celebran en un barrio de Telde el carnaval, a tal fin Don Juan Francisco Ramírez, me dice lo siguiente:

Estimado Padre Báez: Me congratula su dedicación, constancia y esfuerzos, para intentar sembrar (apropiado símil agrario) cordura en este pueblo alienado por modelos extraños, totalmente alejados de sus raíces. En su exposición sobre las fiestas de las carnestolendas, con razón y tino, da en plena diana. Dios le proteja e ilumine, cada día, para que pueda seguir adelante con su prédica y ejemplo. Reciba un cordial y atento saludo.