jueves, 12 de marzo de 2015

epidemia

Epidemia de tabaibas…
“… los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo las gavillas…”…” (del salmo 125).
“… que comáis el pan de vuestros sudores…” (del salmo 125).
“... siembras año por año… hierba que se renueva; que florece y se renueva...” (del salmo 89).
“... sea ternero o cordero... al comenzar la siega del trigo... el cabrito...” (del libro del Éxodo 34, 10-28).
“... carneros... cebones... toros, corderos y machos cabríos... al hambriento la comida de los campesinos... alimenta a los pobres...” (del tratado de Tertuliano, presbítero, sobre la oración).
“... un pastor que apacienta el rebaño... lo reúne... toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres...” (del Cántico de Isaías 40, 10-17).
“... la irrisión y la burla de los que nos rodean... ovejas de tu rebaño...” (del salmo 78).
“... tu que guías... a un rebaño... preparaste el terreno...” (del salmo 79). .
… es lo que tenemos. Las tabaibas traspasan todo terreno, y llegan a todas partes. No tienen freno ni frontera. Y la selva es de solo tabaibas. Cubiertas por ellas, ya no se ve el color de la tierra. Solo encontramos irracionalidad, brutalidad, salvajismo en todo este hacer de las tabaibas (multas, y más multas, sin más, por nada y por todo).
Nadie se enfrenta al cabildo. Y esto avanza hacia la miseria. Comenzamos a ser los más pobres teniendo la posibilidad de ser los más ricos. Nos ganan la guerra, con el hambre y el paro. En el campo, ya no hay manos que lo trabajen, y el hambre comienza a dejarse ver, con estragos. Lo rural, vive su tragedia jamás vista en la Historia. Las autoridades solo ven deportes que ofrecernos (para drogar opiáceamente al populacho). Cada vez van -o vienen- más a Cáritas, desde el campo. Las tabaibas, están antes que el hombre (¡deprimente!). Las tabaibas, antes que las personas (la tierra, para ellas [las tabaibas]). Tanta indiferencia ante el hecho tabaibero solo significa que esta sociedad está más que enferma. Está más que clara y evidente, la corrupción política, mantenedora de esta situación irracional (¿tabaibas, para qué?). Nada cambian, sino a peor. Son muchos, y cada vez más, los que viven de lo que les dan (¡eso no es vida, ni vivir!). Tenemos derecho a la tierra y a comer de ella, pero este derecho nos lo tienen conculcado. Se adueñan de lo tuyo, con una simple denominación categórica, con la que ya no puedes ni pisar lo tuyo, y si hicieras algo en ello, mejor, ¡te embarques! Ya no eres dueño de lo tuyo, sino el cabildo, y te lo custodia o guarda, vigila y controla el seprona y el miedo ambiente. No se respeta ni el derecho a la propiedad, te la roban.
El Padre Báez.
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Convendrán conmigo, que si lo que van a leer viene de un gran periodista, y de quien fuera director de barios periódicos, es como para tenerlo muy en cuenta:
Mi querido amigo y hermano Fernando Báez. Te paso esta documentación por si es útil para ti y la defensa que haces de la naturaleza, del campo y de los cultivadores y cuidadores de nuestros campos. ¡Eres admirable, en esto, amigo!; sigue así. Yo rezo mucho por ti para que tu voz cale y llegue a donde tiene que llegar. Sabes que gozas de mi amistad y aprecio. Oremus ad invicem. Un fuerte abrazo. Antonio Cruz Domínguez.

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