miércoles, 11 de marzo de 2015

estado

Estado tabaibero…
“... las nubes derramaron su rocío...” (del libro de san Teófilo de Antioquía, obispo de Autólico)
“... soy pobre y desgraciado...” (del salmo 69).. 
… en el que vivimos, sin darnos cuenta de la situación, porque nos hacen mirar hacia otros lados (fútbol, carnaval, estado de las carreteras, etc.). Nos han retirado del campo, de lo natural… la naturaleza toda ha sido entregada a las tabaibas, nos han sacado del medio ambiente, y ha aparecido el miedo ambiente y el seprona.
Nada se hace por volver -en serio- al campo; te castigan con multas si lo haces. Hemos pasado a ser -sin más- urbanistas a la fuerza; y esto, engorda a la clase política. Vivimos a expensas del exterior, sin más, de forma totalitaria. Nos han alejado del campo, y nos han deshumanizado. Nos han inoculado el miedo; nos han desterrado (fuera de la tierra). Ya sin valores (la ayuda, el compañerismo, el compartir, etc.). Y como bobos, seguimos al que toque cualquier flauta ensoñadora. Nos alejan -incluso del día y del sol, y nos sumergen en la noche (con sus “encantos [droga, sexo, alcohol, etc.])-. Nos idiotizan a la par que se forran a costa nuestra. Nos quitan hasta la posibilidad de pensar por nosotros mismos, ¡ya lo hacen ellos! Nos arrancan nuestras señas de identidad, nos mezclan con el mundo entero y… ¡aceptemos todo lo extraño! Y, si de credo se trata la cosa, son ateos; nos han quitado incluso a Dios. Un mundo sin trascendencia ni espiritualidad, solo materialismo puro y duro, frente a devotos creyentes mahometanos que nos rodean fieles a su Corán (olvidada  e ignorada nuestra Biblia, en escuelas, en medios de comunicación, en familias, etc.). Los jefes de partidos políticos son los nuevos dioses, que no salvan y roban, mienten, prometen, no cumplen, ignoran la agricultura y la ganadería, solo saben de tabaibas protegidas en el campo. Todos parados, con fiestas, ¡muchas fiestas!, ¡todas las fiestas! Una profesión más (la periodística) a la deriva, comprada, encorsetada, mentirosa y culpable por encubridora y a la par idiotizadora o imbecilizadora. El solo y todo fútbol opiáceo de una sociedad descerebrada (ejemplo: el ministro de industria habla de industria sin tener producción alguna de algo, es decir: sin materia prima, se nos habla de una industria posible y boyante, que nos sacará de la crisis). Un carnaval de cuatro meses que nos divide y enfrenta con la provincia hermana y no contra el gobierno o la autodeterminación, o independencia. Los que gobiernan son los mismos, y repiten, repiten, y siguen y mueren en el cargo (¡camada de vejestorios, que nada hicieron y nada hacen sino enriquecerse, mentir, engañar, robar, etc.!). Ya sin valores, ni principios, ni ética, ni religión, ni agricultura,  ni ganadería, ni economía, etc. ¿Cómo cambiar y enderezar todo esto?
El Padre Báez.
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Así de buenos ojos me ve el amigo de Moya: J. R. M.:
“… muchos "progres" y supuestos naturalistas, deberían aprender a escribir de este párroco, que sí refleja lo que acontece en nuestro entorno geográfico. La descripción  de los hechos es impecable Padre Báez…”

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