lunes, 23 de marzo de 2015

El cultivo de tabaibas…
“… carneros… corderos…” (del salmo 113 A).
“... un novillo...” (del salmo 28).
“... becerros y machos cabríos...” (del comentario de san Juan Fisher, obispo y mártir, sobre los salmos).
“... cordero manso...” (del libro del profeta Jeremías 11, 19-20).
… a la que el cabildo se ha comprometido, es todo un éxito, por cuanto dinero recauda a su costa el mismo, en base a machacar al ya más que esquilmado campesinado. Es lo que hay. El cabildo decide cultivar de tabaibas toda la isla, más allá del campo.
Y así, todo terreno agrícola está siendo sembrado, plantado, cultivado de la sola y exclusiva tabaiba, en cuya tarea, no hay surcos que hacer, porque se expande prodigiosamente en todo terreno  sin más. A tal fin, no hay ni que limpiar terreno alguno, para el cultivo de las tabaibas, que aunque a nadie da de comer (salvo al cabildo por las multas que ponen por atentar o dañar a una o más tabaibas). Nada se recoge de esa cosecha tan extensiva como totalitaria y excluyente. Llegó el momento -ya con retraso- de reflexionar sobre este fenómeno, que parece no interesar a nadie, como en su día el rabo de gato, que al grito de alarma dado por un servidor, salió el de su protección, y hoy es otra plaga, que avanza sin freno y sin posibilidad de atajar, como a las culebras. Siempre se llega tarde, o ni se llega, sino que se le abandona a su suerte, sin que administración alguna le eche mano. Sobre todo esto, nadie responde, todos callan. Todo abandonado. El tema es  más que preocupante, inquietante… esta situación, carece de sentido. No es lógico, ni comprensible. Y nada importa el hambre ya entre nosotros, la miseria de tantos, la situación del campo (cerrado y vallado a todo cultivo y ganadería). Penosa esta situación, que merece muy otras calificaciones. Asunto más que interesante y nadie le mete mano. Y no es que ande uno de pesimista radical, ¡ni mucho menos!, es que la realidad me sobresale y es más que lo que uno aquí deja entrever. Lo nuestro es de derrota total. Y esta es la realidad. Políticos y política incapaz de leer la situación real en la que vivimos y ciegos para ver a dónde nos lleva las tabaibas. Difícil ser optimista ante este cuadro real de la situación: nos invade el Tabaibal. Ninguna lucha contra las tabaibas (protegidísimas). Y mientras, la pobreza y la miseria campean por nuestros campos y ciudades. El campo, no se toca. Indiferencia y apatía frente al problema número uno: las tabaibas. Sin motivos para el optimismo, ni para la esperanza. Negro, más que negro nuestro panorama, y aunque ya… ¡tiempo al tiempo! No se ve compromiso alguno de lucha contra las tabaibas, sino el de uno (un servido, con humildad aparte) y sus seguidores y animadores, pero habría que dar otros pasos. La crisis avanza…
El Padre Báez.
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Así me lo envía el campesino, así se lo reenvío yo (un servidor) a ustedes todos, mis amigos:
Darle vida al campo
 A mis amigos le pido que le dé forma a sus pinceladas,
denunciando a los tiburones, denunciando a los tiburones…
para que en paz dejen a las nuevas generaciones,
para que en el campo se vuelva a ver…
para que el en campo se vuelva a ver,
mi gente recogiendo el trigo y la cebada…

Descalzo me crié, niño yuntero fui; descalzo me crié, niño yuntero fui…
es ahí cuando el trabajador debe saber de que lado estar,
para en todo tiempo sin pereza saber salir...
y  que la tierra con cariño nos dé para vivir.

La mujer que a mí me quiera nunca le ha de faltar,
la mujer que a mí me quiera nunca le ha de faltar…
una parcelita de tierra, gofio, arepa y leche para cenar
y una caricia al anochecer para yo ver ese cuerpecito vibrar…

El Campesino

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