El cultivo de
tabaibas…
“… carneros… corderos…” (del
salmo 113 A).
“... un novillo...” (del
salmo 28).
“... becerros y machos
cabríos...” (del comentario de san Juan Fisher, obispo y mártir, sobre los
salmos).
“... cordero manso...” (del
libro del profeta Jeremías 11, 19-20).
… a la que el cabildo se ha
comprometido, es todo un éxito, por cuanto dinero recauda a su costa el mismo,
en base a machacar al ya más que esquilmado campesinado. Es lo que hay. El
cabildo decide cultivar de tabaibas toda la isla, más allá del campo.
Y así,
todo terreno agrícola está siendo sembrado, plantado, cultivado de la sola y
exclusiva tabaiba, en cuya tarea, no hay surcos que hacer, porque se expande
prodigiosamente en todo terreno sin más.
A tal fin, no hay ni que limpiar terreno alguno, para el cultivo de las
tabaibas, que aunque a nadie da de comer (salvo al cabildo por las multas que
ponen por atentar o dañar a una o más tabaibas). Nada se recoge de esa cosecha
tan extensiva como totalitaria y excluyente. Llegó el momento -ya con retraso-
de reflexionar sobre este fenómeno, que parece no interesar a nadie, como en su
día el rabo de gato, que al grito de alarma dado por un servidor, salió el de su
protección, y hoy es otra plaga, que avanza sin freno y sin posibilidad de
atajar, como a las culebras. Siempre se llega tarde, o ni se llega, sino que se
le abandona a su suerte, sin que administración alguna le eche mano. Sobre todo
esto, nadie responde, todos callan. Todo abandonado. El tema es más que preocupante, inquietante… esta
situación, carece de sentido. No es lógico, ni comprensible. Y nada importa el
hambre ya entre nosotros, la miseria de tantos, la situación del campo (cerrado
y vallado a todo cultivo y ganadería). Penosa esta situación, que merece muy
otras calificaciones. Asunto más que interesante y nadie le mete mano. Y no es
que ande uno de pesimista radical, ¡ni mucho menos!, es que la realidad me
sobresale y es más que lo que uno aquí deja entrever. Lo nuestro es de derrota
total. Y esta es la realidad. Políticos y política incapaz de leer la situación
real en la que vivimos y ciegos para ver a dónde nos lleva las tabaibas. Difícil
ser optimista ante este cuadro real de la situación: nos invade el Tabaibal.
Ninguna lucha contra las tabaibas (protegidísimas). Y mientras, la pobreza y la
miseria campean por nuestros campos y ciudades. El campo, no se toca.
Indiferencia y apatía frente al problema número uno: las tabaibas. Sin motivos
para el optimismo, ni para la esperanza. Negro, más que negro nuestro panorama,
y aunque ya… ¡tiempo al tiempo! No se
ve compromiso alguno de lucha contra las tabaibas, sino el de uno (un servido,
con humildad aparte) y sus seguidores y animadores, pero habría que dar otros
pasos. La crisis avanza…
El Padre
Báez.
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Así me lo envía el
campesino, así se lo reenvío yo (un servidor) a ustedes todos, mis
amigos:
Darle vida al campo
A mis amigos le pido que le
dé forma a sus pinceladas,
denunciando a los tiburones,
denunciando a los tiburones…
para que en paz dejen a las
nuevas generaciones,
para que en el campo se
vuelva a ver…
para que el en campo se
vuelva a ver,
mi gente recogiendo el trigo
y la cebada…
Descalzo me crié, niño
yuntero fui; descalzo me crié, niño yuntero fui…
es ahí cuando el trabajador
debe saber de que lado estar,
para en todo tiempo sin
pereza saber salir...
y que la tierra con cariño nos dé para
vivir.
La mujer que a mí me quiera
nunca le ha de faltar,
la mujer que a mí me quiera
nunca le ha de faltar…
una parcelita de tierra,
gofio, arepa y leche para cenar
y una caricia al anochecer
para yo ver ese cuerpecito vibrar…
El Campesino
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