jueves, 5 de abril de 2012

Pies de cerdo...

... guisados con tomates y pimientos. Me imagino se habrán dado cuenta, se trata de una receta, de esas que llaman fáciles, rápidas y económicas. Por supuesto, no entraré  en los ingredientes, y mucho menos, les voy a decir –como otros- cómo se hace. Lo mío, no va más allá de un caldo macho, guisar jaramagos (no digo “Saramago”), y guisar coles con un refrito de ajos...


.. que si vengo hoy con lo de los pies de cerdo, es porque un servidor, pensaba: que eso de los pies, es cosa de humanos; y toda vez que uno de niño, aprendió –no sé si equivocado- que los animales, no tienen pies, sino patas..., ¿qué pasa?; ¿qué quieren humanizar tanto a los brutos (dícese “animales”), que ya no tienen patas, sino pies?

Por supuesto, este asunto trasciende y va, mucho más allá de los cerdos (también conocidos por: guarros, cochinos, marranos, etc.), y así lo mismo te hablan del “cuello” de los animales, cuando –según creo, se llama “pescuezo” y así con otras partes de sus cuerpos, que los asimilan y hacen igual que el de las personas. Craso o grave error.

¡Y mira por donde, que receta aparte, y terminología animal –también a aparte- este mi comentario, viene bien de cara al Viernes Santo, donde por precepto de la Santa Madre Iglesia (Católica, Apostólica, Una y Romana), los católicos deben abstenerse de la carne de cualquier parte del cerdo, ya sean patas delanteras o traseras, sea el lomo, chuleta, chorizo, o la grasa del mismo.

También recuerdo a mis amigos, que junto con la abstención de carne de dicho día –día de la muerte de nuestro Señor Jesucristo- también hay que ayunar (es decir, comer un poco menos), y cuanto se dice del Viernes Santo, es válido para el Sábado Santo, si bien este día es recomendado, sin más (el ayuno y la abstinencia).

Ya después el Domingo de Resurrección, ya desde la Vigilia y en esa noche –del Sábado Santo ya Domingo-, en la que no se debe dormir, ya se permite comer del cochino todo, y ¡ya se trincara –si la economía lo permitiera- una pata asada, para con la Comunidad de fe, celebrar la Resurrección, fiesta de las fiestas, solemnidad de solemnidades, y liturgia de liturgia.

Con verduras, o con carne, celébrela comiendo al Cordero de Dios, que nos quita el pecado; es decir, comulgando el Cuerpo de Cristo, siempre y cuando antes se haya usted reconcialiado (confesado).

Pues lo dicho: lo pase bien estos días, y recuerde, lo que dijo el Sr. Obispo (nuestro Pastor y Maestro en la fe): la Semana Santa se celebra en los templos; lo otro, si es continuación del templo es válido, de lo contrario, se habrá quedado en la cáscara (como si del cerdo, le dan el hueso, para que lo chupe y lo saboree).

Y volviendo al guarro o cochino, marrano o cerdo, estará más limpio que usted -¡animalito de Dios!-, a pesar que apeste, porque al menos él no ha pecado, ni tiene culpa alguna; mientras que usted, por más que se bañe, duche y perfume, si no ha pasado por el confesionario, el hermano cerdo –que dijera San Francisco de Asís), le gana en limpieza.

El Padre Báez.

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