domingo, 27 de septiembre de 2015

tenemos

Si tenemos tabaibas, ¿qué más necesitamos?...
“... saca pan de los campos... y alimento...” (Sal 103)./
... si nuestro auge es más que fuerte; se trata de nuestro sector privado, ¡casi nada! Ya sin gastos; todo mejora; ya, nada importamos; nuestro capital es recio, competente; el paro ha desaparecido; tenemos un gran capital. Nuestra economía emerge, y estamos en desarrollo; somos resistentes; ¡ya exportamos! Ya, nadie nos ayuda, no lo necesitamos. Hemos conseguido superávits.
Nos hemos recuperados. Ya somos y estamos estables; desapareció, hemos dejado de ser vulnerables, la crisis es de los otros. A nivel doméstico producimos capital; acumulamos reservas; ya somos prósperos. Reciclamos. Ahora, dependen de nosotros. ¿Debemos esperar más cambios? R/. ¡No! Somos competitivos, ¿o no? Somos resistentes; ni siquiera hace falta seamos moderados (en gastos). Ya somos normales; hemos acelerado la economía. ¡Tenemos muchas y buenas raíces! Nuestro motor de crecimiento es potente. Somos líderes en exportaciones. Nuestra economía avanza. ¡Tanta es nuestra reserva! Nos expandimos; nos compran; nos ajustamos; se incrementan los sueldos; el mundo nos demanda; emerge el sector privado; prestamos a los bancos. Endeudarse, ¿eso qué es? Nos compran, vendemos; somos activos en lo local; no necesitamos del extranjero. Prestamos. Gracias a los estudios universitarios de la universidaddelaspalmasdegrancanaria sobre economía. En ello, se han implicado los políticos. Somos rentables; nos entran capital; a nadie debemos. Tenemos ajustes y gestores. Somos y estamos estables. Más aún, crecemos.  Nos proyectamos. Pues, ¡tanto producimos! Nuestro crecimiento sube, sin parar. El pronóstico, es: que vamos a seguir creciendo. Recuperados, ya nos sostenemos. Los malos augurios del pasado, son Historia. Tenemos una gran fuente de crecimiento inagotable. ¡Mucha materia prima! Corre el viento a nuestro favor. Tenemos una gran calidad laboral. Contamos con un gran rejuvenecimiento de la población. Crece la producción. Desaparecieron los desequilibrios. Nos reformamos, y nos sostenemos, gracias a ello (¡y a ellas! ¡Ya saben!, ¿no?). El mundo nos demanda materia prima (de la que estamos más que sobrados). Crecen las exportaciones, extraordinariamente. Consumimos. Invertimos. Subimos. Nos sostenemos alegremente. Producimos sin parar. Somos capaces. Rendimos. Invertimos (repito). Crecemos más y más. Tenemos excedentes. Necesitamos más mano de obra. Todo son beneficios. El gobierno gestiona de p... m.... (de pura maravilla, [no sean mal pensados]). Son muy prudentes. Nos expandimos. Una realidad: la fortaleza del precio de nuestra materia prima...
Disculpen: acabo de despertar; soñaba...
El Padre Báez.
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180. No se puede pensar en recetas uniformes, porque hay problemas y límites específicos de cada país o región. También es verdad que el realismo político puede exigir medidas y tecnologías de transición, siempre que estén acompañadas del diseño y la aceptación de compromisos graduales vinculantes. Pero en los ámbitos nacionales y locales siempre hay mucho por hacer, como promover las formas de ahorro de energía. Esto implica favorecer formas de producción industrial con máxima eficiencia energética y menos cantidad de materia prima, quitando del mercado los productos que son poco eficaces desde el punto de vista energético o que son más contaminantes. También podemos mencionar una buena gestión del transporte o formas de construcción y de saneamiento de edificios que reduzcan su consumo energético y su nivel de contaminación. Por otra parte, la acción política local puede orientarse a la modificación del consumo, al desarrollo de una economía de residuos y de reciclaje, a la protección de especies y a la programación de una agricultura diversificada con rotación de cultivos. Es posible alentar el mejoramiento agrícola de regiones pobres mediante inversiones en infraestructuras rurales, en la organización del mercado local o nacional, en sistemas de riego, en el desarrollo de técnicas agrícolas sostenibles. Se pueden facilitar formas de cooperación o de organización comunitaria que defiendan los intereses de los pequeños productores y preserven los ecosistemas locales de la depredación. ¡Es tanto lo que sí se puede hacer!
181. Es indispensable la continuidad, porque no se pueden modificar las políticas relacionadas con el cambio climático y la protección del ambiente cada vez que cambia un gobierno. Los resultados requieren mucho tiempo, y suponen costos inmediatos con efectos que no podrán ser mostrados dentro del actual período de gobierno. Por eso, sin la presión de la población y de las instituciones siempre habrá resistencia a intervenir, más aún cuando haya urgencias que resolver. Que un político asuma estas responsabilidades con los costos que implican, no responde a la lógica eficientista e inmediatista de la economía y de la política actual, pero si se atreve a hacerlo, volverá a reconocer la dignidad que Dios le ha dado como humano y dejará tras su paso por esta historia un testimonio de generosa responsabilidad. Hay que conceder un lugar preponderante a una sana política, capaz de reformar las instituciones, coordinarlas y dotarlas de mejores prácticas, que permitan superar presiones e inercias viciosas. Sin embargo, hay que agregar que los mejores mecanismos terminan sucumbiendo cuando faltan los grandes fines, los valores, una comprensión humanista y rica de sentido que otorguen a cada sociedad una orientación noble y generosa. (del obispo de Roma, el papa Francisco, en una de sus encíclicas, la LAUDATO SI).

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