lunes, 7 de septiembre de 2015

Obispos españoles

 
Los Obispos españoles han hablado: escuchemos los tabaiberos...
“...escucha... atiende a la voz...” (del salmo 85).
... a punto de cumplir seis meses, o lo que es lo mismo, medio año, hay que reconocer el hecho siguiente: apenas si ha tenido eco, ni en su día, ni al presente en los medios de comunicación; pues prácticamente, ha pasado desapercibido. Por eso, un servidor, quiere llenar en parte ese hueco o silencio.
Pues da la impresión, los Medios no se enteran, o pasan olímpicamente de la voz de la Iglesia. Y, a decir verdad, en esta ocasión ha hablado, claro, alto y bien. Incluso se adelantaron a la LAUDATO SI de Francisco y hasta incluyen temas que el papa obvia o pasa por alto; he ahí la importancia de este documento, que lleva por nombre: “Iglesia, servidora de los pobres”, y que con fecha 24 de abril de 2015, sale de la CV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. Se trata de un documento breve o corto -lo cual es de agradecer-, pero no por ello menos profundo e importante como ya dije más arriba (se adelantan al papa, y dice lo que el papa no dice; es decir van más allá -como vamos a ver enseguida-), pues a pesar de la larga espera de algo similar o parecido por parte de nuestros Obispos, llegaron tarde, pero muy oportunos, y así, en un medio centenar de páginas, cuyo sumario es el siguiente: Introducción. 1. La situación social que nos interpela. 2. Factores que explican esta situación social. 3. Principios de doctrina social que iluminan la realidad. 4. Propuestas esperanzadoras desde la fe. y 5. Conclusión. Pues, para que se vea la importancia de esta Instrucción Pastoral, les pongo un solo ejemplo (que ya habrá tiempo, de ir ampliando y resumiendo su contenido, pero vaya este adelanto), tomado del 1.1.8: “Muchas veces pensamos en la pobreza en nuestras ciudades, pero atendemos menos, por no tener tanta resonancia en los medios de comunicación, a la pobreza de los hombres y mujeres del campo y del mar. La articulación actual de la economía ha desplazado a muchas personas del mudo rural, incidiendo gravemente en su despoblación y envejecimiento. Los labradores y ganaderos han visto incrementados extraordinariamente los gastos de producción, sin que hayan podido repercutirlos en el precio de sus productos. Los pueblos más pequeños son habitados mayoritariamente por ancianos y personas solas. Todo ello plantea problemas sociales de un profundo calado. La pobreza del mundo rural, a veces, puede ser alimentada también por las mismas políticas de subsidios, que llegan a convertirse en una verdadera cultura de la subvención y que priva a las personas de su dignidad. Algunos obispos ya denunciaron esta situación: “Frente  a la mentalidad tan extendida del derecho a la dádiva y de la subvención, se hace necesario promover la estima del trabajo y del sacrificio como medio justo de crecimiento personal y colectivo para el logro del bienestar. (Obispos del Sur de España. Nota ante las elecciones autonómicas, n. 8 [2012]). Simple y llanamente -humildad aparte, lo que un servidor viene diciendo con otras palabras y parecidas hace ya un par de años, y ello diariamente en mis comentarios tabaiberiles o tabaiberos. Por supuesto voy a seguir con ellos, y en los próximos comentarios les desmenuzaré este valiosísimo y valiente (aunque desconocido) Documento de nuestros Obispos.
El Padre Báez.
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Y, el papa (Obispo de Roma) añade lo que sigue en la misma línea o dirección, en su encíclica LAUDATO SI, con destino -hoy- a arquitectos y urbanistas:
150. Dada la interrelación entre el espacio y la conducta humana, quienes diseñan edificios, barrios, espacios públicos y ciudades necesitan del aporte de diversas disciplinas que permitan entender los procesos, el simbolismo y los comportamientos de las personas. No basta la búsqueda de la belleza en el diseño, porque más valioso todavía es el servicio a otra belleza: la calidad de vida de las personas, su adaptación al ambiente, el encuentro y la ayuda mutua. También por eso es tan importante que las perspectivas de los pobladores siempre completen el análisis del planeamiento urbano.
151. Hace falta cuidar los lugares comunes, los marcos visuales y los hitos urbanos que acrecientan nuestro sentido de pertenencia, nuestra sensación de arraigo, nuestro sentimiento de «estar en casa» dentro de la ciudad que nos contiene y nos une. Es importante que las diferentes partes de una ciudad estén bien integradas y que los habitantes puedan tener una visión de conjunto, en lugar de encerrarse en un barrio privándose de vivir la ciudad entera como un espacio propio compartido con los demás. Toda intervención en el paisaje urbano o rural debería considerar cómo los distintos elementos del lugar conforman un todo que es percibido por los habitantes como un cuadro coherente con su riqueza de significados. Así los otros dejan de ser extraños, y se los puede sentir como parte de un « nosotros » que construimos juntos. Por esta misma razón, tanto en el ambiente urbano como en el rural, conviene preservar algunos lugares donde se eviten intervenciones humanas que los modifiquen constantemente.

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