miércoles, 23 de septiembre de 2015

fondo

En el fondo y trasfondo, las tabaibas; y por ellas...
“... os colocaré en vuestra tierra...” (Ez 37, 1-14)./ “... nos toca no callarnos...” (del canario [cannarii] san Agustín, obispo, sobre los pastores).
... no veo los ajustes por ningún lado; tampoco un cambio de dirección. Y esto, se hace cada vez más, insostenible (¡se lo pregunten a Cáritas!). Estamos inflacionados (de inflación, no confundir con inflamados, ¡que también!). Aquí, no reducimos nada. Seguimos en mayores gastos, y en menores producciones (mejor: ninguna producción, salvo lo que todos sabemos, pero que de nada nos sirve).
¡Claro, que obedientes, nos pidieron desde europa menos producción, y han cedido bobaliconamente! Y la crisis va en aumento imparable. Y, ni restauración y por descotado nada de competitividad (salvo en los campos de fútbol, donde tampoco ganamos, pero nos entretienen y hacen mirar hacia otro lado (nunca mejor dicho: ¡echando balones fuera!). Y así, bajan los sueldos, y bajan los precios (ejemplo: la leche y cualquier cosa que ´simbólicamente se produzca), con lo que suben las deudas. Y, de los ahorros, la deflación. No crecemos (solo en parados). Se rompe el mercado; poca demanda (casi ninguna); crecen las deudas; las estructuras se debilitan; padecemos contracción (y no precisamente de abdomen, ¡que también!). Sin empresas, no podemos crecer. Seguimos tocando fondo (¡y lo que te rondaré, morena!). ¿Cuándo la recuperación, si seguimos cayendo? Competitividad, ninguna; demandamos productos. Bajan los precios (bis). Todo lo importamos con beneficios para los exportadores (y los políticos). Crece la depresión. El paro y los parados, también crecen. Se hunde el consumo. No prestan. Suben los impuestos (nos van a cobrar hasta por el sol [¡cierto!]). Cada vez más, la economía se debilita. Caen precios y sueldos; sube la emigración, también la inmigración. Las autoridades no cambian. Difícil supervivir. No hay fuga de capitales, sino de intelectuales, que emigran, sin sueldos, sin trabajo (¡por eso!). Y la crisis sigue. Los políticos sin credibilidad. Solo acumulan los bancos. Esto, se derrumba. No tenemos industria local alguna. Todo viene de más allá de las fronteras y por los mares surcados (en lugar de surcar la tierra propia). Mercado laboral no tenemos (salvo los relacionados con los distintos y múltiples gobiernos). No va a ser fácil salir de la crisis a corto plazo; vemos la incapacidad de los que nos gobiernan, desde la ineptitud (patanes) y el desconocimiento (burros); solo pusieron sus caras en las elecciones (fotos), y no soluciones (programas). Están intelectualmente incapacitados (de muy bajos coeficientes intelectuales). Y de europa, antes de que nos echen, deberíamos salir (pero ciegos, no la ven venir). Y si nos mantienen -como a Grecia- no es por nosotros, sino por el prestigio de ellos, y las repercusiones de la salida, pero, ¡es que no hay otra! De lo contrario, vamos a permanecer en la crisis por tiempo indefinido (¡largo me lo fiáis -que dijera el Quijote-!)...
El Padre Báez.
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172. Los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes, aunque deban analizar el nivel escandaloso de consumo de algunos sectores privilegiados de su población y controlar mejor la corrupción. También es verdad que deben desarrollar formas menos contaminantes de producción de energía, pero para ello requieren contar con la ayuda de los países que han crecido mucho a costa de la contaminación actual del planeta. El aprovechamiento directo de la abundante energía solar requiere que se establezcan mecanismos y subsidios de modo que los países en desarrollo puedan acceder a transferencia de tecnologías, asistencia técnica y recursos financieros, pero siempre prestando atención a las condiciones concretas, ya que «no siempre es adecuadamente evaluada la compatibilidad de los sistemas con el contexto para el cual fueron diseñados»[128].Los costos serían bajos si se los compara con los riesgos del cambio climático. De todos modos, es ante todo una decisión ética, fundada en la solidaridad de todos los pueblos.
173. Urgen acuerdos internacionales que se cumplan, dada la fragilidad de las instancias locales para intervenir de modo eficaz. Las relaciones entre Estados deben resguardar la soberanía de cada uno, pero también establecer caminos consensuados para evitar catástrofes locales que terminarían afectando a todos. Hacen falta marcos regulatorios globales que impongan obligaciones y que impidan acciones intolerables, como el hecho de que países poderosos expulsen a otros países residuos e industrias altamente contaminantes. (del obispo de Roma, el papa Francisco en una de sus encíclicas, la LAUDATO SI).

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