martes, 8 de septiembre de 2015

Los Obispos y las tabaibas

Los Obispos y las tabaibas...
“... no explotes al pobre, porque es pobre, no atropelles al desgraciado...” 

(Pr 22, 22).
... como adelantábamos ayer, vamos a adentrarnos en el Documento Episcopal, o Instrucción Pastoral de la CV Conferencia de los Obispos

  Españoles, y que lleva por título: “Iglesia, servidora de los pobres”, y aunque no entremos en un análisis profundo, presentemos al menos su estructura, aunque solo sea en forma de esqueleto o índice, que nos mueva a entrar en su lectura; y dada la brevedad de mis comentarios, no quiero ir más allá, y así la cosa, si se animan a abrir dicho Documento, se van a encontrar con este esquema (las tabaibas están de forma implícitas -aunque no se las citen expresamente-, en nuestra realidad social de pobreza):
Introducción. 1. La situación social que nos interpela. 1.1. Nuevos pobres y nuevas pobrezas. Familias golpeadas por la crisis. Las pobrezas del mundo rural y de los hombres y mujeres del mar. La migración, nueva forma de pobreza. 1.2. La corrupción, un mal moral. 1.3. El empobrecimiento espiritual. 2. Factores que explican esta situación social. 2.1. La negación de la primacía del ser humano. 2.2. La cultura de lo inmediato y de la técnica. 2.3. Un modelo centrado en la economía. 2.4. La idolatría de la lógica mercantil. 3. Principios de doctrina social que iluminan la realidad. 3.1. La dignidad de la persona. 3.2. El destino universal de los bienes. 3.3. Solidaridad, defensa de los derechos y promoción de deberes. 3.4. El bien común. 3.5. El principio de subsidiariedad. 3.6. El derecho a un trabajo digno y estable. 4. Propuestas esperanzadoras desde la fe. 4.1. Promover una actitud de continua renovación y conversión. 4.2. Cultivar una sólida espiritualidad que dé consistencia y sentido a nuestro compromiso social. 4.3. Apoyarse en la fuerza transformadora de la evangelización. 4.4. Profundizar en la dimensión evangelizadora de la caridad y de la acción social. 4.5. Promover el desarrollo integral de la persona y afrontar las raíces de las pobrezas. 4.6. Defender la vida y la familia como bienes sociales fundamentales. 4.7. Afrontar el reto de una economía inclusiva y de comunión. 4.8. Fortalecer la animación comunitaria. 5. Conclusión.
El Padre Báez (continuaré con varios comentarios sobre este Documento).
------------------------------
152. La falta de viviendas es grave en muchas partes del mundo, tanto en las zonas rurales como en las grandes ciudades, porque los presupuestos estatales sólo suelen cubrir una pequeña parte de la demanda. No sólo los pobres, sino una gran parte de la sociedad sufren serias dificultades para acceder a una vivienda propia. La posesión de una vivienda tiene mucho que ver con la dignidad de las personas y con el desarrollo de las familias. Es una cuestión central de la ecología humana. Si en un lugar ya se han desarrollado conglomerados caóticos de casas precarias, se trata sobre todo de urbanizar esos barrios, no de erradicar y expulsar. Cuando los pobres viven en suburbios contaminados o en conglomerados peligrosos, «en el caso que se deba proceder a su traslado, y para no añadir más sufrimiento al que ya padecen, es necesario proporcionar una información adecuada y previa, ofrecer alternativas de alojamientos dignos e implicar directamente a los interesados»[118]. Al mismo tiempo, la creatividad debería llevar a integrar los barrios precarios en una ciudad acogedora: «¡Qué hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes, y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo! ¡Qué lindas son las ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro![119]».
153. La calidad de vida en las ciudades tiene mucho que ver con el transporte, que suele ser causa de grandes sufrimientos para los habitantes. En las ciudades circulan muchos automóviles utilizados por una o dos personas, con lo cual el tránsito se hace complicado, el nivel de contaminación es alto, se consumen cantidades enormes de energía no renovable y se vuelve necesaria la construcción de más autopistas y lugares de estacionamiento que perjudican la trama urbana. Muchos especialistas coinciden en la necesidad de priorizar el transporte público. Pero algunas medidas necesarias difícilmente serán pacíficamente aceptadas por la sociedad sin una mejora sustancial de ese transporte, que en muchas ciudades significa un trato indigno a las personas debido a la aglomeración, a la incomodidad o a la baja frecuencia de los servicios y a la inseguridad. (del Obispo de Roma: Francisco, en su encíclica LAUDATO SI).
---------------------------
Nota.- Curioso que aún no he terminado estos comentarios en torno al Documento de los Obispos, que nos ocupan estos días, y ya son varios los Obispos -de otros tantas Diócesis distintas-, que me felicitan por dar publicidad y hacer comentarios sobre el Documento de ellos: la “Iglesia, servidora de los pobres”.
A los Sres. Obispos: ¡muchísimas gracias! (El Padre Báez).

No hay comentarios:

Publicar un comentario