domingo, 26 de agosto de 2012

popurrí 329

POPURRÍ 329:

Sobre mi tesis (329):
¿Cómo enjuiciar el tema? Cierto que en Hispanoamérica el problema tiene sus propias modalidades: Hay que tener presente –en este momento- la evangelización en América, con las distintas razas: puras, mixtas, etc., de donde podían surgir vocaciones eclesiásticas, con un trabajo difícil, tanto en fomentarlas como cultivarlas.

Y cuando se acaben las monjas (mejor dicho: ¡religiosas!)...
... ¿volverá el amor, la entrega, el servicio, el cariño, el afecto...?

Pues, ¡sigan dando palos a la Iglesia...
... que es la que las engendra o genera!

Un mundo sin ellas...
... es un campo de batalla, y ¡sálvese quien pueda!: odio, persecución, desinterés, egoísmo, indiferencia... ¿y para qué seguir?

Pero, ¡bueno!, al menos los periódicos dan fe (no que tengan fe, que no sé) de las procesiones...
... no tanto de las homilías.

¡Bueno...
... de éstas, ni una (a no ser la del Sr. Obispo en Teror, y aún así, bien recortada)!

También, parece que cuentan más las vacas y cabras de la feria...
... que otras cosas.

Ya que muestran fotos y texto de los animales...
... debieran mojarse de las condiciones en las que viven, en las restricciones que se les someten, etc., etc.

Pero una foto y darnos el nombre del animal...
... ¡eso no compromete!

 Y hablando de animales...
... alegrémonos, que ha nacido una nueva gacela; y seguimos echando tortugas a la mar.

Dicen que el 50 % de los parados, llevan un año buscando trabajo, sin encontrarlo...
... ¿qué pasa, no saben que el campo, los espera? (¡va en serio!).

¡Hombre, si me dan la ayuda de los 444,44 euros, pues...!
... ¿para qué molestarse?

¡Y amigo!...
... como cunda lo de Gordillo –y crece- los arruinados y nuevos pobres van a ser los pobres tenderos.

Aprovecho, para decir a quien pueda interesar, que las Hijas de la Caridad, no son monjas...
... son religiosas; las monjas son las de clausura. Para que hablemos y escribamos, con propiedad.

“... un árbol..., da fruto en su sazón...” (Salmo 1).

“... cuando el fuego..., antes de que os alcance el incendio...” (El Profeta Sofonías).

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