jueves, 15 de marzo de 2012

Una mirada realista al panorama actual que nos envuelve:

Aquellos años 50-60 del pasado siglo, cuando paulatinamente, se dejaba la tierra, por una política ciega, incapaz de ver la que se nos venía encima, y cambiaron o sustituyeron agricultura y ganadería por el turismo.

Entonces, todo fue comenzar a importar (justo lo que no producíamos).

Entonces, se comenzó a perder las distintas industrias; entonces se comenzó a vivir de subvenciones y ayudas.

Entonces, se comenzó a importar lo que antes producíamos pero pagando muy caro, lo que conseguíamos muy barato.

Entonces, se comenzó a restringir el dinero, que no ha parado de retroceder. El gobierno y cabildo, viven del Puerto.

Nos quedamos sin mercado, y la cosa pasó a mercadillos.

La competencia es abismal: lo que se produce respecto a lo que nos traen.

Esto se ha llenado de enormes y gigantescas áreas comerciales, que asfixian y ahogan las nuestras, ya aplastadas.

Por otra parte, lo que nos traen de fuera, ya vienen muerto, y es lo que está deteriorando a velocidad de vértigo nuestra salud, que empeora de día en día.

Comemos veneno que nos mata. Para colmo, nada producimos ya. No tenemos ni una sola industria. Nuestra dependencia es ya total, y en todos los sentidos.

Todo lo anterior ha producido -lo único que producimos- un paro o desempleo, en el que vamos en cabeza.

Solo medra la corrupción política (¡astuta ella!). Cada vez, somos más pobres. Pronto, seremos paupérrimos.

Nada contamos, ni somos. Sin importación -de todo-, ¡ni existiríamos!

Nos engañan con petróleo y turismo.

El Padre Báez.

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