viernes, 23 de marzo de 2012

Mi Iglesia:


Liberada de condicionamiento político alguno, avanza con sus verdades, que son seguidas por millones y millones de personas libres, que saben dónde está la verdad.

La única política de mi Iglesia, es la del amor a Dios y al prójimo, por quienes se desvive y atiende, sin separar al Uno de los otros, transmitiendo la Palabra de Dios, fuera de la literalidad y otras interpretaciones.

No es ni está con derechas, izquierdas, centros, extremos, etc.; está con el Evangelio, que es su norma de vida, lo que predica y enseña.

Razones éstas, por las que en distintas encuestas bien hechas, es la que sobresale de entre otros estamentos, muy por encima de todas las instituciones, al ser valorada como lo mejor de la sociedad, con crces.

Sobretodo por su credo (la otra vida o Vida después de la vida, y según elección [bien o mal]) y moral (sexual, defensa de la vida, defensa del matrimonio y familia, etc.) que cada vez tiene más aceptación y seguimiento en la proporción de 9,2 de cada 10 al presente).

Mi Iglesia, es sostenida por los que la aman y respetan y tiene para ella, y para dar con creces, que con cada vez más aportaciones, hace posible sea la Institución que sustituye al Estado en lo más crucial: comer y vivir, un techo y sacramentos.

Somos odiados por unos poquísimos, que se creen sus propias mentiras e intentan engañar sin conseguirlo; que estamos al margen de los partidos, somos libres y muy felices.

Solo salimos a la calle, de la mano de los pobres, a los que buscamos y remediamos dándoles pan y Pan.

Lo que no sea esto, es puro cuento, y en todo caso lo que quisieran, pero la realidad es otra y la verdad -como el aceite-, sale a flote y es evidente. Se descalifican, los que quieren por odio hacer daño a la verdad.

Padre Báez.

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