sábado, 10 de marzo de 2012

Había una vez...


Un archipiélago volcánico...
Con unos tesoros...
Ahora ya, no quedan ni rastros de aquellos tesoros...
Todo estaba sembrado y todo el mundo sembrando...
Con una gran riqueza agrícola y ganadera, también había pesca...
Pero, comenzaron a venir gente en busca de calma y descanso...
Y nos cambiaron la vida (nocturna, bullicio, desenfreno...)...
... sin ventaja alguna, y todos los inconvenientes...
Desaparecieron las cañas en los tomateros...
El agua dejó de ser para el riego...
La tierra, se murió de sed, y dejó de ser próspera...
El turismo, no representa ya ningún ingreso..., en los años 70, algo...
Este, era un lugar idílico...
Se plantaron hoteles en lugar de árboles frutales y hortalizas...
Nos han llenado la isla de bosques de pinos...
El cemento, acabó con lo que se sembraba...
Es, que somos muy hospitalarios con los extranjeros, y...
Nuestra sonrisa ha cambiado...
Nuestra cultura ha desaparecido (casi)...
El cambio, ha sido radical, en todo...
El campo ha sido abandonado al completo...
Casi todo está perdido...
Los núcleos poblacionales, se han llenado de casas periféricas, a las afueras...
La única leche que producimos es la de: tabaibas, cardones...
Ya solo, tenemos sol...
Somos dos millones, y pervivimos...
Muchos piensan en salir, y en expatriarse...
La economía de las islas, siguen decreciendo...

El Padre Báez.

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