Sobre mi tesis (4):
II. Obras Contemporáneas
ACOSTA, José de (S. J.): Historia Natural y Moral de las Indias. Fondo de Cultura Económica. Méjico, 1940.
BERTRÁN, Ricardo y ALOLAGUIRRE, Ángel de: Colección de las Memorias o relaciones que escribieron los Virreyes del Perú... Madrid, 1921 y 1930.
HERNAEZ, Francisco Javier (S. J.): Colección de Bulas, Breves y otros documentos relativos a la Iglesia de América y Filipinas. Bruselas, 1879. 2 vol.
Historia General de la Compañía de Jesús en la Provincia del Perú. Edición de F. Mateos S. J. Madrid, 1944, 2 tomos.
VARGAS, Rubén S. J.: Concilios Limenses (1571-1772), tomo III (Historia), Lima, 1954...
Un anónimo me ha dejado...
... un nuevo comentario en mi entrada "(227): EMPRESAS ARQUEOLÓGICAS":
Ciertamente, no cabe duda que este sector, presenta un aumento considerable en los últimos años de empresas que ofrecen este servicio. Antaño escasamente demandado, siendo únicamente solicitado en casos en los que la magnitud del hallazgo imposibilitaba mantenerlo en secreto y verse obligados a retrasar los trabajos hasta finalizar los estudios arqueológicos; lo cual, no interesaba a quienes eso suponía la demora en sus plazos de entrega o posibles modificaciones en el proyecto inicial entre otras consecuencias. Lo que, en definitiva; multiplicaba potencialmente los costes o incluso daba lugar a la total paralización de la obra.
En la actualidad, como tantos otros sectores, la construcción ha experimentado importantes cambios. Entre ellos, el que a este tema en concreto que nos atañe, encontramos uno claramente relevante a la hora de planificar, contabilizar y desarrollar con las máximas garantías de éxito cualquier proyecto, excavación o infraestructura evitando una desagradable sorpresa (para la constructora) que condicionaría rotundamente todo el proceso; la necesidad de prevenir en la medida de lo posible ciertos riesgos y contar con los instrumentos específicos especializados en arqueología ya no solo como ultimo recurso sino como un procedimiento habitual de estudio del terreno complementario a los que ya se realizan proporcionando una valiosa información como medida preventiva u orientativa del emplazamiento seleccionado y la viabilidad de la puesta en marcha de la obra en cuestión añadiendo a las características del terreno datos históricos si los hubiere a tener en consideración y adaptar cualquier cambio necesario antes de cualquier actuación in situ. Esto junto con una normativa ( muy necesaria a mi juicio) tardía, aunque ya real y firmemente asentada, tienen como producto la emergencia de nuevas y numerosas empresas dedicadas a la arqueología. Puede que muchas de ellas se constituyan por jóvenes emprendedores o meros trabajadores pero no por ello de menor rigor o profesionalidad que cualquier otro profesional con más años de antigüedad. Uno y otro personal cualificado en la materia y con equitativa capacidad para desempeñar su función. Unos posiblemente cuenten con la experiencia de años de trabajo y otros con los nuevos conocimientos y/o técnicas de reciente incorporación. Merecen plena confianza tanto unos como otros, no dejándonos llevar por la mera apariencia sino por la calidad de los trabajos realizados. Como en todo habrá excelentes y entregados profesionales, y otros carentes de aptitud pero no vinculable a su edad o procedencia.
Ciertamente, no cabe duda que este sector, presenta un aumento considerable en los últimos años de empresas que ofrecen este servicio. Antaño escasamente demandado, siendo únicamente solicitado en casos en los que la magnitud del hallazgo imposibilitaba mantenerlo en secreto y verse obligados a retrasar los trabajos hasta finalizar los estudios arqueológicos; lo cual, no interesaba a quienes eso suponía la demora en sus plazos de entrega o posibles modificaciones en el proyecto inicial entre otras consecuencias. Lo que, en definitiva; multiplicaba potencialmente los costes o incluso daba lugar a la total paralización de la obra.
En la actualidad, como tantos otros sectores, la construcción ha experimentado importantes cambios. Entre ellos, el que a este tema en concreto que nos atañe, encontramos uno claramente relevante a la hora de planificar, contabilizar y desarrollar con las máximas garantías de éxito cualquier proyecto, excavación o infraestructura evitando una desagradable sorpresa (para la constructora) que condicionaría rotundamente todo el proceso; la necesidad de prevenir en la medida de lo posible ciertos riesgos y contar con los instrumentos específicos especializados en arqueología ya no solo como ultimo recurso sino como un procedimiento habitual de estudio del terreno complementario a los que ya se realizan proporcionando una valiosa información como medida preventiva u orientativa del emplazamiento seleccionado y la viabilidad de la puesta en marcha de la obra en cuestión añadiendo a las características del terreno datos históricos si los hubiere a tener en consideración y adaptar cualquier cambio necesario antes de cualquier actuación in situ. Esto junto con una normativa ( muy necesaria a mi juicio) tardía, aunque ya real y firmemente asentada, tienen como producto la emergencia de nuevas y numerosas empresas dedicadas a la arqueología. Puede que muchas de ellas se constituyan por jóvenes emprendedores o meros trabajadores pero no por ello de menor rigor o profesionalidad que cualquier otro profesional con más años de antigüedad. Uno y otro personal cualificado en la materia y con equitativa capacidad para desempeñar su función. Unos posiblemente cuenten con la experiencia de años de trabajo y otros con los nuevos conocimientos y/o técnicas de reciente incorporación. Merecen plena confianza tanto unos como otros, no dejándonos llevar por la mera apariencia sino por la calidad de los trabajos realizados. Como en todo habrá excelentes y entregados profesionales, y otros carentes de aptitud pero no vinculable a su edad o procedencia.
Pues, qué pena:
Que veas cómo llevan de cabresto a esos perros, que en otro tiempo cuidaban cabras, y ahora los cuidan a ellos, y los llevan –digo- por las orillas de carreteras por donde si fueran cabras, irían comiendo yerba de gratis, y tendrían la mejor leche del mundo, la que les libra hasta del cáncer, según estudios, y más si son de cabras canarias, pero prefieren la mierda de perros a leche de cabras. Porque y digo yo: ¿qué de malo hay, que en lugar de pasear un perro, se pasee una cabra?, ¿ no es igualmente animal de compañía? Mira que algunos tienen por mascotas a cerdos, y los llevan a pasear, ¿por qué no una machorra, antes baifita y después cabra, que no huele tan mal como los perros y los cerdos, sus cagarrutas? ¡Es que ni huele!, mientras que la de los otros dos citados es un asco y una peste inaguantable, y sin embargo los tienen, pues lo del refrán “sarna con gusto no pica”.
Libia comienza la marcha atrás:
Precisamente enterrando a Gadafi, en lugar de echarlo al mar, es cumplir a raja tabla con el Corán o Islam, y esto supone una vuelta atrás, puesto que el Gran Gadafi, había occidentalizado bastante su país, el mismo que vuelve a la fidelidad de su religión teocrática. Mataron a un dictador modernizante de Libia, y volveremos a la Edad Media en ese bendito y misericordioso país de Alá. Ahora, tiempo al tiempo. Y conste, Gadafi, no era el único ni último dictador; también nosotros los tenemos y no los asesinamos...
Los jugadores siguen en la brecha...
... me refiero rompiéndose los tobillos, las rodillas, las caderas, las costillas, la cabeza..., y es que mientras no hagan yoga, esos músculos petrificados y endurecidos, faltos de elasticidad y flexibilidad, van todos a la ruptura al menor esfuerzo. Pronto, tendremos a más de la mitad, todos lesionados. Con el yoga, no habría ni uno solo, y estarían en activo, y más activos todos ellos, y más. Disculpen lo repita, pero debo recordarlo, por si al fin se animan.
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