martes, 3 de mayo de 2011

lo mejor de BIN LADEN:

   
 
    Porque no hay nadie, que por muy malo que sea, no tenga algo bueno. Y no es por lo de los andaluces: “¡tor mundo es güeno!”, sino que es la condición humana; creo que solo el diablo, es el único que no tiene nada bueno; precisamente, se le denomina como el poseedor de todos los males, o el infierno -su residencia o morada- como el lugar de todos los males del mundo (universo). Y volviendo a Osama, a quien menos guapo, le están diciendo de todo; no es que vaya un servidor a ser su defensor, ni siquiera -¡Alá me libre!-, hacerle un juicio moral, que allá él con su conciencia, si es que lo han matado, porque la prueba del delito -no matar- está por verse. A mí (un servidor), que me digan echaron sus restos mortales o despojos al mar, a los delfines o peces que por allá navegaran, es algo, que no me convence. Aquí, o muestran el trofeo, o “nanay”, que diría el otro.
 
    Sigo, o vuelvo con la bondad del protagonista, que estos días llena periódicos, espacios televisivos, tertulias, y mil parafernalias más de los así llamados medios de comunicación, que ahora, ya no se tienen que preocupar de otra cosa -incluido un servidor, que aparca el tema de las cabras y los pinos, para mañana u otros días-, por mor de el jefe de AL QAEDA. Un ser humano, diez años menos que un servidor, y que como dije en el título de este comentario, algo bueno sí que tenía, y en cuanto ya dije que no me iba a meter en su dimensión moral, tampoco en la espiritual -añado ahora-, me queda la condición física. Pues, ¡vamos a ello! Aunque me imagino, algunos ya me estarán crucificando, y ello, sin acabar de leer lo que les voy a decir. Pues -repito- ¡al grano!
 
    Sobre lo malo, malo -o ruin de su vida, en decir de Santa Teresa de Jesús (lo de “ruin”)- o malísimo de mi personaje, ya hay quienes se ocupan en el repaso de su vida de medio siglo, haciendo de su biografía, la de un personaje, quijotesco -por su físico- y por las aventuras maléficas, un personaje de película, y no dudo, pronto algún cineasta emprenderá la tarea o empresa. El guión, está más que reescrito. Incluso, es hasta personaje de cuento, en cuanto lo vemos o imaginamos, metido -como los guanches- en cuevas. Es posible, me esté dilatando, con algo de pereza, a la hora de emprender la tarea de descubrir, lo que hasta ahora -creo- nadie ha dicho, y que justifica el título de este mi escrito: “lo mejor de BIN LADEN”. A lo mejor, hasta esté suscitando el deseo imperioso de alguien que estará pensando, con ansias, pero “¡que lo diga ya!”, aunque otros habrán dicho -sin faltarle razón- “¡este tío (un servidor), está loco o como una cabra!”, pues les concedo la razón. A lo mejor, al final, estén todos de acuerdo conmigo, y retiren esos pensamientos u otros, que sí son malos, y para mí, en la línea “bin-ladenera”.
 
    En adelante, no sé si se cambiará la expresión: “¡malo como el diablo!”, por la de “¡malo como BIN LADEN!”, pero fuera lo que fuere, vengamos ya de una vez, a la bondad de este ser humano, por tanto de nuestra especie y condición. Así, que del mismo barro, más o menos. ¡Es la condición humana! ¡Nada, que siempre me cayó simpático -al margen de sus tropelías, las que como es lógico, no comparto, como el 78,5 % de la humanidad, porque partidarios, tenía, tiene y tendrá; o tuvo, tiene y no le faltarán, pero que no van por ahí los tiros, ya lo dije y repito! Y hablando de tiros, de esto, sabía más que cuatro, aunque está por ver el que a él le pegaron, dicen que en la cara o cabeza...
 
    ¡¡Ya!!: que cuando todo el mundo -o más de medio mundo-, se sienta en sillones, que nos estropea la espalda, y daña nuestra columna vertebral, nuestro personaje, se sentaba a lo oriental, en el suelo, en la postura de yoga, conocida como padmasana, o lo que es lo mismo, la postura de los pies cruzados, también llamada, la postura del loto o y también del Buda. También se la conoce, como la postura del maestro, del gurú; y en ocasiones, la del chela o alumno. Pues, ya ven, que si es verdad que lo mataron -un servidor, lo duda- al menos, nos dejó esta buena lección: la de sentarnos en el suelo, con los pies cruzados; y en ello, hasta los yoguis guanches, también nos dejaron el mismo ejemplo, pues ahí tenemos a las dos joyas más valiosas del Museo Tabaibero (antes canario), las figura -que no ídolos- de Jinámar (realmente de Las Palmas no hace falta decir “de gran tabaibal” [antes gran canaria], porque no hay otra), y la otra, la de Tara (que realmente, es de Gáldar y no de Telde), y ambas, están en la postura dicha, de los pies cruzados. Y es que vivimos, en un mundo de mentiras (por la procedencia de las figuras, ¡y otras!).
 
    En fin, me salió la vena arqueológica, hablando de BIN LADEN, ¡qué vamos a hacer!; que también salió la yóguica, pero es que Bin Laden, da para mucho, y como acabamos de ver, no todo en él fue malo: nos ha enseñado, a sentarnos correctamente, en la silla que nos dio la madre naturaleza, en la que Buda alcanzó la iluminación, la postura por antonomasia del yoga, la postura que centra, relaja, y favorece la meditación. En fin que vivo o muerto, hay que agradecer a BIN LADEN, nos haya enseñado algo vital, para nuestra salud: menos sillas, sillones, sofás, hamacas, y similares, para tener la columna derecha, las piernas -que son la base, las que nos sostienen y transportan o trasladan- en buenas condiciones. Es postura, que favorece el riego sanguíneo, la serenidad, la paz, etc., etc. Y, toda vez, que hoy, no vine a hablar sobre el yoga, que a tal fin tengo publicados sendos libros (“El Camino del Yoga”, “Yoga Guanche” y “Yoga en el Fútbol”), a mis obras les remito, y si como dice un slogan o refrán yóguico: “más vale un gramo de práctica que quintales de teoría”, suba usted a Lomo Magullo, y en el Colegio Padre Collado, los sábados de 13,00 horas hasta las 16,00 tenemos sesión -gratis- de yoga (si así lo hiciera, no se olvide llevar: toalla, bocata, agua y fruta; también ropa adecuada).
 
    El Padre Báez, que no ve todo en BIN LADEN malo; algo bueno, buenísimo nos ha dejado, si es verdad que lo mataron: la postura de padmasana (o de los pies cruzados).

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